Fútbol y alimentación para un futuro mejor
Emmanuel Faber, presidente y director ejecutivo de Danone, convocó al futbolista Carles Puyol, la Alta Comisionada para la Agenda 2030, Cristina Gallach, el periodista John Carlin y Muhammad Yunus, premio Nobel de La Paz, para conversar sobre el poder del deporte y los retos de las nuevas generaciones para alimentar un mundo más sano, más justo, más sostenible
¿Qué poder tienen los niños para cambiar el mundo? ¿Qué responsabilidad tenemos nosotros, los adultos, con respecto a las futuras generaciones? Estas preguntas, y muchas más, surgen cuando llevas dos días viendo el entusiasmo y la fuerza de 700 críos y crías de entre diez y doce años, representantes de 27 países encuadrados en 56 equipos de fútbol, que compiten en la final mundial de la Danone Nations Cup 2019.
El pasado sábado 12 de octubre, en el RCDE Stadium de Barcelona, se celebró la final de este singular torneo deportivo impulsado por Danone. Miles de personas asistieron al evento. El fútbol no es solo una cuestión de ganar o perder: Emmanuel Faber sabe que es mucho más importante que eso. "Hoy es un día especial para nosotros", dijo el presidente y director ejecutivo de Danone. "Una oportunidad única para situar a los jóvenes jugadores como agentes de cambio y hacerles sentir, a través de la competición, lo que ya son: ciudadanos del mundo".
"El futbol es un reflejo de la condición humana, como lo es la conversación", afirmó Carlin, a su vez. "Los animales se comunican; la conversación, en cambio, nos hace humanos. Parloteamos, y ese eterno "blablabla" nos hace mejorar", bromeó el periodista en el marco de un encuentro informal promovido por Faber el mismo día de la final de la Danone Nations Cup 2019.
En el encuentro, que tuvo lugar en el estadio del RCD Espanyol de Barcelona, participaron, además de Faber y Carlin, Carles Puyol, excapitán del FC Barcelona y de la selección española; referentes en materia de sostenibilidad como Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030 por el Gobierno de España, y Muhammad Yunus, premio Nobel de La Paz en 2006. Si algo estuvo claro entre todos los participantes es que la comida y el fútbol pueden y deben ayudarnos a hacer el mundo un poco mejor.
La cuestión es ¿cómo?
"Por ejemplo, empezando por la inclusión de género", subrayó el máximo responsable de Danone. "Las mujeres están cambiando las reglas del juego en todos los ámbitos de nuestra vida, por supuesto también en el fútbol", añadió Faber, y aportó unos datos significativos al respecto. En esta edición de la Danone Nations Cup acudieron 16 equipos femeninos en representación de 12 países. Pero hay algo más importante: en las fases previas al torneo participaron 36.000 niñas. Y la cosa no se quedó ahí: el objetivo es que, para el año 2025, se consiga la paridad. Es decir, que concurran a la competición el mismo número de equipos masculinos que femeninos.
"El deporte tiene el poder de cambiar el mundo; algo que los políticos no podemos hacer", dijo una vez un político de raza como Nelson Mandela. A lo que Cristina Gallach recordó: "Somos la última generación capaz de afrontar los desafíos del planeta", en referencia a la agenda 2030. ¿Qué es la agenda 2030? Es una llamada de atención y un compromiso global: es un plan de acción, que nace del compromiso de los estados miembros de las Naciones Unidas para abordar los problemas más graves que tiene planteada la humanidad. Es, en definitiva, la gran oportunidad –quizá la última, como dijo Gallach– de abordar en serio problemas como el cambio climático, el desarrollo sostenible y la citada lucha por la igualdad de género. "Para cumplir la agenda 2030 debemos conseguir que toda la sociedad, con iniciativas públicas y privadas, jueguen en la misma dirección: la dirección del cambio. Una hoja de ruta que nos están señalando organizaciones como BCorp y que desde el Gobierno seguimos con gran interés”.
Carles Puyol, como deportista de éxito, ahora retirado, está agradecido a esa misma sociedad que le ha permitido llegar a donde ha llegado. Por eso participa en iniciativas como esta: "Para devolver algo de lo que la sociedad me ha dado", dijo el que fuera legendario capitán de la selección española.
En ese sentido, Emmanuel Faber, responsable de una multinacional del sector de la alimentación como Danone, con presencia en todo el planeta, no se engaña. "Nosotros no somos una ONG: como empresa tenemos que generar beneficios. Pero también sabemos que una empresa sin valores no tiene un futuro. Si queremos cumplir cien o doscientos años más, debemos ser fieles a los principios con los que nacimos en Barcelona hace ahora cien años". En ese sentido, el máximo responsable de Danone añadió: "En Danone ya teníamos el convencimiento, en 1972, que solo puede haber crecimiento económico si va de la mano del crecimiento social. El mundo no nos es ajeno. Debemos, por lo tanto, fomentar unos valores de solidaridad, respeto y cuidado por el medioambiente. El 40% de nuestro bonus están vinculados al fomento de esos valores. Es la única manera de garantizar un futuro más justo y mejor para todos".
A lo que Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz, apostilló: "El deporte tiene un poder único para fomentar valores. La emoción que despliega –las copas mundiales, los Juegos Olímpicos– tienen un potencial incontestable para transformar la sociedad”. El deporte, en su opinión, es espectáculo y es negocio y, cada vez más, tiene que ser también un instrumento de cambio social. "Las últimas Olimpiadas generaron 7.000 millones de euros. ¿Qué parte de esa cantidad de dinero ha vuelto a la sociedad? Algo tan sencillo como transformar las villas olímpicas de los deportistas durante los Juegos en viviendas sociales ayudaría en gran medida".
Faber, como responsable de Danone, confesó: "Como empresa, debemos ir afrontando los problemas desde un cambio de perspectiva. Compartir las preocupaciones es el primer paso necesario para buscar soluciones". Y añadió: "Ante todo debemos hacer un ejercicio de humildad, e ilusionarnos para conseguir ilusionar a los demás. En Danone somos conscientes de que el deporte es una fuente inagotable de ilusión".
Como la ilusión que sintieron las jugadoras del equipo que representaba a España (del RCD Espanyol de Barcelona) que se impusieron en la final de la Danone Nations Club a Francia por dos a uno, mientras que los representantes españoles masculinos, los niños del Villarreal CF, perdían la final frente a México en tanda de penaltis. Los ganadores alzaron la copa. Pero todo el estadio se sintió feliz por haber participado en un evento tan singular. Porque el fútbol, bien entendido, es así.
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