La fiebre de las criptomonedas
Facebook se prepara para lanzar su divisa virtual el próximo año
Primero se quedó con los datos y ahora quiere el dinero. En una comunidad con 2.700 millones de usuarios, cuya información personal alcanza un valor meteórico, lo que le faltaba a Facebook era una moneda propia. La compañía fundada por Mark Zuckerberg, propietaria de WhatsApp y Messenger, se prepara para lanzar su divisa virtual (libra) el próximo año en una nueva demostración de su inabarcable poderío. Para disipar desconfianzas, se ha apresurado a asegurar que la información financiera la gestionará una empresa distinta y que no compartirá los datos ni la cuenta con terceros sin el consentimiento del cliente.
La reputación de los gigantes tecnológicos, dañada por la fuga de información personal y por los ciberataques, puede ser un factor disuasorio ante esta criptomoneda, cuyas funciones básicas serán transferir dinero entre usuarios y pagar en establecimientos. No deja de ser llamativo que la propuesta de Facebook vaya dirigida a países en vías de desarrollo y que el vídeo de su presentación se haya ilustrado con imágenes de Filipinas y México. Con esta moneda virtual Zuckerberg quiere llegar a esos 1.700 millones de personas de todo el mundo que carecen de una cuenta bancaria. Si según la ONU hay 1.300 millones de pobres, la mitad sobrevive con menos de dos dólares diarios, la cuestión es cómo aspira Facebook a fomentar el ahorro entre la población más desfavorecida. Una considerable parte no tiene cuenta bancaria porque, sencillamente, carece de dinero.
Quienes aplauden la llegada de libra han podido respirar con tranquilidad al saber que su sede legal estará en Suiza, un refugio excepcional para el dinero. A diferencia de otras criptomonedas, cuyo valor se mueve como una montaña rusa, libra aspira a desterrar los fantasmas de la volatilidad y mantener una cierta estabilidad toda vez que estaría referenciada a un paquete de fondos de divisas internacionales, entre ellas el euro y el dólar. Aun así no son pocas las dudas. Los más críticos advierten de que podría utilizarse para financiar actividades delictivas o blanquear dinero. Las autoridades se mantienen alerta. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, lo ha expuesto gráficamente: hay que observar el fenómeno “con la mente abierta, pero no con la puerta abierta”. Una cosa es que los usuarios cedan gratis sus datos a Facebook y otra que le confíen su dinero.
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