Cómo ser vegetariano y sobrevivir a las celebraciones navideñas
Adelantamos las respuestas que ofrece el libro ‘Vegetarianos concienciados’, de Lucía Martínez, para afrontar de forma práctica las comidas familiares si eres vegetariano o vegano
Todos los vegetarianos novatos temen esa primera Navidad, esa paella con la familia o esa boda que tienen en dos meses. Porque a ver cómo le explicas a tu abuela que no te vas a comer la sopa rellena de Nochebuena, a tu padre que no quieres paella o a tus amigos que te pidan un menú especial en la boda.
Además, son momentos de exposición, en los que, sí o sí, vas a llamar la atención, vas a ser el principal tema de conversación y, sobre todo, vas a estar sometido a un escrutinio y, probablemente, a una serie de comentarios sobre nutrición como si de repente fueran todos expertos. Y esto puede pasarte, incluso aunque tú seas un nutricionista especializado en alimentación vegetariana y ellos profesores de matemáticas, por ejemplo. Es ley de vida. Ya lo comentamos en Vegetarianos con ciencia y sigue vigente:
Es fácil ser vegetariano
'Vegetarianos concienciados. Un manual de supervivencia'
Editorial: Ediciones Paidós
Páginas: 248
Precio: 17,90€
- "Nadie se preocupa de la glucemia en sangre del compañero de mesa que pide un refresco con la comida, ni del riesgo aumentado de cáncer de colon del que considera que una hoja de lechuga es una ración de verdura para tres días. Ni de los problemas de salud asociados a los 20 kilos de exceso de peso del que, tras una jornada de oficina en la que solo se ha levantado para ir al baño, se pide unos espaguetis carbonara para comer, brownie de postre y carajillo. Ni de la falta de información sobre alimentación saludable que tiene quien manda a sus hijos al cole con un zumo y un dónut. Pero tú eres vegetariano y te van a faltar nutrientes. Y es importante que te lo digan a la menor ocasión. Es por tu bien".
Yo no voy a entrar en cómo lidiar con esas situaciones, no soy experta en ello. Dependerá del carácter de cada uno y de cada situación en concreto, y también de nuestras particulares habilidades sociales y de oratoria. Lo que voy a intentar es proporcionaros algunos recursos con relación a la comida en esos contextos, para que, al menos, aunque tengáis que estar oyendo comentarios fuera de lugar, comáis algo rico.
Es probable que solo tengáis que estar pendientes del tema durante un tiempo, en algún momento dejaréis de ser la novedad, se habrán agotado los chistes fáciles y vuestra familia y círculo de amigos os tendrá en cuenta en las reuniones y celebraciones sin que os veáis obligados a mandar un burofax previamente para recordar lo de que no coméis bichos. O eso es lo esperable.
Mientras tanto, un apunte: estas comidas familiares son momentos especiales y poco frecuentes, así que debemos tener en cuenta la calidad de la situación y ceder un poco, siempre siendo fieles a nuestros valores e ideales, y podremos pasar por alto que estas no sean comidas especialmente saludables. De todos modos, comer de forma saludable en estos eventos es posible si tenemos en cuenta algunos factores:
- Actúa con previsión: no esperes a llegar al evento para anunciar que no vas a comer animales, especialmente si hace poco que has tomado esa decisión. Con tu actitud pones en un compromiso a los anfitriones, en el caso de que no lo supieran, y no solucionas absolutamente nada. Es mejor avisar con antelación, a poder ser en el momento en que te inviten, y aportando la solución en el mismo momento.
- Prepara tú algo: si se trata de una comida en una casa, puedes proponer llevar tú mismo algo para compartir con todos, o bien llevarte algo para el plato principal. Los entrantes suelen ser fáciles de apañar. Es sencillo hacer una ensalada aparte sin el atún, o incluir algo vegano en un picoteo, hoy en día el hummus y el guacamole, por ejemplo, ya no son comidas exóticas (y puedes llevarlos tú de casa). Pregunta cuál será el plato principal, porque, a lo mejor, puedes llevarte una de tus hamburguesas, de esas que tienes en el congelador, o un bote de legumbre y mezclarlo con la misma guarnición que el resto. O, en el peor de los casos, seguro que en la casa hay un tomate que puedes trocear y aliñar para hacerte tu propia guarnición. En cualquier caso, si conoces de antemano el menú que se va a servir te será más fácil planificarte, así que pregunta. Si hay confianza también puedes ofrecerte a preparar tú la comida, en función de tus habilidades culinarias, claro.
- Da ideas y soluciones: a veces, una modificación simple soluciona el tema a gusto de todos. Preguntar de forma amable "¿Puedes separar una parte de los espaguetis para mí antes de mezclarlos con la salsa?" o "¿Puedes cocinar las patatas y las verduras en una bandeja distinta de la del cochinillo, así yo también las comeré?", "¿Te importa servir las gambas aparte? Así todos comeremos de la misma ensalada". Entre otros ejemplos, son opciones sencillas que no le costarán nada al anfitrión y que te solucionarán la velada.
Si es un evento que se celebra en un restaurante, puedes buscar alguno que ofrezca opciones y sugerirlas, tal vez al resto no les importe probar cosas nuevas. O llamar al restaurante con antelación para preguntar lo que tienen o para pactar un menú adecuado a tus necesidades. Intenta que ellos estén prevenidos para que tú no te lleves ninguna sorpresa. Hoy en día los cáterin de macroeventos como bodas o banquetes suelen tener una opción vegetariana debido a la creciente demanda. No obstante, si te confirman que te han pedido "menú vegetariano" y eres una persona vegana, llama para asegurarte, porque es posible que sea ovolacto y que necesites que hagan algún cambio más en los platos.
Si se bloquean, háblales de los botes de legumbres cocidas y de poner en Google "tortilla de patatas sin huevo".
Lucía Martínez Argüelles (@Dimequecomes), es dietista-nutricionista, máster en nutrigenómica y nutrición personalizada, TSD y bloguera en www.dimequecomes.com
NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.
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