_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Moderado

Un tiro al aire, por ejemplo, consiste en criticar la fecha elegida para unas elecciones que hasta ayer mismo venía exigiendo con vehemencia

Juan José Millás
Abascal y Casado en la manifestación de Colón.
Abascal y Casado en la manifestación de Colón.Carlos Rosillo

Casado habla del 155 como de un revólver. Y de sí mismo, como del pistolero más rápido del Oeste. No pide el voto, pide una insignia de sheriff para entrar en el Salón dando tiros al aire. Es increíble que siendo tan joven le hayan influido tanto las películas de vaqueros. Un tiro al aire, por ejemplo, consiste en criticar la fecha elegida para unas elecciones que hasta ayer mismo venía exigiendo con vehemencia. Como la campaña coincide en parte con la Semana Santa, ahí tiene una excusa para mezclar a Dios con la política. La cuestión es que no cese el ruido emocional del que se alimenta, no vaya a ser que las pasiones sean sustituidas por el pensamiento. A lo que más teme ahora Casado es al poder de la razón. Su correligionario de Vox lo expresó perfectamente en un acto público al solicitar a los asistentes que no le preguntaran por problemas concretos, pues él, dijo, no llevaba el Estado en la cabeza, sino España en el corazón. Abascal desenfunda más deprisa que Casado.

El precio de la vivienda ha subido un 30% en los últimos cuatro años. Recordar eso lo convierte a uno, a ojos de los líderes de la derecha, en un mal español. Quizá el piso de alquiler en el que vives tú o tus hijos sea la décima parte del tamaño de la bandera que ondea en la plaza de Colón de Madrid. Pero lo importante no son los metros cuadrados de tu casa, sino la superficie útil de la enseña nacional. Hay que meter eso en la cabeza de los contribuyentes para que adopten, frente a los conflictos reales, una actitud de carácter religioso. La patria, en fin, no es un lugar de encuentro, sino una teología en la que de la pobreza solo hablan los ateos, con los que hay que acabar. Estos fanáticos me están convirtiendo en un tipo moderado.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_