Las enseñanzas de una gineta a su cría. El rastro del vuelo de una golondrina. Una salamanquesa ante el universo. La fauna proporciona momentos tan únicos como efímeros. Pertrechado con su cámara y grandes dosis de paciencia, el salmantino Mario Cea (1970) imagina instantes que persigue con su objetivo y algo de luz. Sin manipulación posterior, el fotógrafo consigue captar la vida a una velocidad salvaje
Una hembra de gineta junto a su cachorro.Mario CeaUno de los vuelos más rápidos es el de la golondrina común. Para captar su estela, la fotografía está realizada con una técnica a baja velocidad combinando luz continua y luz de flas.Mario CeaUna garduña en busca de alguna presa.Mario CeaUn mochuelo comienza su jornada con las primeras luces de la luna.Mario CeaLa rana verde, gran buceadora, deja un rastro de burbujas a su paso.Mario CeaUn bando de estorninos negros se baña en la orilla de una charca a última hora de la tarde.Mario CeaLa lechuza común resulta una cazadora implacable gracias a su vuelo limpio y silencioso.Mario CeaEl martín pescador surca ríos y arroyos a toda velocidad.
Mario CeaUn murciélago común sale de su escondite en una casa abandonada a través de una ventana rota.Mario CeaEsta salamanquesa común se asoma por la ventana de la casa donde habita.Mario Cea