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harry pater
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

‘Gremlins’ | ¿Cuántos más regalos, menos ilusión?

Internet está lleno de teorías sobre el número de obsequios que deben recibir los más pequeños de la casa. El sentido común siempre es un acierto, ¿o no?

Todos los regalos parecen muy cuquis hasta que convierten tu casa en zona catastrófica.
Todos los regalos parecen muy cuquis hasta que convierten tu casa en zona catastrófica.

Las fiestas de Navidad son días de contrastes para las familias con hijos pequeños. Felicidad y nostalgia, estrés y siestas furtivas en el sofá, disfrute de los niños y al mismo tiempo un ojo en el calendario a ver cuándo vuelven las clases, ganas de darles todos los caprichos de chocolate y turrón y llevarles a todas las pelis y actividades navideñas, pero al mismo tiempo atenuar y repartir el consumismo y la excitación para que no se acostumbren y den por hecho lo extraordinario.

Y eso incluye la gestión de los regalos...

Ahora que nuestra hija ya empieza a leer y a escribir (esto merece una columna propia porque es un proceso fascinante), ya inspecciona ella sola los catálogos que se han colado en casa en plan ninja. Y boli en mano como un profe a punto de corregir exámenes finales, empieza a elegir con la misma alegría insensata que yo cuando vamos a un bufete libre de los que puedes pedir infinito, sin pensar en las consecuencias.

Porque claro, los Reyes tienen pasta ilimitada, los Reyes lo encuentran todo a la primera sin hacer nunca cola y además tienen pajes que saben envolver regalos la mar de bien.

Y por mucha sensatez y orden que queramos poner, cómo le vamos a hablar a la niña de la regla de los cuatro regalos que corre por Internet entre madres perfectas y decirle que además de juguetes pida ropa o algo útil, si con generosidad también me pide juguetes para mí, porque sabe que me gustan los muñecos de superhéroes. Y os confieso que mientras los marca en el catálogo, automáticamente pienso: “por favor, que me los traigan”.

Sí, los niños con exceso de regalos al final los abren sin entusiasmo y quizá no juegan con todo y se olvidan de la mitad de los juguetes durante meses. Y como con los Gremlins, hay regalos que acaban convirtiendo tu casa en zona catastrófica (piezas pequeñas que acabarás pisando, juguetes con sonidos insoportables, slimes y pinturas que mancharán paredes…).

Pero son niños y los niños piden juguetes.

Es lo normal.

Así que esperemos que los Reyes sean sabios y tengan buen criterio. Y traigan lo que traigan, recordemos que el gran regalo siempre es poder estar en familia (aunque si hacen la siesta, mejor).

Feliz 2020, buenos reyes y buena vuelta al colegio…

PD: Aunque no me hayáis puesto el zapato virtual, como regalo os dejo mi lista de mis 10 columnas favoritas del año pasado.

1. La centenaria

2. La de la alimentación infantil

3. La de la saturación de cumpleaños

4. La de vivir con prisas

5. La de comunicarse con niños sin cagarla

6. La de los desconocidos que exigen saludo infantil

7. La de las extraescolares

8. La de los niños mal hablados

9. La de mirar cómo juegan otros niños

10. La de la oda a los videoclubs

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