Quince cosas que hacíamos en 2009 que son impensables en 2019
Los avances tecnológicos y la evolución de la sociedad han cambiado hábitos, hasta el punto de que determinados comportamientos de hace diez años ahora resultan inimaginables
Parece que 2009 fue anteayer, pero la sociedad evoluciona últimamente a un ritmo tan vertiginoso que en el transcurso de esta década agonizante muchas cosas han cambiado. Los frenéticos avances de la tecnología, la radical transformación del paisaje político, la creciente preocupación por el medio ambiente o, simplemente, el voluble dictado de las modas han facilitado que incluso nuestra manera de conducirnos por el mundo este 2019 haya sido diferente de como lo era diez años atrás. ¿Son cambios para bien o para mal? Ahí ya no entramos, pero algo está claro: ya no hace falta ser un abuelo para soltar en las cenas familiares aquello de “recuerdo que cuando yo era joven…”
Recopilamos 15 cosas cotidianas que hacíamos en España hace diez años y que hoy, sin embargo, serían inimaginables.
En 2009... salíamos a la calle a ligar
“Entrar” —¡ajada expresión!— a un/a desconocido/a en un bar, en el metro, en una exposición o en la sección de tornillos de Leroy Merlín ha quedado solo para algunos nostálgicos del ligoteo. Ahora, el auge de las apps de citas permite elegir por catálogo, deslizando fotos a izquierda y derecha, y sin salir de casa. Un estudio publicado en verano de 2019 asegura que el medio online es ya el más común para encontrar novio/a: el 39% de las parejas heterosexuales de Estados Unidos empezaron así (en 2009 eran solo el 22%). Expertos afirman que esos datos son perfectamente extrapolables a la sociedad española. La búsqueda solitaria y la idea de estas plataformas como supermercados de citas, donde ligar es casi un juego, están detrás de este furor. “Vamos a unas sociedades más individualistas y hedonistas, y eso nos lleva a jugar en cuestiones de tipo sexual”, señala Luis Ayuso, profesor de Sociología de la Universidad de Málaga.
En 2009... veíamos series en la TV
Parece increíble, pero hubo un tiempo —no muy lejano— en que las series que más vivamente atraían nuestra atención y generaban debate en casa y en la oficina eran Los Serrano, Aída, Física y Química… Todas ellas emitidas por cadenas generalistas. Simultáneamente, productos brillantes como Lost, The wire, Prison break o Los Soprano anticipaban la realidad actual: estamos mayoritariamente enganchados a un nuevo tipo de serie, más audaz y que podemos ver cuando queramos —libres de la tradicional tiranía de horarios— gracias a plataformas como Netflix, HBO o Amazon Prime Video. Aunque reacias a aportar datos, se sabe que su consumo ha pasado del 60,4% de penetración en 2012 al 80,3% en 2017, casi igualando las cifras de la televisión (según un estudio de la Universidad de Sevilla); y que el 86% de la población pagó en 2018 por algún tipo de suscripción. O lo que es lo mismo: si no has seguido Juego de tronos (que en EE.UU. ha alcanzado audiencias de 17 millones de espectadores), no estás en la onda.
En 2009... había bipartidismo
Cronología de los hechos: crisis económica en 2008, movimiento 15M en 2011 (con aquella jerga fugaz: los indignados, la casta…) y elecciones generales en 2015 en las que por primera vez dos nuevos partidos (Podemos y Ciudadanos) plantan cara seriamente a los otros dos históricamente hegemónicos (PSOE y PP). La formación de Pablo Iglesias obtuvo en aquellos comicios 42 diputados y la de Albert Rivera, 40. Más tarde irrumpiría Vox (52 diputados en noviembre de 2019). Quién sabe si será así para siempre, pero desde luego la variedad con la que hoy nos manifestamos en la urnas nada tiene que ver con los hábitos de la década anterior.
En 2009... salíamos a comprar la cena
Allá por 2009, la única comida que pedíamos a domicilio eran la china y las pizzas. En los últimos años, gracias a servicios como Just Eat, Delivery Hero, GrubHub y Takeaway y aplicaciones como Glovo y Deliveroo, la costumbre de pedir que nos traigan desayuno, comida o cena de cualquier establecimiento se ha arraigado. El 36% de los españoles utiliza apps de comida a domicilio, según datos de la OCU de 2019. Nielsen (compañía de medición y análisis de datos que proporciona una radiografía precisa de los consumidores y los mercados en todo el mundo) ha contabilizado hasta 73 millones de entregas de paquetes de comida (solicitadas a través del móvil o por otros canales) por valor de 1.137 millones de euros en 2017. Junto con ligar y ver cine, otra cosa más que antes hacíamos de puertas afuera y ahora practicamos como ermitaños.
En 2009... íbamos a un concierto de Michael Jackson
Donde pone Michael Jackson (fallecido el 25 de junio de 2009), inserte usted cualquiera de estos otros nombres: Prince, David Bowie, Charles Aznavour, Aretha Franklin, Lou Reed, Joe Cocker, Lemmy, George Michael, Tom Petty, Avicii, Scott Walker, Ronnie James Dio, Amy Winehouse, Whitney Houston, JJ Cale, Fats Domino…, o cualquiera de los grandes nombres de la música popular que nos han dejado esta década y a los cuales ya solo es posible ver en directo, en todo caso, como hologramas.
En 2009... enviábamos SMS
¿Recuerdas aquel célebre “pásalo”, fundamental en el vuelco electoral de marzo de 2004? Era un SMS, un formato de mensajería instantánea que tuvo también sus días de gloria con aquellos concursos televisivos en los que podías ganar premios a cambio de enviar una palabra clave. Lanzada en febrero de 2009, la aplicación WhatsApp, que además de mensajes escritos permite el envío de audios, fotos y vídeos, entre otras funcionalidades, tiene más de 1.500 millones de usuarios en todo el mundo (Telegram causa estragos en Irán, Rusia y Podemos, y cuenta con el 13% de los usuarios digitales en España). Para ejemplificar cómo este sistema ha cambiado nuestras vidas baste citar los ya obligados grupos de WhatsApp del cole, los múltiples grupos familiares y de amigos que contribuyen a la difusión de memes de todo tipo y el cuño de clásicos del género como el negro de WhatsApp.
En 2009... esperábamos ansiosos las rebajas
No es que ya no esperemos la época de saldos, pero la implantación del Black Friday ha alterado sustancialmente el modo en que distribuimos nuestras compras de productos rebajados. Adoptamos el Viernes Negro con la efusión con que asumimos Halloween y otras modas foráneas: esta jornada (que se extiende un fin de semana) de descuentos que se celebra el día siguiente de Acción de Gracias se estrenó en España en noviembre de 2012 por iniciativa de la cadena alemana MediaMarkt. Un estudio de Worten realizado por la consultora GFK sostiene que el 83% de la población española sabe qué es el Black Friday y el 54% compra en él. “Desde que se liberó el periodo de rebajas en 2012, el concepto ha cambiado totalmente. Se busca que el consumidor tenga un gasto continuo durante todo el año”, dice la socióloga Myriam Fernández Nevado.
En 2009... descargábamos música
El dilema de la década anterior (¿por qué pagar por música cuando existe Napster?) mutó en esta que ahora termina (¿por qué poseer música cuando está toda en una nube y puedo escucharla cuando quiera?). Fue allá por 2008 cuando la empresa sueca Spotify introdujo el sistema de escucha bajo demanda de forma gratuita y legal —al principio solo podías acceder por invitación—, y ahora cuenta con más de 232 millones de usuarios activos en todo el mundo (la plataforma no facilita datos a nivel local). Casi la mitad son usuarios de pago, opción que erradica la molesta publicidad. Si pensamos que Spotify (no confundir con el famoso succionador de clítoris: Satisfyer) es tan solo uno de los proveedores de este servicio (Apple Music o Tidal, con menos tirón en España, comparten el sector), no es difícil pensar que nos encaminamos a un mundo sin estanterías.
En 2009... muchos aún mezclábamos plástico y orgánico en la basura
Sí, en 2019 Madrid ha acogido la Cumbre del Clima, con la presencia de la mismísima Greta Thunberg, pero para llegar a este punto mucho ha cambiado el panorama en el último decenio en lo tocante al respeto por el medio ambiente. Según Ecoembes, en España se recicla actualmente el 78,8% de los envases de plástico, latas y bricks así como los envases de papel y cartón (un 12,4% más que en 2017). La tasa de reciclaje de vidrio ha pasado del 31,3% en 2000 al 71,8% en 2016, según Eurostat y el MAPAMA. El 73% de los españoles toma sus decisiones de consumo en 2019 por motivos éticos y de sostenibilidad, afirman desde OCU. Sin embargo, aunque es un avance, sigue sin ser suficiente. “La conciencia ambiental es un progreso —opina Luis Rico, de Ecologistas en Acción—, pero, en parte, llega tarde y, en parte, el modelo de producción y consumo vigente aún lo contrarresta”.
En 2009... teníamos álbumes de fotos
Nuestras vacaciones en la playa o aquel viaje a la India antes eran procelosamente documentados en un álbum con las mejores instantáneas. Pero, claro, quién necesita un álbum, con fotos que hay que imprimir, cuando puedes dejar epatados al instante a familia y amigos subiéndolas a Internet en tiempo real. Instagram, que nació en 2010, parecía en un principio una red destinada a amantes de la fotografía, pero con el tiempo se ha revelado (nunca mejor dicho) que todo el mundo lleva dentro un amante de la fotografía: un estudio de 2018 cifró en 15 millones el número de usuarios de esta aplicación en España, un 13,3% más que el año anterior, lo que la convierte en la red social que más crece en nuestro país.
En 2009... se valoraba poco el fútbol femenino
En honor a la verdad, el fútbol de mujeres sigue a años luz (en visibilidad, en sueldos…) del masculino, ¡pero es que hace diez años muchos ni siquiera sabían que existía! Quién sabe si como consecuencia del imperante empoderamiento femenino, del subcampeonato de Europa logrado por la selección sub-20 en 2018 o a raíz de la remodelación que sufrió la competición en la temporada 2009-2010, las futbolistas han ganado en popularidad. En 2019, Telecinco emitió por primera vez un partido en abierto (la final de la Copa de la Reina, entre la Real Sociedad, que la ganó, y el Atlético de Madrid), y el Wanda Metropolitano registró un lleno en un Atleti-FC Barcelona (los más de 60.000 espectadores establecieron un récord mundial).
En 2009... comíamos carne sin pensar en las consecuencias
La ONU recomendó en 2019 reducir su consumo para cuidar el planeta, la OMS desaconseja la carne roja y procesada para prevenir el cáncer, en España el 7,8% de la población mayor de 18 años (más de 3,6 millones de personas) es veggie… Atrás quedan los días en que uno pedía un chuletón en el restaurante sin conocer las consecuencias que conlleva comer carne.
En 2009... nos resignábamos a ser calvos
Tras probar potingues de todo tipo, y en vista de que la única solución eran carísimos injertos capilares, hasta fechas recientes muchos asumimos con pesar nuestra alopecia, camuflándola, en la mayoría de los casos, con un estratégico rapado. Pero de un tiempo a esta parte parece que si uno es calvo, es porque quiere. Los paquetes quirúrgico-turísticos a Estambul, donde te plantan pelo en la cabeza a un precio asequible, han supuesto en los últimos cinco años una solución para acomplejados o aquellos que simplemente desean verse mejor. En el fondo, y aunque llegamos a defender la tesis, siempre supimos que lo de que los calvos somos más sexies era un bulo estratosférico.
En 2009... pedir una cerveza «sin» no era tan común
La fiebre por la alimentación saludable y el culto al cuerpo han aumentado a lo largo de la década, lo que se ha reflejado también en los hábitos etílicos. Antaño, las cervezas sin alcohol se pedían por lo bajini, como Woody Allen comprando revistas porno en Bananas (1971). Ahora, su consumo se ha generalizado, y quienes quieren mantenerse en su peso ideal o van a coger después el coche disponen de una amplia variedad de lúpulos (tostadas, con limón…) para entregarse al placer cervecero sin ese extra de calorías y sin que se les suba a la cabeza. Un 14% de las cervezas consumidas en España (unos 48 litros por persona al año) son sin alcohol o 0,0, según datos de OCU de 2019.
En 2009... Rosalía no estaba en nuestras vidas
Habida cuenta del impetuoso vendaval que representó la publicación en 2018 de El mal querer, su segundo disco, cabe preguntarse cómo es posible que hace diez años tirásemos para delante sin Rosalía. La catalana ha sido la comidilla de enteradillos de la música, de quienes no tienen ni idea pero se las dan de enteradillos, de amantes del cine, de observadores de la moda, de quienes están en contra de la apropiación cultural, de quienes la absuelven de dicha apropiación… Todos hemos opinado alguna vez de Rosalía. Quién iba a decirnos en 2009 que el personaje que más daría de qué hablar al término de la década sería… una cantante.
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