A una semana de la nueva era
El día 21 acaba la Cuenta Larga maya. Viajamos a tres iconos de esta cultura
Los mayas, reputados astrónomos, fueron capaces de calcular con precisión suiza cada cambio de estación, cada solsticio, cada orientación de sus viviendas a los dioses. Semejante tino les llevó a confiar en un calendario varios métodos para contar el paso del tiempo. El 21 de diciembre acaba la Cuenta Larga de 13 baktunes (unidades de 394 años), un periodo que pone fin a 5.126 años. Comenzó el 13 de agosto de 3.114 antes de Cristo. Ese día vuelve el dios Bolon Yokte, asociado a la guerra y la creación. Y marca un nuevo periodo. Solo (ese) dios sabe cómo será. En todo caso, el apocalipsis que supuestamente espera el viernes próximo ha desatado las estrategias del comercio turístico. ¿Y qué mejor que haber conocido ese paraíso, por si acaso? Recorremos por carretera tres sitios arqueológicos imprescindibles: Joya de Cerén (El Salvador), Copán (Honduras) y Tikal (Guatemala).
Joya de Cerén
El frondoso valle de Zapotitán, apéndice del parque nacional de los Volcanes, alberga al menos 250 yacimientos, de los que solo se han excavado tres. Es un valle derrochón en fósiles, jovial en el deje y colorista en las costumbres. El viajero puede toparse en el trayecto, por ejemplo, con una batucada que escolta la elección de la reina del colegio en el pintoresco Sitio de El Niño.
—¿Verdad que está guapa mi hija, señor?
Amenazada por tanto vómito de lava, no es raro que Joya de Cerén, apenas a 35 kilómetros de San Salvador, la capital de El Salvador, sea conocida como la Pompeya de América: una erupción del vecino volcán de Laguna de Caldera sepultó las 12 estructuras del poblado hacia el año 600 para conservarlas casi intactas, como recién abandonadas. Al contrario que los célebres yacimientos de Tulum, Chichén Itzá, Palenque, Tikal o Copán, aquí los vestigios no son básicamente religiosos, sino también del pueblo llano, campesino. Esa es su gran aportación. Y se calcula que el 90% de las edificaciones continúa bajo tierra. Un filón.
Gracias a esa milhoja de cenizas de siete metros se sabe, por ejemplo, que los animales no pudieron escapar de la erupción: han aparecido restos de pato, ratón y tortuga. Se sabe también que el chamán local era mujer, por los objetos encontrados en su habitáculo. Y las vasijas (de color rojo logrado con sulfuro de mercurio) dieron nuevas pistas sobre la dieta maya. Frijoles, maíz y yuca han aparecido en su vientre.
Rumbo a Honduras, la carretera de Santa Ana, de imprescindible casco viejo, invita a una fotogénica parada: el lago de Coatepeque, a la sombra del volcán de Santa Ana, tentación para senderistas intrépidos. El lago es la licuación de una perfecta caldera circular, inundada hoy por unas algas que, en determinadas épocas del año, cobran un insólito color Caribe.
Copán
Para llegar a Copán, el mejor vestigio maya de Honduras, hay que entrar unos kilómetros en Guatemala. Ni el paisaje, ni los baches, ni los vehículos permiten distinguir en qué punto de Centroamérica nos encontramos. Proliferan, heredados de los gringos, los school bus, aquí tuneados con esmero. Rebautizados como chicken bus (la leyenda recrea al pasaje con gallinas por los pasillos), lucen leyendas religiosas en la visera del parabrisas, como los camiones: “Dios el amor”, “La puerta es solo Dios”, “Salmo 19”... Incluso los tuk-tuk que, a modo de microtaxi, transportan a particulares entre pueblito y pueblito se ponen en manos de Dios.
De vez en cuando, un tapón provocado por una obra corta el carril alternativamente. Es entonces cuando los vendedores se asoman a la ventanilla del coche o se suben al bus para vender productos autóctonos. Lichis, tortas, pasteles, marañones, guayabas, refrescos.
Como su nombre indica, Copán Ruinas vive del vecino recinto arqueológico, a un kilómetro. Buena distancia para probar uno de los tuk-tuk que salen del parque central.
En el valle de Copán, de 24 kilómetros cuadrados, se han encontrado restos de 3.450 estructuras. Los expertos estiman que en la época de mayor población (entre el 250 y el 900 después de Cristo) pudo haber allí más de 28.000 almas. La escultura tridimensional, especialmente en la plaza de las Estelas (un prodigio de observación astronómica), es la seña de identidad de Copán. Como la escalera jeroglífica, la acrópolis, el museo de la escultura, los monolitos en honor al rey 18 Conejo, el emperador de la época (precedido por el rey Humo Jaguar)... Se hacen cortas las dos horas de visita en tan mágico lugar con los guacamayos sobrevolando.
Tikal
El camino hasta Tikal, ya en Guatemala, exige madrugón y paciencia. Aguardan seis horas de viaje por carreteras que recuerdan a las de España en los años ochenta. Así se disfruta más de El Florido, La Unión, Lajillal, Los Amantes, Izabal, el parque nacional del Río Dulce… En cualquier comedor (como se conoce a los restaurantes de carretera) se pueden probar unos platillos con el arroz, la patata o los frijoles como protagonistas, igual que hace 15 siglos. Las tortillas de maíz rellenas que en El Salvador llaman pupusas, en Honduras tienen su versión en las baleadas de trigo. Y el tamal es un manjar en Guatemala.
El parque nacional de Tikal es un tesoro en medio de la jungla. Emergen los templos, numerados por interés y por galones. “Si no subes al IV, el más alto, se dice que no has estado en Tikal”, subrayan los vecinos. Pero tampoco la Gran Plaza, las tres acrópolis, la plaza de los Siete Templos merecen pasar de puntillas. Mejor dormir en el parque (hay tres hoteles aceptables) que en Flores o Santa Elena, a 60 kilómetros.
Conviene invertir dos días en la visita, sobre todo para disfrutar de la selva y su sinfonía nocturna: monos aulladores, loros, tucanes y zorros. Fue el primero de los 23 lugares declarados por la Unesco patrimonio mundial mixto; es decir, natural y cultural. Y místico, se puede añadir. Si se acaba el mundo, que nos pille aquí.
Información
» Oficina de turismo de El Salvador (www.elsalvador.travel).
» Oficina de turismo de Honduras (www.hondurastips.hn).
» Oficina de turismo de Guatemala (www.visitguatemala.com).
» Web con información turística de los siete países de Centroamérica (www.visitcentroamerica.com).
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