Suicidio y herencia de la exmujer de Bryan Ferry
La modelo Lucy Birley actualizó sus últimas voluntades seis días antes de pegarse un tiro
Seis meses después del suicidio de la modelo Lucy Birley, ex mujer del músico de Roxy Music Bryan Ferry, se ha repartido su herencia, que supera los cuatro millones de euros, y que se dividirá entre los cuatro hijos que tuvo con el cantante, de quien llevaba 15 años divorciada. Quien era su marido en el momento de su fallecimiento, Robin Birley, empresario de la noche londinense, hijo del fundador de la discoteca más exclusiva de Europa —a la que han acudido Lady Di, el presidente Nixon, Frank Sinatra, Pippa Middleton y Tom Ford, entre otros— no ha recibido nada.
El diario británico Daily Mail desvela que Otis, Isaac, Tara y Merlin, sus cuatro hijos, nacidos de su matrimonio de 21 años con Bryan Ferry (73), son los únicos herederos. Esa fue la voluntad de la modelo y fotógrafa, que actualizó su testamento solo seis días antes de su suicidio en Irlanda, y que estableció que su marido solo recibiría los intereses de su patrimonio únicamente hasta que fuese asignado a los herederos.
Además del reparto de la herencia, también ha salido a la luz la causa de su muerte. “Lucy murió a causa de una herida de arma de fuego autoinfligida, ocurrida en la cama, desayunando, en la casa de campo de su hermano Mark Helmore, en Irlanda. Había estado sufriendo depresión durante varios años”, añade el periódico. Los suicidios no fueron ajenos a la vida de la modelo. Solo una semana antes de su muerte se había quitado la vida su amiga Annabelle Neilson, mejor amiga de Kate Moss, y también sufrió los suicidios de sus amigos Alexander McQueen, diseñador de moda, en 2010, e Isabella Blow, editora de moda y cazatalentos, en 2007.
El matrimonio entre la modelo y el cantante fue más sólido de lo que muchos presagiaban en los ochenta y los noventa. Se conocieron en una fiesta a través del diseñador de interiores Nicky Haslam, cuando Ferry se estaba recuperando de una ruptura con la modelo y actriz Jerry Hall —que después de dejar a Bryan Ferry mantuvo una relación con el también cantante Mick Jagger, de la que nacieron sus cuatro hijos—.
Se casaron en menos de un año y Bryan Ferry se convirtió en un gran apoyo para su mujer, que arrastraba problemas de adicciones, y estuvo a su lado cuando decidió acudir a rehabilitación en 1993. Ella también colaboró con él e incluso posó para la portada del álbum Avalon de su banda. Sin embargo, las adicciones de la modelo y sus continuas depresiones terminaron por hacer fracasar el matrimonio, unidas a los rumores de una infidelidad.
El divorcio llegó en 2003 y, tres años después, Lucy Ferry pasó a ser Lucy Birley, al casarse con el empresario Robin Birley, uno de los grandes empresarios en el mundo de la noche londinense. Su mayor éxito ha sido Loulou’s, un club privado de Londres caracterizado por la exclusividad, rodeado de secretismo, donde podrían haber comenzado a verse el príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle. El viudo de Lucy Birley tiene una curiosa ascendencia: es hijo del empresario Mark Birley y de la aristócrata lady Annabel Goldsmith, y es también hijastro del difunto James Goldsmith, padre de Gary Goldsmith, conocido por ser el polémico tío de Kate Middleton, apodado como la oveja negra de la familia real británica.
Hermano menor de Carole Middleton, madre de la duquesa de Cambridge, Gary Goldsmith es famoso por sus ostentosas fiestas en su mansión de Ibiza, por haberse casado cuatro veces y por protagonizar escándalos constantes. El último y más sonado tuvo lugar en octubre de 2017, cuando golpeó a su mujer y fue condenado a una multa de 6.000 euros. El taxista que les llevaba a casa después de una fiesta fue quien llamó a la policía tras presenciar la agresión. Su mujer, Julie-Ann, le recriminaba sus continuas fiestas y su consumo de cocaína y la reacción del empresario fue enfurecerse y golpear a su mujer.
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