Así se ve a sí mismo Javier Cansado
CANSADO Y CLON podría ser el nombre de esta pareja cómica, única e irrepetible. Uno es el calco del otro. Javier Cansado se pinta tal como es, sin florituras. Jugar a encontrar las diferencias entre este par de cansados es inútil; la gracia va por dentro. Se les nota en la mirada, en la sonrisa y en la pose de aquí no pasa nada. El realismo es tal en el dibujo que impresiona no encontrar un trazo de creatividad entre sus rasgos garabateados. Ojos, boca, nariz, barba, pelo; todo igual salvo una oreja mínimamente descarriada porque al humorista le tiembla el pulso. No hay más, las emociones se quedan para el escenario. Si fotografía y autorretrato se superpusiesen, ambos se fundirían en un mismo yo. Como en una de sus actuaciones, hay que prestar atención para después reír a carcajadas. Quizás, esta sea la magia del humor inteligente.
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