Una mujer y su hijo, que padece desnutrición, en la región de Gorgol. Este 2020 se prevé que más de medio millón de personas en Mauritania, un 14% de la población del país, estará en riesgo inmediato de inseguridad alimentaria, especialmente los niños. Unas cifras que, además de la crisis climática, se están intensificando a partir de la pandemia de covid-19 y su impacto económico y que alcanza dimensiones aún más demoledoras en países del Sahel central como Burkina Faso o Níger, golpeados también por una violencia creciente.
Según UNICEF, uno de cada ocho niños menores de cinco años en Mauritania sufre malnutrición severa, y en Gorgol, una de las zonas más afectadas por el cambio climático, el incremento de la malnutrición infantil se ha vuelto una emergencia recurrente.