El sentido de un mañana
En el futuro, quizá algún historiador podría simbolizar nuestro tiempo con una foto de la aguja de Notre Dame quebrándose por el fuego. Dirá, acaso, que aquel día se quebró un símbolo de las antiguas luces de nuestro continente. Que, con aquel incendio, comenzó la oscuridad en Europa. Y ¿qué diría si, como parecen indicar las cosas, el fuego de la catedral fuera consecuencia simplemente de un mero error de un hombre que no tuvo más cuidado cuando debería haberlo tenido? Los símbolos de nuestro mundo se derrumban, nuestros sistemas caen, nuestro horizonte se vuelve pálido. Pero allá, tras la historia, vive lo humano. Con toda su grandeza. Con toda su banalidad. Y quizá gran parte de nuestro destino no dependa más que de un par de accidentes afortunados, pero solo desde lo humano podremos intentar entender la historia y construir, al fin, el sentido de un mañana.
Miguel Ángel Morenas Rodríguez. Fuenlabrada (Madrid)
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