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1989, el año en que comenzó el siglo XXI, en las imágenes que dejó el arte

Ese año cayó el muro de Berlín y mucho más. También se inauguró el Instituto Valenciano de Arte Moderno, cuya apertura no ofreció una mirada al convulso momento internacional. Treinta años después lo recuerda con obras de la época

Berlin, 1989. Fotografía de la alemana Sibylle Bergemann. |
Berlin, 1989. Fotografía de la alemana Sibylle Bergemann. |Loock Galerie, Berlín. Estate Sibylle Bergemann; Ostkreuz
Ianko López

Aquel fue el año de la caída del muro de Berlín y de la matanza de Tiananmén. De la fatwa a Salman Rushdie y la muerte del ayatolá Jomeini. De la Revolución de Terciopelo checoslovaca y el germen de las guerras yugoslavas. Y de muchas más cosas. Es asombroso el número y la importancia de los sucesos históricos que sucedieron en 1989, hasta el punto que hay quien reclama ese año como el auténtico inicio de un siglo, el XXI, que no habría podido esperar a que lo diéramos por oficialmente inaugurado para echar a andar.

En ese mundo convulso y en transición, pero como si pudiera existir ajena a él, Valencia abría el Instituto Valenciano de Arte Moderno, IVAM, el primer museo de su tipo con titularidad autonómica de nuestro país (el barcelonés MACBA llegaría en 1995, y el Guggenheim Bilbao, dos años después). Bajo la dirección de la recordada Carmen Alborch, y en presencia de la reina Sofía, sus exposiciones inaugurales estaban dedicadas a la escultura de Julio González y el dibujo de Picasso, al informalismo español de mitad del XX, el colectivo Equipo Crónica que le sucedió y el impresionista valenciano Pinazo.

Pisa, Italia, 1989. De la serie de autorretratos 'East Meets West' (Oriente se encuentra con Occidente), 1979-1989, de Tseng Kwong Chi. |
Pisa, Italia, 1989. De la serie de autorretratos 'East Meets West' (Oriente se encuentra con Occidente), 1979-1989, de Tseng Kwong Chi. |Muna Tseng Dance Projects, Inc. New York

Ni rastro en ese programa de lo que estaba sucediendo allá afuera. Por eso, cuando los actuales responsables del museo se plantearon una exposición que conmemorara el 30 aniversario de aquel evento, decidieron poner en pie la actual 1989. El fin del siglo XX, una muestra compuesta íntegramente por obras creadas ese año por autores como Nan Goldin, William Kentridge, Marlene Dumas, Guerrilla Girls o Rogelio López Cuenca, y que aluden de manera directa a todas las preocupaciones del momento que entonces fueron obviadas. Esto se complementa con la más modesta 1989. Caso de estudio, centrada en lo que al mismo tiempo pasaba en el IVAM y su contexto valenciano.

El mito fundacional del IVAM

Cuando le preguntamos a José Miguel García Cortés (Valencia, 1955), el actual director del IVAM, dónde estaba en 1989, él recuerda que entonces era un comisario y profesor universitario que preparaba una exposición sobre nuevos artistas valencianos en el cercano centro cultural El Carmen. "Y sobre todo recuerdo que había muchas discusiones sobre si era procedente abrir un museo de arte contemporáneo en Valencia. Se generó un gran debate incluso dentro del PSOE, que entonces gobernaba en la ciudad, la Diputación y la Comunidad Autónoma, porque en aquel momento muchos pensaban que había mayores prioridades".

José Miguel García Cortés, director del Instituto Valenciano de Arte Moderno. |
José Miguel García Cortés, director del Instituto Valenciano de Arte Moderno. |IVAM

Como todo gran fenómeno, el IVAM tiene incluso su propio mito fundacional, que situaría su origen aún unos años antes. Según esa historia, cuando en 1983 el escultor valenciano Andreu Alfaro inauguraba su gran antológica en el El Born de Barcelona, aprovechó la ocasión para lamentar en voz alta que en su ciudad natal no existiera un centro de arte de similares características. La queja no le habría pasado inadvertida al comisario de la exposición, Tomàs Llorens.

Después, el hecho de que los fondos de otro escultor, esta vez el catalán Julio González, quedaran disponibles para su traslado desde París sin que Barcelona los reclamara, dispuso la ocasión definitiva. "Un museo que se monta en Valencia alrededor de la obra de un artista barcelonés, con el acuerdo y la colaboración del gobierno autonómico, de la Diputación y el Ayuntamiento", resume Josep Salvador, comisario del IVAM desde su apertura y por tanto memoria viviente de la institución. "¿Sabes una cosa? Yo creo que esto hoy sería imposible".

El IVAM en obras en 1988. Foto de José García Poveda, El Flaco. |
El IVAM en obras en 1988. Foto de José García Poveda, El Flaco. |Cortesía de IVAM

García Cortés no desmiente el relato, pero su versión sobre los auténticos orígenes del museo otorga más peso a la labor colectiva de quienes creyeron en él desde el inicio. "Como toda historia de este tipo, esa es muy bonita. Pero lo que no debemos olvidar es que entonces España era un páramo en cuanto a museos. Por eso creo que hay que valorar las cosas y no mitificarlas. Hubo sobre todo un trabajo coral de personas que se pusieron de acuerdo y trabajaron para montar el IVAM. Y por supuesto estaba Tomàs Llorens, que había sido profesor universitario en Reino Unido, y se enfrentó a quienes decían que, si el museo se hacía, ante todo debía girar en torno al arte valenciano. Su visión más internacional fue la que afortunadamente se impuso".

"La década negra" que investiga la justicia

Tomàs Llorens fue el primer director del museo, y quien estableció sus líneas estratégicas desde 1986. Pero para cuando tuvo lugar la inauguración oficial en un nuevo edificio creado a medida de sus necesidades, ya había sido fichado para dirigir el madrileño Reina Sofía, y fue su sustituta, Carmen Alborch, quien figuró en los brindis de apertura. "Alborch fue un estupendo complemento a la tarea anterior de Llorens", considera García Cortés. "Si él tenía un enfoque muy articulado y analítico, de estudio universitario, ella aportó una visión que popularizaba el museo y lo acercaba a la gente, sin banalizarlo".

Esa visión conjunta, con ciertas matizaciones, prosiguió con las siguientes cabezas visibles, José Francisco Yvars, Juan Manuel Bonet y Kosme de Barañano. Y solo se quebró con el "decenio negro" (2004-2014), durante el que las riendas estuvieron a cargo de Consuelo Císcar. "Pero ese es un periodo del que prefiero no hablar", zanja Josep Salvador.

Viñeta sin nombre (1989), de Vittorio Scarpati. La conversación medio en italiano medio en inglés: "Quiero salir pitando de aquí. BASTA. Quiero salir". "Club 'quiero salir'".
Viñeta sin nombre (1989), de Vittorio Scarpati. La conversación medio en italiano medio en inglés: "Quiero salir pitando de aquí. BASTA. Quiero salir". "Club 'quiero salir'".Bill Stelling. Photo credit Andy Keate

Llama la atención la tendencia a no invocar aquel largo periodo bajo la dirección de Císcar, que en la gestión se saldó con una investigación (aún en curso) por presuntos y variados delitos, de la malversación a la falsedad documental, y en lo puramente museístico con hitos como una exposición dedicada a un peluquero local.

Esta opción colectiva por el silencio hace pensar en que el poso de aquellos 10 años queda más cerca del trauma que de otra cosa. García Cortés prefiere mirar al futuro: "Han pasado más de cuatro años de esto. Ya está bien de volver al pasado. Y si lo hacemos, que sea para fijarnos en lo mejor de él, porque eso es lo que puede ayudarnos a construir un futuro. Cuando yo empecé como director, en 2014, disponíamos de un presupuesto anual de menos de cinco millones de euros, y en 2019 por fin llegamos a los 10 millones. ¿Y tú sabes lo que cuesta construir un museo del siglo XXI?".

Cómo hacer que un museo del siglo XXI no parezca un centro comercial

Por cierto, ¿cómo es, o cómo debe ser ese museo del siglo XXI? "Lo que no debe ser es un lugar estático. Debe dar cabida a un gran conjunto de manifestaciones en constante ebullición y cambio. Y acoger el debate de ideas. Se trata de ser un espacio abierto sin caer en el centro comercial o la Disneylandia, con exposiciones que atraigan a mucha gente pero que no sean banales. Y eso es difícil".

'Libido Uprising' (sube la libido), 1989, del fotógrafo británico Jo Spence en colaboración con Rosy Martin. |
'Libido Uprising' (sube la libido), 1989, del fotógrafo británico Jo Spence en colaboración con Rosy Martin. |The Estate of the Artist. Cortesía de Richard Saltoun Gallery, Londres

En el caso concreto del IVAM, esto pasa además por mantener cierta identidad propia. "Tenemos muy claro que somos un museo que está en Valencia, y eso connota unas raíces mediterráneas que son importantes para establecer su contexto. De ahí, por ejemplo, una de nuestras exposiciones actuales, Habitar el Mediterráneo. Lo que no nos impide colaborar con instituciones internacionales como la Tate de Londres, el Jeu de Paume de París o el Maxxi de Roma".

En el corto plazo, todo esto se concreta en un equipo muy motivado y con incorporaciones recientes como la del subdirector, Sergio Rubira, o la comisaria Sandra Amorós (ambos responsables de la doble exposición 1989) y el subdirector de Comunicación, Josep Grau. Además de la inminente apertura del patio trasero como jardín de esculturas (en un terreno originalmente expropiado a sus anteriores propietarios para permitir una ampliación finalmente no realizada por motivos presupuestarios), que además abre el museo al barrio al que antes daba la espalda; y de un llamativo programa que este año promete, entre otras, exposiciones dedicadas a Fernand Léger, Dubuffet, Susana Solano o el autor de cómic Paco Roca.

Años convulsos, entonces y ahora

La obra del artista de Costa de Marfil Frédéric Bruly Bouabré lleva un título autodescriptivo: <em>Ayatollah Khomeiny: homme d’état iranien; il changea le régime politique royal d’Iran en "régime islamico-politique d’Iran"</em> (Ayatolá Jomeini: un hombre de estado iraní que cambió la monarquía de Irán por el régimen islámico- político de Irán). |
La obra del artista de Costa de Marfil Frédéric Bruly Bouabré lleva un título autodescriptivo: Ayatollah Khomeiny: homme d’état iranien; il changea le régime politique royal d’Iran en "régime islamico-politique d’Iran" (Ayatolá Jomeini: un hombre de estado iraní que cambió la monarquía de Irán por el régimen islámico- político de Irán). |CAAC – Colección Pigozzi, Génova

Tras ver la exposición 1989, resulta inevitable realizar ciertos paralelismos entre aquel año y el presente. Entonces, los neoliberales Margaret Thatcher y Ronald Reagan exprimían las fases finales de su dominio, mientras el presidente serbio Slobodan Milošević pronunciaba su discurso de Gazimestán teñido de nacionalismo —detonante ideológico de la guerra yugoslava—, y en Estados Unidos arreciaban las guerras culturales, por las cuales se censuraba una exposición de Mapplethorpe en la Corcoran Gallery de Washington y el Piss Christ, de Andres Serrano, era sometido a una segunda crucifixión por parte de los políticos más reaccionarios.

¿Puede pensarse que ahora iniciamos un nuevo ciclo conservador en la política mundial? "Es verdad que vivimos tiempos convulsos", admite García Cortés, citando de paso el título de otra exposición que abrió en el IVAM el pasado 13 de febrero. "Pero pienso que debemos ser optimistas, porque todo lo negativo tiene su reverso positivo, y eso ocurre incluso en las mayores tinieblas. Por ejemplo, es verdad que en 1989 arreciaba la crisis del sida, pero por ella también surgió la lucha del grupo activista ACT UP".

El artista y activista Keith Haring, fundador en 1989 de The Kaith Haring Foundation para ayudar a los afectados por el VIH, pintando el mural 'Tots Junts Podem Aturar la Sida' (todos juntos podemos detener el sida), Barcelona 1989. Fotografía: Ferran Pujol Roca. |
El artista y activista Keith Haring, fundador en 1989 de The Kaith Haring Foundation para ayudar a los afectados por el VIH, pintando el mural 'Tots Junts Podem Aturar la Sida' (todos juntos podemos detener el sida), Barcelona 1989. Fotografía: Ferran Pujol Roca. |IVAM

"Y hoy en día", continúa, "hay una conciencia feminista que nunca había existido antes con esa fuerza, lo que me parece muy significativo. Además, en nuestro país hemos dado una lección en cuanto al tema de género y derechos de minorías, algo que no siempre valoramos. No suelo ser triunfalista, pero pienso que es bueno que saquemos pecho con este tipo de cosas. Y en eso estamos".

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Ianko López
Es gestor, redactor y crítico especializado en cultura y artes visuales, y también ha trabajado en el ámbito de la consultoría. Colabora habitualmente en diversos medios de comunicación escribiendo sobre arte, diseño, arquitectura y cultura.

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