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Luis Figo: “Si debo ir a Barcelona, voy. Como dicen en mi país: ‘Si tienes miedo, compra un perro’. Y yo tengo tres”

Siempre que llega un Barça-Madrid sale del recuerdo aquella pitada insuperable del Camp Nou al portugués. Todavía hay heridas sin curar de aquel fichaje. Hoy, el exjugador vive en la capital, aparece en el nuevo anuncio de Cortefiel y no se esconde ante casi ninguna pregunta

Luis Figo posa en exclusiva para ICON practicando su 'putt' en el Hotel Orfila de Madrid vestido de Cortefiel.
Luis Figo posa en exclusiva para ICON practicando su 'putt' en el Hotel Orfila de Madrid vestido de Cortefiel.Foto: Ximena & Sergio
Carlos Marcos

Bob Dylan y Luis Figo tienen una interesante conexión religiosa. Judas. Los puristas del folk se lo llamaron a Dylan en mayo de 1966, la primera vez que irrumpió en el escenario con una banda de rock: ellos solo le concebían con la austeridad de voz y guitarra acústica y no pudieron soportar aquel ruido rockero. El tiempo dio la razón al compositor: su música se hizo más rica con la apertura de miras. Y de Judas tildaron los aficionados catalanes a Figo cuando pasó, en 2000, de ser el capitán del F.C. Barcelona a convertirse en la estrella del Real Madrid. Ese fichaje abrió muchas heridas que todavía hoy continúan supurando. Pero el portugués, al igual que Dylan, también venció: en el fútbol actual, el aficionado vive con resignación y sin dramas cómo sus estrellas fichan casi sin pestañear por el eterno rival.

Aquella pitada del 2000 con Figo de blanco visitando el Camp Nou superó los decibelios de un concierto de Motörhead. Sentado en un sofá de un hotel madrileño, el portugués se lo toma hoy con calma y reta a sus detractores: “Los que me llaman Judas y traidor deberían ser un poco más creativos. Ya es repetitivo…”.

“Veo a Cataluña con tristeza. Es una tierra maravillosa y la gente está viviendo seguramente malinformada. Les han prometido algo, pero nunca lo van a llevar a un fin”

Figo (Lisboa, Portugal, 1972) es pionero en muchas cosas: en el inicio de la Liga de los galácticos, en la llegada del fútbol moderno con comerciales giras de pretemporada rompemúsculos por Asia y EE UU, o en el deportista glamuroso posando en la alfombra roja con su pareja. Junto a ella, la modelo Helene Svedin (Sollefteå, Suecia, 1976), protagoniza la última campaña de la firma de moda Cortefiel, que lleva por título Tiene ese algo y en la que ambos rememoran todo lo especial que vieron el uno en el otro cuando se conocieron.

Para comprender la dimensión de este hombre elegante y atractivo hay que acudir a la gigantesca televisión a la carta que es YouTube. Allí hay recopilaciones de sus excelentes condiciones como futbolista. Regateador poco especulativo (hola, Neymar), sus incursiones llevaban siempre peligro, ya fuera con un pase dañino para el rival o con una finalización letal. Figo era un jugador sofisticado alejado de las graníticas propuestas que vemos hoy todos los fines de semana.

También en YouTube se pueden revisar las algaradas que se montaban cuando llegaba vestido de blanco al Camp Nou. Como la citada pitada mítica de 2000. “No he escuchado nada semejante en la vida”, ha dicho Guti, que también estuvo por allí. En una de estas incursiones en territorio hostil le lanzaron una cabeza de cochinillo. “Me encanta el cochinillo”, dice hoy, confirmando que no es vegano y que se toma todo aquello con flema portuguesa. “No veo mucho las imágenes porque no soy de revivir el pasado. No lo pasé mal aquellos días, para nada. La gente piensa que sí, pero es que no. Fue una experiencia para madurar. A algunos les gusta hablar de ese partido, mitificarlo, pero para mí fue un día más”, apunta.

Luis Figo dice viajar poco a Barcelona. “No reniego de mi pasado, solo puedo decir cosas buenas de la ciudad. Pero no voy mucho porque actualmente no tengo demasiado que hacer allí. Pero si debo ir a Barcelona, voy. Como dicen en mi país: ‘Si tienes miedo, compra un perro’. Y yo tengo tres, así que no tengo miedo”.

El exjugador cuenta algún detalle de cómo el Real Madrid arrancó el corazón de su gran rival. Florentino Pérez dijo que si ganaba las elecciones del Madrid de 2000 ficharía al capitán azulgrana. Figo se reunió con el presidente del Barça, Josep Lluís Núñez, y le informó de que Florentino pagaría su cláusula: 10.000 millones de pesetas (unos 60 millones de euros de hace dos décadas). El jugador no quería irse, solo aprovechar el interés blanco para conseguir una revisión al alza de su contrato como barcelonista. Pero Núñez le dijo que si traía el dinero se podía ir. “Empezó como una cabezonería de Núñez, que quizá no se lo creía. Pero la cosa fue creciendo y al final pasó lo que pasó”, explica el portugués.

El perfil izquierdo de un extremo derecho.
El perfil izquierdo de un extremo derecho.Foto: Ximena y Sergio

Existió un rumor legendario de su etapa barcelonista que retrata la capacidad de fabulación del ser humano futbolero: que Guardiola y él tuvieron una relación. Figo lo zanja sin pizca de humor: “Guardiola fue un gran amigo, una persona que me ayudó mucho. Mi compañero de habitación. Pero no hubo nada. Me gustan las mujeres”. Estuvo cinco temporadas en el Barcelona, otras cinco en el Real Madrid y finalizó su carrera en el Inter de Milán. Lo ganó todo, incluido el Balón de Oro en 2000. Con el Real Madrid y el Inter mantiene relaciones fluidas, no con los azulgrana. “Veo a Cataluña con tristeza. Es una tierra maravillosa y la gente está viviendo allí seguramente malinformada. Les han prometido algo, pero nunca lo van a llevar a un fin. Cuando ves las imágenes que ves y a la ciudad dividida… Es triste. Es mucho mejor que haya cordialidad”. ¿Tiene alguna solución? “Soy extranjero, prefiero no opinar. Yo tendría la solución, pero no me compete. Mejor no hablar de política”.

Hablemos pues de fútbol y sus daños colaterales, de por qué este maravilloso juego se ha convertido en un universo amurallado donde no penetran ni las fatigas del pueblo (particularmente durante las duras crisis económicas) ni casi ninguno de los progresos sociales. ¿Conoce a alguna estrella a la que le hayan bajado el sueldo? Responde Figo: “No creo que el futbolista esté mimado y viva en una burbuja. Es un trabajo. El fútbol genera millones y si los clubes tienen la capacidad de pagar esos sueldos… Es que nadie obliga a nadie. Es oferta y demanda. Fichar a un jugador es mucho dinero, pero es el mercado, es lo que hay”.

Otro asunto: la homosexualidad. ¿Por qué ningún jugador de la Primera División española se ha declarado gay? “La gente es muy cruel. Juegas todos los domingos, te atacarían por eso y no por tu rendimiento. Será por protegerse, no por vergüenza. Esa es mi opinión”. ¿Camina la sociedad, pues, a un ritmo y el fútbol a otro? Figo no comparte: “Hablar es fácil, demostrarlo es más difícil. Supongo que será eso…”. Y acaba con un: “Oye, igual lo que pasa es que no hay ningún futbolista gay”. Y se echa para atrás en el sofá.

“Guardiola fue un gran amigo, una persona que me ayudó mucho. Mi compañero de habitación. Pero no hubo nada. Me gustan las mujeres”

Figo es hijo único de una familia trabajadora portuguesa. No recuerda una infancia con falta de afecto. Siempre se sintió arropado por sus padres, sus tíos y sus primos. Empezó de niño en las categorías inferiores de equipos profesionales (en este caso el Sporting de Lisboa) y tuvo que dejar de estudiar. Cuando se retiró, en 2009, con 37 años, se sacó el graduado escolar. Luego realizó un máster en dirección de empresa. Lo suyo no es estar entrenando y dirigir a un equipo, como han hecho muchos exfutbolistas. Lo suyo es la gestión. Se presentó para dirigir la FIFA, pero retiró su candidatura por “una grave falta de transparencia democrática”. Es joven: seguramente lo volverá a intentar. Dice tener un capricho que no se podía permitir cuando era profesional del fútbol: "Champagne y vino. Ahora tengo más libertad para tomarlo. Me gusta comer bien y beber bien. Bebo vino a diario".

En la actualidad, trabaja como embajador de diversas organizaciones del fútbol internacional y gestiona sus negocios. Uno de ellos es la propiedad de la firma de dulces Elgorriaga y otro opera en el sector del fosfato, en África. Todo lo gestiona desde su casa de Madrid, donde vive con su mujer y sus tres hijas, de 20, 17 y 14 años. “Estoy rodeado de mujeres. Además de mi familia tengo dos asistentes mujeres… y tres perras”, apunta.

Y habla de uno de los temas donde últimamente el famoso de turno es experto en pisar charcos: “No soy machista ni feminista. No soy de extremos. Cada uno debe tener su espacio y una igualdad de derechos. Hay que ser coherente y sensato. No me gusta el falso feminismo. Ni el machismo. Tiene que haber un equilibrio en todo. Una igualdad. No puede ser que un hombre reciba más que una mujer por el mismo trabajo. Somos todos seres humanos”.

Le informamos de la definición académica de feminismo: "Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre". Y conseguimos que una persona que antes de la entrevista no se veía “ni machista ni feminista” cambie de opinión. “Pues en el sentido que dice la RAE de lo que es feminismo, sí soy feminista. Hay que ser sensato y ya está”.

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.

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