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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Elecciones y retos internacionales

España tiene la oportunidad única de estar al lado de Francia y Alemania al mando de esta UE renovada tras el Brexit, pero eso exige dar un paso al frente en su estrategia exterior y en su cooperación

Jonny Caspari
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Las elecciones del 28 de abril parecen centradas, al menos en los discursos públicos, en cuestiones muy domésticas, con poco sitio para mirar fuera. Pero tanto los analistas como los partidos políticos son muy conscientes de que la próxima década tendrá un marcado carácter internacional.

En la era de la nueva guerra fría entre China y EE UU, que tiene su centro en el comercio, pero con derivadas militares y de influencia en los países en desarrollo, la Unión Europea debe afirmar su papel de potencia comprometida con los derechos humanos y que privilegia la sostenibilidad y la igualdad de género. Competir con las dos grandes potencias hegemónicas en los campos militar o tecnológico está fuera de nuestro alcance, pero la influencia europea en el mundo desde la cooperación y una agenda económica y política con fuerte acento de derechos humanos es imprescindible y debe ser su sello definitorio.

España tiene la oportunidad única de estar al lado de Francia y Alemania al mando de esta UE renovada tras el caótico tiempo del Brexit. Se la espera, pero eso exige dar un paso al frente en su estrategia exterior y en su cooperación internacional. Por desgracia, las cifras del conocidas esta semana nos dan una trágica foto de la realidad: España contribuyó en 2018 con el 0,2% de su riqueza a la cooperación internacional (y más de la mitad son cuotas de obligado cumplimiento a la UE).

España lleva una década perdida en su cooperación internacional. Una situación paradójica: mientras se queda a la cola de los donantes del euro —cuyo promedio es del 0,5% de la riqueza nacional dedicada a cooperación— la población española está, junto a la sueca, en la primera posición en el respaldo a la solidaridad y el 0,7% según el Eurobarómetro.

La cooperación internacional está viviendo transformaciones aceleradas de las que España ha estado al margen por incomparecencia. Pero hoy tiene la oportunidad de regresar: la combinación de una UE que necesita energía, la silla vacía que deja el Reino Unido —que aprobó el 0,7% por ley hace pocos años—, el ataque al multilateralismo de la administración Trump, y la oportunidad que brindan la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible son las bases de esa oportunidad.

Pero la cooperación internacional es más necesaria que nunca por otras razones: el avance del cambio climático, la lucha contra los paraísos fiscales, la mayor crisis de refugiados desde la segunda Guerra Mundial, la crisis de financiación y deuda que se avizora en África Subsahariana, o la cronificación de los conflictos sólo pueden abordarse desde la acción colectiva. Sin esa acción, no hay soluciones eficaces. Y si la era que nació en la década de 1940 ha tenido muchos defectos, esta es una nueva era en que ese sistema internacional debe fortalecerse o tal vez refundarse, pero el refuerzo del nacionalismo es la peor opción estratégica para la humanidad, y también para España. El tiempo en que vivimos reclama un enfoque feminista y un fuerte componente de sostenibilidad ambiental y defensa de los derechos humanos.

Bajando a lo concreto, la política exterior y de cooperación que esperamos del próximo Gobierno de España, debería:

Mientras España se queda a la cola de los donantes, la población española está en la primera posición en el respaldo a la solidaridad

Por supuesto que una agenda de política exterior tiene dimensiones que no tratamos aquí —culturales, científicas, económicas y de relaciones puramente políticas— pero estas son fundamentales para que el Gobierno que salga de las urnas tenga una posición de vanguardia a nivel internacional. Como la potencia positiva en un mundo incierto que queremos que sea España desde hoy hasta que se cumpla con la agenda 2030.

Jaime Atienza es responsable de Financiación del Desarrollo de Oxfam Intermón

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