Mosquito City es un hervidero continuo
Existe un lugar rodeado de pantanos en Tanzania donde un grupo de investigadores estudia cómo repeler, atraer y matar al animal más mortífero del mundo
— ¿Cuál es la mejor hora para matar mosquitos?
— Al atardecer, cuando están haciendo el amor.
No es broma.
Este es tan solo uno de los muchos descubrimientos fascinantes que se han hecho en un lugar llamado Mosquito City. Situado en las tierras pantanosas del centro de Tanzania, la "ciudad" acoge la mayor colonia de mosquitos en cautividad del mundo, utilizada para estudiar maneras de combatir la malaria y otras enfermedades transmitidas por estos insectos. Los científicos trabajan día y noche para entender mejor el comportamiento de los mosquitos (por ejemplo, cuándo y dónde les gusta tener relaciones sexuales), así como para desarrollar estrategias innovadoras para atraparlos, repelerlos, y lo más importante de todo, matarlos.
Me enteré de la existencia de Mosquito City hace varios años, durante un viaje a África en el que me reuní con científicos del Ifakara Health Institute, la organización tanzana de investigación en materia de salud que gestiona el centro. Aunque no tuve la oportunidad de visitarlo, en este vídeo Fredros Okumuro, director científico de Ifakara, ofrece una mirada desde dentro a algunos de los proyectos que se llevan a cabo en él. Si usted se pregunta cómo consiguen suficiente sangre para alimentar a tantos mosquitos, mire el momento en que Okumuro mete el brazo en una jaula que contiene más de 500 insectos para darles de comer. (Cuando se trata de colonias más numerosas, demasiado grandes para que las alimente un ser humano, el menú incluye una vaca).
Mosquito City se encuentra en una región de Tanzania cálida, húmeda y pantanosa. En otras palabras, en una zona que cuenta con las condiciones perfectas para sus residentes principales. La malaria llegó a estar tan extendida en esta parte del país —en una ocasión afectó al 80% de la población— que uno de los significados de Ifakara, el nombre del pueblo local, es "el lugar al que se va a morir".
Afortunadamente, en los últimos años las muertes por malaria están descendiendo. Una de las causas es la utilización de mosquiteras tratadas con insecticida, que siguen siendo uno de los medios más eficaces de controlar la enfermedad. (Las nuevas iniciativas de reparto de mosquiteras, como la que se acaba de poner en marcha en Benín, ayudan a asegurar que todas las personas expuestas a la infección estén protegidas por una de ellas).
Sin embargo, es necesario hacer mucho más para combatir la malaria, en particular a medida que los mosquitos se vuelven resistentes a algunos de los pesticidas empleados para controlarlos. Por eso los científicos de Mosquito City están trabajando para entender mejor el comportamiento de estos insectos y descubrir maneras de ganarles la partida.
"Es algo así como una relación de amor odio. Si no podemos derrotarlos, nos unimos a ellos provisionalmente. Entonces podemos matarlos desde dentro. Eso es lo que intentamos hacer aquí, en Mosquito City", explica Okumuro.
El director científico y su equipo están estudiando una de las especies de mosquito más mortíferas: el Anopheles funestus. En el sureste de Tanzania, esta especie es la responsable de casi nueve de cada 10 casos de malaria, a pesar de que otras son mucho más frecuentes. Sin embargo, el funestus es uno de los mosquitos menos conocidos porque es difícil de criar en laboratorio. Nuestra fundación apoya la investigación del Ifakara Health Institute sobre el comportamiento de esta especie, de manera que puedan implementar una campaña específica contra ellos.
Una estrategia prometedora puede ser matarlos mientras están apareándose. Los científicos de Ifakara han descubierto que los mosquitos, incluido el Anopheles funestus, prefieren algunos sitios—‒como los arrozales, los basureros y los bananos— para copular. Los mosquitos macho aparecen en sus puntos de apareamiento favoritos al atardecer para empezar una danza aérea ritual y atraer a las hembras. Dado que estos encuentros tienen lugar a horas y en lugares predecibles, los investigadores están experimentando con la fumigación de los enjambres con insecticidas, reduciendo de manera drástica las poblaciones de mosquitos y la transmisión de la malaria.
Los investigadores han desarrollado diversas trampas, algunas de las cuales reproducen el olor de los pies sudados
A medida que los expertos profundizan más en las características peculiares de las diferentes especies, ha ido adquiriendo importancia la capacidad de identificarlas rápidamente. Cuando sepan qué especie representa la mayor amenaza, podrán elegir el método más eficaz para eliminarla. Pero reconocer la especie, así como otros indicadores, como la edad de los insectos, puede ser un proceso laborioso. En Mosquito City, los científicos buscan procedimientos alternativos de identificación que aceleren su trabajo. Una de ellas es utilizar su zumbido. Otra opción emplea la espectroscopia infrarroja. Los mosquitos emiten una señal electromagnética única. Presionándoles el abdomen y analizándolos bajo un espectrómetro, los especialistas pueden averiguar la especie y la edad del mosquito.
Muchas de las innovaciones originadas en Mosquito City están diseñadas para atender las necesidades inmediatas de la comunidad local, que trabaja en aldeas agrícolas y pasa la mayor parte del día al aire libre. Los investigadores han desarrollado diversas trampas, algunas de las cuales reproducen el olor de los pies sudados, que los mosquitos encuentran irresistible. También han creado una serie de repelentes, entre ellos muebles tratados con esta clase de sustancias que permiten que las personas se sienten al aire libre por la tarde y estén protegidas. Incluso han diseñado una línea de sandalias que mantienen a los mosquitos alejados de los pies sudorosos, protegiendo de las picaduras a su propietario.
¿Qué será lo próximo que se le ocurra al equipo de Mosquito City? Estoy impaciente por enterarme.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Gates Notes, el blog personal del autor.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter y Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra newsletter.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.