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El extravagante legado de Karl Lagerfeld

La incógnita sobre su herencia, la carta de despedida de su gata 'Choupette' en Instagram y la aparición de algunos detractores del icónico diseñador

El diseñador Karl Lagerfeld, en París, en 2010.
El diseñador Karl Lagerfeld, en París, en 2010.Jacky Naegelen (REUTERS)
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Que la muerte de Karl Lagerfeld, el káiser de la moda, iba a marcar un antes y un después en la industria y, por tanto, en gran parte de la sociedad, era un hecho objetivo. Lo que no era tanto de esperar han sido algunos de los extravagantes acontecimientos que se han sucedido a raíz de que el icónico diseñador alemán de la casa Chanel y Fendi falleciera el pasado martes 19 de febrero a los 85 años en París.

El primero tiene como protagonista la adorada gata de Lagerfeld, Choupette. El modisto convirtió a su mascota en un auténtico icono en las redes sociales y suena entre las quinielas como una de las principales herederas de su fortuna. La minina, que cuenta con más de 240.000 seguidores en Instagram y más de 51.000 fans en Twitter, se ha quedado huérfana y no ha dudado en rendirle un sentido homenaje al artista a través de sus redes sociales. “Gracias a todos por las palabras de condolencias. Con el corazón no solo roto sino también helado comienzo ahora mi duelo. Rezo porque todas vuestras palabras me ayuden y me hagan mejor este futuro sin mi papá”, ha escrito junto a una foto donde aparece la gata con un velo negro en la cabeza.

Choupette, que ha llegado a ganar tres millones de euros en un año por dos trabajos publicitarios, tiene dos niñeras, siempre viaja en primera clase y tiene su propio libro, Choupette: The Private life of a High-Flying Fashion Cat, de 128 páginas, en el que se detalla cuán consentida es. Ahora huérfana de padre, a la gata no le faltará de nada, pues Lagerfeld se encargó de dejar todo atado en vida. “Ella tiene su propia fortuna, es una heredera. […] Si algo me pasa las personas que cuidan de ella no estarán en la miseria. Choupette es una chica rica”, aseguró Karl Lagerfeld en 2015 en el programa Le Divan de Marc-Olivier Fogiel. Unas declaraciones que se rescatan ahora con las dudas sobre quién heredará el rico patrimonio del diseñador.

Aunque en Francia, donde residía Lagerfeld, no es legal que los animales hereden la fortuna de sus dueños, los medios franceses no descartan que el modisto haya dejado parte de su herencia precisamente a aquellos que se encargan de los cuidados de la que él siempre ha considerado su hija o “el centro de mi mundo”, como reconoció en otra entrevista con la revista The Cut en 2015.

Otra anécdota, no tan amorosa, que ha dejado la muerte del diseñador ha sido la protagonizada por la actriz británica Jameela Jamil en sus redes sociales. Mientras estrellas y celebridades del mundo del cine y de la moda han publicado su sentido homenaje hacia Lagerfeld en sus redes, la también presentadora de televisión ha marcado la diferencia con un mensaje totalmente diferente. “Un misógino despiadado y gordofóbico no debería ser elevado a santo en Internet”, ha escrito Jamil en Twitter en relación a un artículo que denuncia las numerosas salidas de todo que ha tenido a lo largo de este tiempo el káiser de la moda, quien llegó a llamar vulgar a Meryl Streep, gorda a Adele y de la hermana de la duquesa de Cambridge, Pippa Middleton, dijo que era tan fea que “solo debería enseñar la espalda”.

El tuit de Jamil ha provocado un gran debate en la red social, al que ha entrado Cara Delavigne en defensa del modisto. “No era un santo, era un ser humano que como todos cometió errores, pero todos deberíamos tener la oportunidad de ser perdonados”, escribió Delavigne comenzando una conversación entre ambas. “Hacerlo una vez como una broma y luego disculparse es una cosa, hacerlo una y otra vez a pesar de la protesta pública es de mala persona. Lamento hablar mal de alguien que amas”, dijo Jamil, a lo que Delavigne respondió: “Estoy de acuerdo, pero por favor no lo llames mala persona, simplemente no es justo. Tendríamos que estar hablando de personas vivas, como los que gobiernan y hacen sufrir”.

Jamil zanjó la conversación poniendo a la propia modelo como ejemplo: “Cara, sus palabras crueles no fueron dirigidas hacia ti…no puedes sentir el dolor de su mal comportamiento. Nunca es un buen momento para hablar de esto. Pero tanta gloria para alguien que hizo daño con frecuencia…Lo siento”.

Pero Jamil no ha sido la única que ha marcado la diferencia. PETA, la asociación de Personas por la Ética en el Trato de los Animales también ha sido criticada y acusada de celebrar la muerte del modisto en las redes sociales. “Karl Lagerfeld se ha ido y su paso marca el final de una era en la que el pelaje y las pieles exóticas eran codiciadas. PETA envía sus condolencias a los seres queridos de nuestro antiguo enemigo”, publicó el Twitter oficial de PETA.

Dejando a un lado las menciones –buenas o malas– que Lagerfeld ha recibido a través de las redes sociales, hay que destacar también cómo la obsesión por el control del divo de la moda ha llegado incluso hasta su muerte. Igual que tenía su vida y sus pasos absolutamente cuadriculados, Lagerfeld dejó organizada también su muerte. Él ya había decidido que no se celebrarían homenajes en su honor, según confirmó este miércoles un portavoz de Chanel, por lo que no habrá una ceremonia de despedida oficial.

El altar improvisado en homenaje a Karl Lagerfeld a las puertas de la tienda de Chanel en París
El altar improvisado en homenaje a Karl Lagerfeld a las puertas de la tienda de Chanel en ParísKiran Ridley (Getty Images)

Y aunque en vida sí tenía todo atado, no ha podido ser así en muerte, pues, pese a su deseo de no querer exequias lacrimógenas ni grandilocuentes, el modisto ha tenido sus particulares tributos en la Semana de la Moda de Milán, que se celebra estos días, por parte de los primeros desfiles a cargo de Benetton y Gucci.

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