Este es el resultado de la obsesión de un fotógrafo. Una búsqueda incesante de los matices de la luz a través de una cámara de placas. Una pasión por capturar instantes cargados de brumas y reflejos para ofrecer nuevos puntos de vista sobre la belleza de la realidad que nos rodea. Así es como el creador de estas escenas ha dedicado horas a detener el tiempo con unas imágenes evocadoras y empapadas de la emoción de los paisajes.
Bosque hundido, en el norte de Teruel.Fernando MansoSilencio, Bom Jesus do Monte, Portugal.Fernando MansoDaimiel, frío amanecer.Fernando MansoTerrazas de arroz en Baguio, Filipinas.Fernando MansoDisfrutando en el Mar Muerto.Fernando MansoSauce entre agua y niebla, Madrid.Fernando MansoKioto en invierno.Fernando MansoCascada en Bienheim, Inglaterra.Fernando MansoBarcas entre la niebla, en Oporto, Portugal.Fernando MansoBajamar en San Vicente de la Barquera. La poética de la luzPintar con luz es lo que me lleva a mostrar lo más profundo de mis emociones. La paciencia serena y reflexiva con la que fotografío me transporta más allá de las sensaciones, reflejos, brumas que surgen no solo al amanecer y al atardecer, cuando aparecen y desaparecen la nieblas, los haces de luz que se filtran a través de las nubes… En definitiva, me inspiro y aferro a “La Luz” que nos hace percibir la realidad y sus interpretaciones. De esta forma, fiel a mí mismo, es como quiero enamorar al espectador, con mi visión a través de una cámara de placas (10×12 y 20×25, con película negativo color y blanco y negro). Cargada con el hechizo misterioso de un espíritu romántico. Esta paciencia a la hora de capturar La Luz de las escenas que retrato pretendo traducirlo en trabajos de belleza sobrecogedora. Para ello, estudio y analizo los espacios observándolos durante mucho tiempo. Pleamares y bajamares, tormentas, lluvias, luces suaves… Una vez allí, en el lugar elegido, y con una paciencia infinita, espero que pase algo; solo disparo por sentimientos y para hacer la foto. Hay veces que tengo la suerte de llegar y disparar (solo me ha ocurrido un par de veces en mi vida), pero lo normal es dedicarle horas, días, incluso semanas y meses, para conseguir lo que siento.Fernando Manso