Repugnante
Todos los asesinatos son criminales, pero solo las mujeres mueren por el simple hecho de serlo
Solo existe una cosa más repugnante que una ideología odiosa, y es manipular la realidad para quitarle importancia, alegar que en el III Reich había delincuentes judíos, que la policía estadounidense también tirotea a hombres blancos. Nadie ha negado nunca que exista violencia en las familias. Nadie afirma que no se produzcan muertes en relaciones homosexuales. Nadie sostiene que las mujeres no puedan matar a sus maridos, a ancianos, a niños. Pero ninguno de estos supuestos comparte la naturaleza de la violencia machista. Todos los asesinatos son criminales, todas las agresiones, igual de graves, pero solo las mujeres mueren por el simple hecho de serlo. Solo ellas mueren por azar, a manos de desconocidos a quienes les da más o menos lo mismo una que otra, y secuestran a las que tienen a mano para violarlas y matarlas después. Desde hace siglos, los maridos se han ido a comprar tabaco y no han vuelto. Desde hace solo unos años, las esposas se atreven a irse de casa y cada mes muere alguna a manos del hombre al que ha abandonado. No es lo mismo. La violencia familiar existe, la violencia doméstica existe, la violencia machista es otra cosa. En el caso de los feminicidios determinados por el azar, es puro terrorismo ciego. En el caso de los asesinos que consideran que sus esposas son objetos de su propiedad, es la manifestación terrorista de una tradición criminal, que ha esclavizado, maltratado y excluido durante siglos a la mitad de la población a favor de la otra mitad. Aunque las cifras sean abrumadoras, no es una cuestión de cantidad, sino de calidad. Tratar todas las violencias de la misma manera es posicionarse a favor de la violencia machista, quitarle importancia, avalar las razones de los asesinos de mujeres.
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