La gesta de curar en el Extremo Norte de Camerún

Un paciente descansa después de una cirugía en un pabellón del hospital de Mora (Camerún). Este es el único en cientos de kilómetros a la redonda, y aquí la organización Médicos Sin Fronteras ofrece atención gratuita, desde la consulta hasta los medicamentos, pasando por las cirugías. Esta disciplina es de las más demandadas. Ningun medio internacional había viajado hasta ahora con ellos a esta zona.Lola Hierro

El director del hospital de Mora, Malloum Abali, revisa el historial médico de una paciente ingresada. Abali llama la atención sobre la escasez de recursos humanos y materiales para asistir a todos los pacientes que reciben. Otra dificultad es el nivel de vulnerabilidad de la población, aquí son extremadamente pobres, que no tienen ni un euro, literalmente, para pagarse un medicamento, llegan allí aquí sin nada y el hospital debe costear todos los gastos de los enfermos. Mientras, apenas se ha logrado reunir el 9% de los 86 millones de euros que la ONU ha solicitado para cubrir las necesidades humanitarias en esta región.Lola Hierro

Un grupo de enfermeras prepara el material de curas para atender a los pacientes ingresados en el pabellón quirúrgico del hospital de Mora, en el Extremo Norte de Camerún. Varios de los enfermos se recuperan de las lesiones sufridas tras ataques terroristas de Boko Haram y el Estado islámico de África occidental, presentes en esta zona. Desde 2015 hasta ahora se han producido en esta región un total de 3.506 ataques, de los cuales 314 se produjeron en los siete primeros meses de este año con un saldo de 162 heridos y 155 muertos.Lola Hierro

El responsable de Médicos Sin Fronteras en Mora, Florent Akuku, trabaja en su despacho. Es la única organización internacional de carácter sanitario que opera tan al norte. El resto de organismos y agencias de la ONU tiene sus sedes en Maroua, más al sur y más a resguardo del terrorismo. MSF opera aquí con personal local y expatriado, pero para llegar a otras ciudades cercanas han tenido que delegar funciones en personal local y trabajan con ellos a distancia. Subir es demasiado peligroso por el riesgo de ataques terroristas y secuestros de personal humanitario extranjero, explica Akuku.Lola Hierro

Abdoulaye fue alcanzado por una bala que entró por su hombro y salió por su espalda durante un ataque de Boko Haram en su pueblo. Está ingresado en el hospital hasta que la herida cierre. Por suerte, no le quedarán secuelas. Solo en 2020 el hospital atendió a 136 heridos de un total de 897 desde que abrieron el servicio, en 2015, y se han realizado más de 6.900 operaciones en total en la región.Lola Hierro

En el pabellón de consultas pediátricas, un cartel medio borrado señala los distintos servicios que se ofrecen. Los constantes ataques terroristas han provocado una crisis humanitaria que ya suma 1,2 millones de personas que requieren asistencia urgente y más de 340.000 desplazados.Lola Hierro

El anestesista Moustapha Ahmad y el administrativo Benjamin Massariol juegan una partida de billar en el complejo de MSF en Mora, donde viven durante todo el tiempo que dura su misión humanitaria. Ahmad se desplaza a diario para trabajar al hospital, pero Massariol tiene restringidas las salidas debido a las malas condiciones de seguridad.Lola Hierro

Exterior del hospital de Mora. Un letrero marca la dirección de las distintas áreas de atención primaria y secundaria. El hospital de Mora ofrece servicios de atención primaria y secundaria a niños y a adultos, a cameruneses y a desplazados que han buscado refugio en este país, fundamentalmente nigerianos que llegan por la frontera oeste.Lola Hierro

Un grupo de enfermeras prepara las curas en una sala de pacientes ingresados en el pabellón de cirugía.Mientras las necesidades siempre aumentan, penas se ha logrado reunir el 9% de los 86 millones de euros que la OCHA ha solicitado para cubrir las necesidades humanitarias en esta región.Lola Hierro

El director del hospital distrital de Mora y dos sanitarios charlan en el exterior el centro sanitario. La atención a la salud mental es otra de las prioridades en este inhóspito territorio para pacientes que sufren en sus carnes la violencia del terrorismo. MSF atendió en 2020 a 4.716 personas, en su mayoría por estados de ansiedad y estrés postraumático. El personal sanitario también reclama atención a su salud mental por el exceso de trabajo y la presió que soportan.Lola Hierro