Polémica por las críticas al príncipe Jorge y sus clases de ballet

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La escuela a la que acude el príncipe Jorge de Cambridge, hijo mayor de los duques Guillermo y Kate, tiene un programa curricular más que completo. Con seis años, el pequeño empezará su tercer curso la semana próxima, pero ya desde el primero recibe lecciones de Francés, Informática, Arte, Música, Gimnasia, Teatro y Ballet. Además, el año pasado, en su segundo curso, se añadieron clases de Matemáticas, Inglés, Historia y Geografía, Educación Religiosa y Ciencias. Un programa multidisciplinar que, sin embargo, ha suscitado una cierta ironía por parte de algunos comunicadores que estos días han tenido que disculparse públicamente tras una inoportuna burla al aprendizaje del pequeño. 

La presentadora Lara Spencer, uno de los rostros más famosos del programa matinal estadounidense Good Morning America, se ha sometido al escarnio público por parte de numerosos bailarines, actores y artistas por haberse burlado en directo de que el pequeño Jorge haga ballet, entre las risas del público asistente. "El príncipe Guillermo dice que Jorge adora absolutamente hacer ballet. Tengo algo que decirte, príncipe Guillermo: a ver cuánto le dura", soltó la presentadora en tono de burla.

Desde entonces, las críticas contra Spencer han sido continuas tanto por parte de hombres como de mujeres relacionados con el mundo del espectáculo. El actor de Star Trek George Takei, por ejemplo, escribía en su cuenta de Twitter: "Lara Spencer se ha burlado de que el príncipe Jorge, de seis años, haga ballet. Algo que demuestra como la masculinidad tóxica puede extenderse de manera agresiva por parte de mujeres insensibles. Como mi tocayo Jorge y como amante de la danza, estoy muy enfadado y decepcionado por sus palabras". El bailarín, coreógrafo y ganador de dos premios Emmy Travis Wall decía ante sus más de 680.000 seguidores de Instagram: "Lara Spencer, tengo un mensaje para ti: despierta, estamos en 2019. Pon al día tu programa".

A Spencer no le ha quedado más remedio que disculparse, pero por el momento no lo ha hecho a través de su espacio televisivo, con millonarias audiencias, sino solo en su perfil de Instagram y sin citar al príncipe. "Mis sinceras disculpas por un insensible comentario que dejé caer ayer. Desde el ballet a cualquier cosa que alguien quiera explorar en la vida, os digo: id a por ello. Creo absolutamente que todos debemos ser libres de perseguir nuestras pasiones. Ve, escala tu montaña y ama cada minuto de ello", escribía en su perfil para más de 300.000 seguidores.

Según han dado a conocer algunos bailarines a la revista People, Spencer se ha puesto en contacto con ellos para explicarles que está "completamente horrorizada y que de verdad quería mandar una disculpa masiva", según ha explicado a ese medio el propio Travis Wall. "Podía escuchar el horror en su voz", explicaba. "Ella sabe que hay un montón de nosotros, de Broadway y de la comunidad de danza de Nueva York, que vamos a ir el lunes a Good Morning America y a dar clases de ballet fuera", ha explicado el coreógrafo. "Está al tanto y quiere hablar con nosotros, quiere que las cosas se hagan como debe ser", cuenta. "La comunidad de la danza es increíble y que nuestras voces se oigan es fantástico. ¡Hurra!".

En concreto, Jorge da 35 minutos de ballet a la semana, una actividad que le apasiona, según fuentes cercanas a la familia real británica. Este año, a la exclusiva escuela londinense Battersea se le unirá la princesa Carlota, la mediana de los hijos de los duques, que ya ha cumplido cuatro años. "Jorge es más reservado, mientras que Carlota es más abierta", cuenta una fuente a la revista People, que publica un número sobre los tres hijos de los duques, Jorge, Carlota y el pequeño Luis. "Es la misma diferencia que hay entre Guillermo y Enrique; Enrique es mucho más despreocupado y Guillermo más serio, porque será rey algún día".

Como dicen esas mismas fuentes, Jorge y Carlota son tratados de la misma manera por sus padres. "Hay una responsabilidad que recáe sobre Jorge, pero no le tratan de forma diferente. Les llevan a la misma escuela, y eso lo dice todo". Además, los dos tienen una edad similar, se llevan menos de dos años, algo que hace que pasen mucho tiempo jugando entre ellos: "Hacer planes para jugar con otros niños puede ser complicado, así que han aprendido a confiar el uno en el otro".