Al aire libre sabe mejor
Un aperitivo para untar, una sopa fría, un bocata, una ensalada de legumbres y un postre. Cinco ideas frescas y saludables para comer fuera de casa, ahora que el buen tiempo acompaña y el desconfinamiento lo permite. Además, consejos para elaborarlas, conservarlas y transportarlas de forma segura. Del balcón al parque.
Terraza, balcón, calle, parque o plaza: comer al aire libre en cualquiera de estos escenarios es una buena opción, ahora que el buen tiempo acompaña y siempre que la desescalada lo permita. Pero la nueva normalidad también pide nuevas medidas de precaución, que debemos sumar a las relacionadas con la conservación y transporte adecuado de los alimentos, su elección y la manera de cocinarlos. La farmacéutica y experta en calidad y seguridad alimentaria Gemma del Caño recomienda no llevar elementos comunes —como saleros, servilletas o tarteras— para evitar posibles contagios. “Tampoco deberíamos poner platos al centro para que todo el mundo acceda a ellos. Mi plato, mi tenedor, mi comida. Toca ser un poco egoísta”.
Respecto a la elección de los ingredientes y las técnicas para cocinarlos —la covid-19 no ha hecho desaparecer la salmonela ni las intoxicaciones por bacterias o patógenos, aunque apenas se oiga hablar de ellas—, Del Caño recuerda que hay que evitar “alimentos con huevo crudo. Las tortillas deben estar bien cuajadas y refrigeradas, y si se quiere usar mayonesa, de bote, abierta en el mismo momento y desechando lo que sobre”. La comida tiene que estar bien cocinada: si vamos a rebozar filetes, lo mejor es que sean cortes no muy gruesos. Esto resulta especialmente importante cuando comemos fuera, ya que un pícnic reúne todas las condiciones para el crecimiento de microorganismos, especialmente si se rompe la cadena de frío, así que la nevera portátil y los bloques de hielo deberían formar parte del pack. También hay que envasar correctamente los alimentos, dejando los que tienen posibilidad de gotear al fondo de la bolsa o nevera, y evitar llevar la fruta ya troceada. “Se corta en el momento, pero cuidado con las contaminaciones cruzadas de cuchillos”, apunta la experta. Una vez aclarado el tema de la seguridad, proponemos cinco recetas frescas, sabrosas y saludables —un aperitivo para untar, una sopa fría, un bocadillo, una ensalada de legumbres y un postre— que se disfrutan en nuestro rincón favorito.
Bocata de sardinas, tomate asado con ajo y rúcula
Ingredientes
Para 1 bocadillo
- Un trozo de pan tipo cristal de unos 80 gramos
- 1 lata (80 gramos peso escurrido) de sardinillas en aceite de oliva
- 12 tomates cherry
- Un puñado de hojas de rúcula
- 1 diente de ajo
- 30 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- 15 mililitros (o al gusto) de vinagre de vino o de manzana
- Sal
- Pimienta
- Un pellizco de orégano
Instrucciones
Pelar y laminar el diente de ajo. En una sartén a fuego medio, pochar los tomates con el aceite. Pasados tres minutos, añadir el ajo y el vinagre, sal y pimienta, y cocinar durante unos tres minutos más. Esperar a que se enfríen y montar el bocadillo, poniendo una base de rúcula, las sardinas escurridas, los tomates con el ajo y su jugo, y un poco más de rúcula para rematar.
Los bocadillos siempre son una opción para comer al aire libre, especialmente ahora que las raciones individuales son la alternativa más adecuada. Añadirles una buena cantidad de verdura los hace más saludables, además de aportar jugosidad, frescura y un toque crujiente.
Ajoblanco de anacardos con mango
Ingredientes
Para 4 personas
- 180 gramos de anacardos crudos
- 1 diente de ajo bien fresco, sin el germen
- 45 mililitros de vinagre de manzana o Jerez
- 60 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- 2 rebanadas de pan de molde sin la corteza (o unos 50 gramos de miga de pan blanco)
- 650 mililitros de agua muy fría
- Sal al gusto
- 1 mango
Instrucciones
Remojar los anacardos durante al menos un par de horas en agua fría en la nevera. Mezclar con el resto de ingredientes —menos el mango y el aceite— y triturar bien, hasta conseguir una textura muy fina. Probar y rectificar la sal. Añadir el aceite poco a poco y seguir batiendo para que emulsione. Añadir el mango pelado y cortado.
Cambiar las almendras de la receta original por otro fruto seco crudo nos permite darle una vuelta de tuerca, además de eliminar la leche por motivos de seguridad alimentaria. Para que se conserve muy fría, podemos ponerla en el congelador media hora antes de salir, o añadir menos agua y ponerle unos cubitos de hielo.
Ensalada de garbanzos y pulpo con salsa cremosa de aguacate
Ingredientes
- 800 gramos de garbanzos cocidos
- 300 gramos de patas de pulpo cortadas
- 1 cebolla roja pequeña
- Un puñado de hojas de cilantro
- 2 aguacates pequeños
- 60 mililitros de zumo de lima (o al gusto)
- Sal y pimienta
- 75 mililitros de zumo de naranja
- 30 mililitros de vinagre de manzana
- Aceite de oliva al gusto
- Un puñado de aceitunas negras
Instrucciones
Cortar la cebolla en tiras y ponerla a marinar en el zumo de naranja con vinagre y un poco de sal durante tres horas, removiendo de vez en cuando para que se impregne por todas partes. Preparar el aliño triturando el aguacate con zumo de lima y sal hasta conseguir una textura cremosa, añadiendo un poco de agua muy fría si es necesario. Montar la ensalada mezclando la cebolla marinada escurrida y los garbanzos con el pulpo, todo aliñado con aceite, sal y pimienta. Rematar con las aceitunas, la salsa cremosa de aguacate y el cilantro.
Las ensaladas de legumbres facilitan el consumo de este alimento en la época de calor; la salsa que acompaña a esta, con aguacate y lima, proporciona un aliño cremoso que no tiene nada que envidiar a la mayonesa.
‘Mutabal’ (crema de berenjenas)
Ingredientes
Para unas 6 raciones de aperitivo
- 4 berenjenas medianas
- 1 diente de ajo (o al gusto)
- 2 cucharadas de tahini (pasta de sésamo)
- 60 mililitros de aceite de oliva (y un poco más para decorar)
- 60 mililitros de zumo de limón (o al gusto)
- Sal
- Un pellizco de comino en polvo
- Sésamo y pimentón para decorar
- Pan de pita tostado para servir
Instrucciones
Calentar el horno a 180 grados y hornear las berenjenas a esa temperatura durante 30 minutos. Pasado ese tiempo, subirlo a 200 grados para conseguir un toque ahumado: pueden tardar entre 45 minutos y una hora, dependiendo de factores como el tamaño o la frescura de la berenjena: cuando esté blanda por dentro y con la piel tostada, estará lista. Esperar a que se enfríen, dejar escurrir el líquido que sueltan y desecharlo.
Mezclar la carne de las berenjenas con el ajo picado y el resto de ingredientes (menos la pita, el sésamo y el pimentón); probar y ajustar los aderezos, teniendo en cuenta que el reposo en la nevera —está más bueno de un día para otro— potenciará los sabores, especialmente el del ajo. Servir con un poco de aceite por encima, sésamo y pimentón —si se quiere— acompañado del pan de pita.
Un plato típico de la cocina árabe del Mediterráneo que originalmente se prepara a las brasas —por eso tiene un característico toque ahumado—, pero que también podemos versionar en el horno de casa. Además de para untar en pan de pita, puede usarse en bocadillos, tostadas e incluso como salsa para una ensalada de pasta.
Macedonia con miel, limón y tomillo
Ingredientes
Para 4 personas
- 16 fresas
- 300 gramos de piña, sin tronco ni cáscara
- 300 gramos de sandía, sin cáscara
- 100 gramos de frambuesas
- 100 gramos de arándanos
- 1 limón
- 2 cucharadas de miel
- Hojas tiernas y flores de tomillo fresco
Instrucciones
Con la fruta fría de la nevera, cortar las fresas a lo largo en cuatro; la piña y la sandía, en triángulos, y algún arándano de los más grandes, por la mitad a lo ancho. Aliñar con ralladura de la piel de limón, unas gotas de su zumo y algunas hojas tiernas y flores de tomillo.
Aunque actualmente el único postre recomendado para los pícnics al aire libre es la fruta entera y sin cortar —o cortada allí mismo por el mismo comensal o un cohabitante, en el caso de los niños—, también podemos disfrutar de esta fresquísima macedonia con un toque cítrico y aromático en balcones y terrazas.
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