La Rambla en Harley o sidecar
Desde la comodidad del Segway o en zapatillas de correr, Barcelona con otros ojos
Corriendo, haciendo teatro, en vehículos de una, dos o tres ruedas e incluso en helicóptero, existen muchas formas de ver una ciudad, aunque lo importante es hacerlo con ojos curiosos.
A lomos de una leyenda
Cuando el rugido de las 21.000 Harleys reunidas para el último evento motero resuena en Barcelona, te dan ganas de probar cómo sería recorrer esta ciudad desde la mirada altiva de una de estas legendarias motos. Con el casco puesto, me dispongo a conocer mi Barcelona de siempre como nunca antes lo había hecho. “La ciudad se ve de forma diferente porque pasas a ser parte del paisaje”, comenta mi guía, Álex Gómez del Pulgar. “Rodando por la Rambla o la Villa Olímpica, los turistas te hacen fotos como si fueras un monumento más”. Hace un par de años que Álex, junto a un grupo de amigos tan locos como él por la emblemática moto de Milwaukee, decidieron ofrecer rutas al ritmo lento y placentero de estas maravillosas “cerdas”.
- El paseo de 40 minutos por el centro sale por 60 euros (http://paseosenharley.com).
Inspiración china
Si algo ha cambiado en los últimos años en el paisaje urbano de Barcelona es que esta ciudad se está convirtiendo en un lugar apto para bicicletas. Lo demuestra el creciente uso del Bicing (el servicio municipal de bicicletas compartidas) y de las rutas turísticas sobre dos ruedas. Pero siempre hay que dar una vuelta de tuerca, y eso es lo que ha hecho Barcelona e-bikes. “La idea de organizar paseos en bicicleta eléctrica por nuestra ciudad surgió después de volver a casa tras haber estado recorriendo el mundo durante doce años”, dice Jairo Carrillo, alma mater junto a su hermano Jordi de este proyecto que lleva poco más de dos años funcionando. La inspiración les llegó en China: “Después de ver la cantidad de vehículos ligeros de motor eléctrico que circulaban, pensamos que sería una buena idea volver a Barcelona y organizar rutas turísticas en bicicleta eléctrica”.
- Tours desde 25 euros (www.barcelonaebikes.com).
A 20 kilómetros por hora
Por su parte, los GoCar provienen de San Francisco. Veinte kilómetros por hora es la velocidad máxima que alcanzan estos pequeños vehículos de tres ruedas que desde hace cinco años circulan por las calles de Barcelona. “Cuando vimos las similitudes entre ambas ciudades decidimos que era el sitio ideal para este tipo de coche”, explica Patricia Vargas, directora de ventas de la empresa. El clima, la cantidad de visitantes, el tamaño de la ciudad y el número de lugares de interés fueron claves para decidirse por la Ciudad Condal —ahora también hay GoCars en Madrid y Lisboa—. Además de su facilidad de conducción y maniobrabilidad, su gran acierto es el GPS parlante que ayuda a ubicarse durante el recorrido mientras va contando anécdotas y curiosidades. “La audioguía es divertida e informativa, y da total libertad para hacer paradas o cambiar de ruta cuando lo desees”, cuenta Patricia Vargas; “el GPS hace bromas y felicita al conductor y a la gente de la calle, que cuando ve estos pequeños artilugios se sorprende, les saludan y sonríen”.
- Desde 19 euros (www.gocartours.es).
Un paseo retro
Algo parecido les sucede a los visitantes que optan por ver la ciudad en una moto con sidecar o en una mítica Vespa. Ambos vehículos retro circulan con un guía privado que saca el mejor partido de las calles de Barcelona. Si dejas volar la imaginación, incluso te puedes sentir como Audrey Hepburn abrazada a Gregory Peck en Vacaciones en Roma (1953), pero dando la vuelta a la plaza de Cataluña. Quienes han probado el sidecar no escatiman elogios: cuentan que, además de divertido, permite ver en un par de días lo que en otros transportes se tardaría una semana. Otra ruta que triunfa es la de ir de tapas montado en Vespa. “Ofrecemos dolce vita: una escúter chic y con historia y, a la vez, comer y disfrutar en una ciudad tan mágica como Barcelona”, dice Beatriz, de Vía Vespa, la empresa que ofrece este servicio desde hace ya tres años.
- En sidecar, los paseos (de hora y media) arrancan en 65 euros (www.ridebrightside.com).
- Las vespas se alquilan por libre o con un guía desde 9 euros la hora (www.via-vespa.com).
Como niños
Gran parte de los esfuerzos de las empresas se dirigen a que el turista se canse lo menos posible, y en eso el Segway es el rey. “Este patinete para adultos, eléctrico y de gran autonomía permite llegar a todos los rincones de la ciudad con la agilidad de una bicicleta y la cercanía de un peatón”, dice Vincent Damman, que se hizo con la licencia para explotar la patente americana en Barcelona hace ya siete años. Damman reduce el gran éxito del Segway a una premisa: diviértete como un niño mientras descubres la ciudad.
- Tours de 120 minutos desde 59 euros (barcelonasegwaytour.com).
Con actores
Pasa un grupo de turistas sudando y corriendo a ritmo alegre. Un guía les anima mientras les cuenta detalles de los edificios medievales que pasan. Es una ruta guiada en las antípodas de las citadas. Running Tours visita la ciudad con el aliciente de mantenerte en forma. Los que no son tan deportistas pueden descubrir los secretos de la ciudad en las callejuelas del Barrio Gótico mediante un juego de pistas. Una iniciativa de la empresa Blue Mango en la que trabajan actores de varias nacionalidades. La ruta es como un libro a medio escribir. “Es una experiencia muy divertida, una forma distinta de aprender sobre la historia de la ciudad y sentirte como un viajero en el tiempo”, dice Núria Sambola. “Este tipo de visita permite contar anécdotas difíciles de narrar en otro contexto”.
- El ‘tour running’ cuesta 20 euros (www.runningtoursbarcelona.com). Información del tour teatralizado en www.toursbarcelona.es.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.