La revolución del orden. Así son y así trabajan las Marie Kondo españolas
Son las herederas españolas de Marie Kondo, la gran gurú de la vida organizada. En un mundo cada vez más vertiginoso, sus consejos aspiran a aportar felicidad. Acumulan miles de seguidores y han convertido sus recetas en un negocio.
Lo siento. Sufro al ver las cosas desordenadas”. Alicia Iglesias se disculpa mientras recoloca en filas milimétricamente alineadas 12 sillas de plástico alrededor de una larga mesa de madera. Se dispone a impartir un taller sobre orden y limpieza en un espacio coworking de Madrid donde acuden mayoritariamente mujeres en busca de trucos y consejos para que la armonía vuelva a reinar en sus casas, y en sus vidas. Hoy son 15 personas que han pagado 40 euros cada una por una sesión de tres horas. Su título: 21 días para tener tu casa lista.
“Más que una organizadora, soy una tiradora profesional. Da gustito tirar cosas”
Alicia Iglesias cuenta con 73.600 seguidores en Instagram. A su canal de YouTube Orden y limpieza en casa están suscritas 74.000 personas.
Andador de El Lobo Feliz, al igual que los animales de madera. El caballito y los ositos de peluche son de Bonton, y la mano de madera, de Barataria. Los archivadores son de Muji.
“El orden es como hacer deporte o seguir una dieta. Tienes que encontrar el momento para empezar”, explica Alicia con entusiasmo. Y ese momento llegó para esta asturiana de 35 años cuando compartía un caótico piso de estudiantes en Madrid y cursaba la carrera de Biología. “Me di cuenta de que no podía convivir así y empecé a ordenar las habitaciones de mis compañeras”. Años después, y a raíz de un despido —era consultora—, decidió transformar su “gusto por tirar cosas” en una forma de ganarse la vida. En 2006 abrió “el primer blog en España focalizado en la materia” y desde entonces no ha hecho más que ampliar una selecta cartera de más de 100 clientes que le han abierto de par en par sus casas en barrios de la capital como Salamanca, Somosaguas o la exclusiva urbanización La Finca. “No te puedo dar nombres, pero te diré que uno de ellos guarda un Oscar en el armario”, dice con una sonrisa de complicidad.
“En parte estamos de moda gracias a Marie Kondo, pero es mucho más que eso”, explica a su vez la catalana Cloti Martínez, especializada en armarios y vestidores y una de las pioneras de este mundillo en España. Nuestro modo de vida, cada vez más frenético, puede estar en el origen del asunto: “Vivimos en una sociedad con demasiada información a nuestro alrededor; se nos escapan muchas cosas. Como contrapartida, intentamos controlar el entorno en un intento de dominar nuestras vidas”.
“Organizo ropa porque nos vinculamos estrechamente a ella”
Cloti Martínez es autora del libro ReorganizARTE, el arte de ordenar tu casa y llenar de felicidad tu vida (Now Books, 2016).
Busto de Barataria y juego de mesas de Alessandro Albrizzi de Rue Vintage 74. Perchas de Muji y ropa apilada de Masscob y Mango.
Alicia y Cloti son dos de los organizadores profesionales que actualmente se abren paso en un negocio que había pasado inadvertido, casi de puntillas, hasta que en 2015 el huracán Kondo arrasara con todo en América y Europa. El fenómeno había arrancado en Japón cuatro años antes, cuando una hasta entonces desconocida Marie Kondo publicó allí La magia del orden, el libro donde plasmaba su propuesta radical de desprenderse de todo lo que nos hace infelices. Ese mismo año, el escritor y filósofo Keisuke Matsumoto escribió su Manual de limpieza de un monje budista, un alegato contra el exceso y el materialismo en el que extrapolaba su aprendizaje espiritual en un templo budista a la vida cotidiana del Japón del siglo XXI. Ambos libros se convirtieron en éxitos rotundos en su país de origen con postulados casi idénticos: cambiar el mundo a través del orden y el crecimiento personal; la armonía en el hogar es el primer paso para que la felicidad reine en nuestras vidas. Un discurso con partidarios y detractores que, en realidad, tampoco es novedoso en Occidente, pero que se convierte en algo contagiosamente atractivo al ser reformulado desde una perspectiva oriental y minimalista.
A rebufo del éxito planetario de la gurú japonesa se fundó en 2016 la Asociación de Organizadores Profesionales de España (AOPE), que agrupa a más de 120 miembros, con apenas presencia masculina, y aún muy lejos de los 4.000 afiliados de Estados Unidos. Además, muchos —como la propia Alicia— prefieren ir por libre.
Sus tarifas oscilan entre 35 y 60 euros la hora. Hacer que un armario deje de parecer una frondosa jungla imposible de desbrozar les suele llevar dos horas de trabajo; cocinas, salones y trasteros, cuatro. Esos suelen ser sus servicios más demandados, además de habitaciones de niños y adolescentes. “No soy una supernanny”, aclara Alicia. “No discuto con nadie ni voy a reñir a un hijo díscolo. Esa tarea corresponde a los padres”. Familias con un problema puntual de acumulación, solteros de largo recorrido, parejas recién divorciadas y defunciones son los perfiles con los que suelen lidiar. “Los casos más duros, en los que siempre termino llorando, son los vaciados de casas cuando muere alguien. Los hijos recurren a nosotras porque se les hace bola o porque no se ponen de acuerdo”, apunta Alicia.
“El día que te pones a ordenar tus cosas, tu hogar, tus emociones… apareces tú”
Vanesa Travieso fue la primera española en acudir a un curso sobre orden impartido por Marie Kondo en Chicago en 2016. Acumula 66.750 followers en Instagram. Desde 2017 tiene un blog en la revista El Mueble
Banqueta de terciopelo de Barataria, lámpara Eclipse de Batavia, jarrones de barro de Batavia con algodón de Margarita se Llama mi Amor, muñeca de madera Kokeshi de Batavia y set de café de porcelana de The Interiorlist.
A Vanesa Travieso, la reina del orden nipona le cambió la vida. A finales de 2016 acababa de dejar un trabajo “superbién remunerado” —era la responsable para Latinoamérica, España y Portugal de una firma de productos médicos— porque le obligaba a pasar largas temporadas fuera de casa, alejada de sus hijos. Casi por casualidad cayó en sus manos el best seller de Kondo. “Es el libro que más rápido he leído, lo devoré en un día y medio. Desde el comienzo me identifiqué totalmente con ella”, explica con voz suave y cadenciosa esta organizadora de 44 años que trabaja a caballo entre Barcelona y Madrid. A la semana siguiente contactó con el equipo de la japonesa y fue seleccionada para un seminario que impartía la mismísima Kondo en Chicago. Pagó 2.000 euros a cambio de tres días de intensos talleres donde, entre otras cosas, aprendió el arte del doblado vertical (colocar las prendas de canto, como si fueran libros en una estantería, para que ocupen menos), una de las señas de identidad de la nipona. En la última jornada pudo materializar el sueño de conocerla y, a partir de ahí, su vida dio un giro. “Me di cuenta de que a mi alrededor había muchas cosas y personas que ya no quería, que las tenía cerca por compromiso o por el qué dirán. Al volver a Barcelona, lo primero que hice fue romper con dos amigas tóxicas”, explica Vanesa.
El psicólogo Eparquio Delgado sostiene que la filosofía que propugna Kondo no esconde más que un engañoso efecto placebo. Nos hace creer que a través del orden podemos alcanzar la felicidad, “una palabra que le puedes poner a cualquier cosa porque no significa nada”. Sin embargo, para estas profesionales despedirse definitivamente del caos suele ser la semilla de un cambio más profundo. “Tuve una clienta que me llamó para ordenar su despacho y terminó dejando su trabajo de matemática”, desvela Cloti Martínez, quien asegura que el desorden externo suele reflejar una confusión interior. “Muchas personas toman primero la decisión de renovarse por fuera antes de atreverse a zanjar un malestar más hondo”.
“Las cosas deben trabajar para nosotros, no al revés”
María Gallay tiene 12.200 seguidores en Instagram. Pionera en el ámbito del orden, trabaja como organizadora desde 2003. Autora del manual El poder del orden. Una terapia contra el caos (Planeta, 2017).
Jersey de cachemir de Again.
Las rupturas sentimentales propician a menudo episodios embarazosos. Es el momento en el que muchos hombres acuden a ellas para organizar su salida del domicilio conyugal. En estos casos, la argentina María Gallay, de 50 años y veterana de la organización de espacios, ofrece un servicio especial como personal shopper: “Me los llevo de compras para que completen un ajuar mínimo… Algunos incluso prefieren que vaya yo sola a Ikea a comprarles lo imprescindible”.
El excesivo afán por llevar una vida más ordenada también puede esconder graves alteraciones de la conducta como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) o su reverso: el síndrome de Diógenes. María Gallay tiene grabado a fuego el caso del diplomático atrincherado en su casa de Madrid, sepultado por cientos de libros y ejemplares de periódicos atrasados. “Menos la cama, el resto de la casa estaba repleta de pilas de cosas hasta arriba”, recuerda con desasosiego. Se empleó a fondo durante tres meses para que el orden, aunque fuera tímidamente, brotara de nuevo. El proceso fue traumático para ella y tuvo que someterse a terapia “para tener el autocontrol y la paciencia necesarias”. A veces, el problema es el opuesto. La propia Gallay tuvo que ayudar, por consejo de una psiquiatra, a una diseñadora con TOC que necesitaba vaciar su piso antes de mudarse a Copenhague. “Quitamos hasta la última mota de polvo de cada libro que metía en las cajas. Fue un trabajo durísimo”.
“Deja espacio en tu vida para lo nuevo”
Mar Ferré suma 7.800 seguidores en Instagram. Está a punto de autopublicar su primer libro: Menos de todo y más de ti.
'Chaise longue' de Olivier Mourgue para Rue Vintage 74.
Los mandamientos de Kondo también tuvieron un efecto catártico en la existencia de Mar Ferré. Esta catalana de 45 años, con una larga experiencia en banca, tomó una decisión cuando salió de Cataluña Caixa tras un ERE a comienzos de 2016. “Empecé a colgar carteles por las calles de Barcelona: ‘¿Quieres que te ayude a ordenar?”. Así es como reclutó a sus primeras clientas. “Trabajando con ellas me di cuenta de que lo emocional se refleja a través de los objetos”. Ferré —que se describe a sí misma como “un poco psicóloga”— acuñó entonces el término ordenterapia. “Mi objetivo no es que consigas una casa Pinterest, sino que te conozcas a través del orden, una herramienta maravillosa para gestionar tus emociones y la adaptación a los cambios”.
Parte troncal de su terapia de choque consiste en luchar contra los apegos. Lo que ella denomina, en sentido figurado, el cajón flow, “un espacio vacío que hace falta crearse mentalmente para que entren nuevas cosas en tu vida”. Antes hace falta desprenderse de los objetos, “lo que más nos cuesta a todos porque reflejan miedos del pasado y, sobre todo, un gran temor al futuro”. Ferré culpa a la historia y a la herencia familiar: “Nuestros abuelos y padres vienen de una guerra y una posguerra. Guardaban siempre todo por un ‘por si acaso’. Esa costumbre se ha agravado ahora con un consumismo exacerbado y la filosofía de desechar antes que arreglar”.
“Una casa limpia y ordenada es muestra de un hogar en armonía”
Pepa Tabero gestiona un grupo de Facebook desde 2013 al que están suscritas 250.000 personas. Sus vídeos en YouTube son vistos por casi 40.000 personas. Autora del libro Manual de la casa limpia y ordenada (La Esfera de los Libros, 2016).
Vela Pantone de The Interiorlist; botella de leche, cafetera y plato de porcelana, todo de Despacio Concept Store; escoba, escobilla y recogedor de Muji, y despertador de Bonton.
Pero no todas las organizadoras beben del ideario de Kondo. Algunas reivindican que el oficio y sus técnicas vienen de mucho más atrás. “No suscribo nada de su método”, se distancia Alicia Iglesias. “El doblado vertical lleva tropecientos siglos inventado”, sentencia. Casi en las antípodas de ese furor por el minimalismo oriental se posiciona también la sevillana Pepa Tabero, que gestiona uno de los grupos de Facebook más concurridos: 250.000 personas están enganchadas a sus consejos prácticos sobre el cuidado del hogar. Ella intenta no defraudar a sus seguidores con numerosos vídeos, que también sube religiosamente a su canal de YouTube (40.000 suscriptores), con trucos para tareas tan prosaicas como limpiar sillas tapizadas, blanquear la ropa o sacar las manchas de vómito de las prendas de los bebés. Quizá por su formación militar —fue la primera mujer en embarcase en un buque de la Armada, donde trabajó tres años haciendo cartas de navegación—, rechaza cualquier influencia japonesa: “Lo zen es demasiado etéreo. Los españoles somos más barrocos, muy alejados de los japoneses”. Lo suyo, en cambio, tiene hondas raíces castrenses: “Si algo te enseña el Ejército es a llevar una vida cuadriculada, donde el orden es prioritario. Apliqué esa planificación en mi casa y funcionó. Ahora intento hacer lo mismo en las casas de mis clientas”, resume con aire marcial.
La hoja de ruta varía según cada organizadora, pero generalmente todo arranca con una charla o un intercambio de correos que desembocan en una visita al lugar donde radica el desorden. “Yo hago bastantes preguntas antes de empezar para saber qué necesitan y con lo que me voy a encontrar. Una vez estoy en la casa, suelo preferir que el dueño esté presente y diagnostico cuál es el problema con una rápida inspección. Como nos suelen mandar antes fotos, ya vas con una idea clara, aunque a veces, in situ, te das cuenta de que el problema es otro”, explica Cloti Martínez. Una vez finaliza su trabajo, lo complicado es lograr que el orden se mantenga en pie. Es el principal motivo de zozobra para sus clientes. Para evitar fracasos, Pepa Tabero acostumbra a colocar en lugares estratégicos de toda la casa pequeños pósits con las tareas más elementales del hogar, como antídoto contra la procrastinación de sus habitantes: “Recoge la cocina”, “Haz la cama”, “Tiende la ropa”… Según cuenta, la cosa funciona. “Hay que tener rutinas y esas rutinas hay que cumplirlas”, insiste.
El perfeccionismo llevado al extremo es algo común entre las organizadoras. “Hay mucho control freak en nuestra profesión”, reconoce Cloti Martínez. “Muchas sufrimos si alguien nos mueve dos centímetros el vaso del sitio donde lo habíamos dejado”, cuenta entre risas. Vanesa Travieso también admite que a menudo transita la fina frontera entre ser ordenada y maniática. Y hace una confesión final: “Llevo meses intentando poder irme tranquila de casa sin hacer la cama y que no pase nada”. Asegura que lo está consiguiendo.
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