16 fotosLa crisis del coronavirusSin agua, sin espacio ni viviendas adecuadas... las muchas tareas pendientes de FreetownLa covid-19 acaba de aterrizar en una ciudad donde el 95% de los habitantes no cuenta con acceso a agua corriente y saneamiento y vive hacinadoEl PaísFreetown - 27 may 2020 - 09:31CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLa vida cotidiana en las calles de Sierra Leona antes del estado de emergencia para evitar el contagio de la covid-19. Un niño carga un bidón de agua mientras las mujeres en el fondo ofrecen frutas a precios módicos en las cercanías de Kissy Dockyard, Freetown.Mañana agitada en las calles del mercado de Susan’s Bay en Freetown. Siendo uno de los principales puntos de comercio, abrirse paso entre la multitud es todo un desafío, y evitar pisar el agua de los desagües, una odisea. El pastor Davies recorre los remanentes del manglar en Cockle Bay, Freetown. Como resultado del hacinamiento, un número significativo de residentes dentro de Cockle Bay ha recurrido a la reclamación de tierras, ya que es una oportunidad para adquirirlas de manera asequible. Esto ha ido expandiendo progresivamente el área de Cockle Bay en el ecosistema de manglares y humedales, especialmente durante los últimos 10 años.Un par de mujeres cargan solas sus compras en el mercado callejero de Malama Thomas Street, epicentro de la actividad económica en Freetown.Un hombre cierra los ojos ante la inclemencia del sol del mediodía en la concurrida Wallace Johnson Street, mientras una nube de humo negro se levanta por sobre la bahía del puerto.Hay un consenso en la necesidad de frenar la reclamación de tierra sobre el manglar, las mejora de la calidad material de cada vivienda y también de la infraestructura colectiva, como drenajes y puntos de acceso a agua potable. En este asentamiento hay apenas nueve canillas comunales para acceder a agua potable, y cada una es compartida entre 200 personas diariamente.Debajo del puente de Aberdeen viven personas que no tienen otro lugar en la ciudad. Estos habitantes de Ja Mata, perteneciente a Cockle Bay, están expuestos a inundaciones cuando sube la marea.Un joven practica el denominado ‘banking’, rellenando con barro una pila de neumáticos. Las condiciones de hacinamiento en la ciudad obligaron a los pobladores a expandirse más allá de los límites establecidos por el trazado urbano municipal.Vista del atardecer en Freetown desde Susan’s Bay: un buque cargado de diesel quema combustible para subsanar la crisis energética de la ciudad y así evitar aún más apagones. A pesar de que sus servicios fueron declarados de emergencia, ya llevan más meses de lo planeado en las costas. Sus chimeneas echan humo las 24 horas del día.Vista panorámica de Freetown desde las colinas al fondo de la ciudad. A medida que uno se aleja del centro crecen los barrios residenciales y se reduce el hacinamiento urbano. Tráfico cargado desde Congo Town a Kroo Bay, resulta necesario bajarse del vehículo y seguir a pie. La falta de un sistema de transporte público eficiente y moderno es una de las principales causas de la contaminación del aire y uno de los sectores sensibles a las restricciones de la cuarentena por la imposibilidad de cumplir con el distanciamiento social.La Federación de Pobres Urbanos y Rurales (Fedurp) lleva años de presencia en Cockle Bay, siguiendo de cerca los procesos de reclamación de tierras para construir viviendas, y hoy es uno de los impulsores de ponerle un freno a esta avanzada. La comunidad necesita el apoyo del Gobierno para cumplir con el nuevo memorándum de entendimiento que limita esta expansión urbana por una zona forestal protegida.Un vecino de Hillet View, al sur de Cockle Bay, coloca bolsones de arena para poder sentar las bases de una futura vivienda en la ribera del arroyo Aberdeen.El jefe Pa Alimany es el principal referente tribal de la zona. Acerca de su posición ante las reclamaciones de desalojo de las autoridades, resalta que es su deber moral colaborar en la defensa de los intereses de su comunidad a través del diálogo y que tiene fe en un porvenir más próspero para todos.Un grupo de niños de Cockle Bay salta para jugar entre los manglares aprovechando la marea baja. Este es el último fragmento de bosque de manglar en la costa del asentamiento. El ecosistema del manglar del Estuario del Río de Sierra Leona fue declarado oficialmente como una reserva del tipo Ramsar en el año 2000.Un basural arde a plena luz del día en las cercanías de Kingtom. Varios de los más de 60 asentamientos informales se encuentran rodeados de vertederos a lo largo y ancho de la ciudad.