_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mal tiempo

Contra la rabia, el odio, etc., quizás el estilo de Handke sea lo más parecido a nuestro tiempo cuando es bueno: un airecillo que apenas se mueve entre los don nadie

Félix de Azúa
El escritor Peter Handke en su casa a las afueras de París.
El escritor Peter Handke en su casa a las afueras de París. Alain Jocard (AFP)

El azar ha querido que la columna anterior coincidiera con la Nochevieja y la anterior a la anterior con la Nochebuena. Este martes de hoy no sé cómo calificar la noche que nos aguarda, si buena, mala, vieja o difunta. En todo caso, será difícil dormir, como presagiaba el señor Sánchez.

El oficio de columnista se ha puesto muy duro. Cuando los tiempos son bonancibles y hay un mínimo acuerdo entre las gentes para dedicarse cada cual a lo suyo y dejar los negocios del Estado en manos de quienes sepan, las columnas pueden entonces hablar del parchís, de la sopa de pistones, los suicidios rituales y las sinfonías de Schumann. Pero cuando no hay consenso ninguno y todo lo domina la rabia, la venganza, el odio, la desesperación y el desprecio, no hay modo de escribir algo que haga más llevadera la lectura del diario. Y a eso hemos llegado. De quién sea la culpa es algo en lo que no conviene entrar porque lo cierto es que la culpa es de los votantes, pero no se puede decir.

Así que les voy a hablar de una novela de Peter Handke que se llama La ladrona de fruta (Alianza) en la que no sucede nada, no hay argumento, tampoco hay personajes y los que hay no tienen contenido ninguno. La novela transcurre a lo largo de unos días y el verdadero protagonista es el paso del tiempo, su tranquilo sucederse, el flujo de trivialidades que constituye la parte buena de nuestras vidas. El estilo de Handke, tan fluido, sin construir y sin apenas más juego que las palabras mismas, se asemeja al tiempo de los personajes de la novela, un airecillo que transcurre y atraviesa a unos don nadie. Contra la rabia, el odio, etcétera, quizás sea lo más parecido a nuestro tiempo cuando es bueno: un airecillo que apenas se mueve entre los don nadie. A lo mejor por eso le dieron el Nobel.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Félix de Azúa
Nació en Barcelona en 1944. Doctor en Filosofía y catedrático de Estética, es colaborador habitual del diario El País. Escritor experto en todos los géneros, su obra se caracteriza por un notable sentido del humor y una profunda capacidad de análisis. En junio de 2015, fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón "H".

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_