23 fotosFin del debate (o no)El 'ranking' de las ciudades españolas más bonitas, según los arquitectosHemos preguntado a 12 expertos en arquitectura, urbanismo y patrimonio cuáles son las que albergan las mejores obras y este es su veredicto (va de menos a más)Ianko López11 dic 2018 - 12:56CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceLa ciudad universitaria alberga algunos de los más exquisitos ejemplos de arquitectura medieval y renacentista de nuestro país. Para Mara Sánchez Lorens, comisaria de la exposición Lina Bo Bardi: tupí or not tupí, "es además puerta hacia Portugal, y esto se palpa en cada rincón. Concentra y muestra arquitecturas de épocas muy dispares como sus dos catedrales [románica y gótica la Vieja, y gótica y barroca la Nueva], la Casa de las Conchas [de estilo plateresco] o la Casa Lis [art déco], el huerto de Calixto y Melibea, así como una Plaza Mayor [barroco churrigueresco] y los muchos patios que llevan al resto del mundo"."Las actuaciones arquitectónicas contemporáneas como la Hospedería del Colegio Fonseca [en la imagen, la parte original] o el Palacio de Congresos de Castilla y León han contribuido al buen hacer", dice Mara Sánchez. Victoria Soto Caba, profesora titular de las asignaturas de Patrimonio Histórico-Artístico y Gestión de Bienes Culturales en la UNED, la compara con su equivalente portuguesa: "No sé hasta qué punto puede compararse, pero Coimbra y Salamanca irían de la mano, aunque el equilibrio salmantino peligra por las convocatorias estudiantiles excesivas en la Plaza Mayor" [la noche y la arquitectura medieval no conviven con la armonía que esta última requiere].Los bulevares que descienden a La Concha, el palacio de Miramar de estilo cottage inglés y las edificaciones de corte francés que se levantaron a finales del XIX son atractivos indiscutidos de la ciudad, pero el skyline donostiarra cambió para siempre con la constucción del Kursaal en los años 90, objeto de críticas en su momento y referencia imprescindible del paisaje urbano hoy. San Sebastián, en palabras de Clara Moneo —arquitecta confundadora del estudio Canals Moneo e hija del arquitecto Rafael Moneo, quien firma la pieza—, "ha sabido aprovechar su enclave, donde una obra contemporánea como esta, a la que estamos unidos sentimentalmente, surge explotando esta condición".Menos obvios y también imprescindibles son los espacios que señala El arquitecto y comisario logroñés Javier Peña Ibáñez, director del Festival Internacional de Arquitectura y Diseño Concéntrico: "Hay que conocer el Museo San Telmo, de Nieto y Sobejano, un espacio que representa a la perfección una convivencia entre patrimonio histórico y contemporáneo, el Museo Chillida Leku, que volverá a abrir antes del próximo verano, o el centro cultural Tabakalera [en la imagen], en el que cohabitan usos como si fuera otra ciudad dentro de la ciudad".Victoria Soto Caba nos recuerda que la ciudad fue integrada en la OCPM (Organización de las Ciudades del Patrimonio Mundial). Para Ignacio Vleming, esto se debe "además de a su extraordinaria integración en el paisaje que la circunda, a que en su casco histórico dialogan con sorprendente armonía las fábricas de piedra, en sillares y mampostería, ladrillo y adobe, y los tejados de pizarra y teja, lo que la convierte en un detallado resumen de la arquitectura castellana desde la Edad Media".Ser capital de las tres culturas —por las tres grandes religiones monoteístas que en ella convivieron— es un elemento cultural y sociológico que explica en parte la ciudad de Toledo, según Clara Moneo, quien se refiere también a su enclave geográfico. "Más allá del tópico, es un ejemplo de cómo cambia y evoluciona la iconografía urbana. El Consorcio de Toledo viene demostrando desde hace algunos años que la historia de la ciudad está en gran parte en su subsuelo", aporta Victoria Soto Caba. Una ciudad que se beneficia de poseer un tótem histórico y arquitectónico, la Alhambra [en la imagen], cuya singularidad Clara Moneo no duda en reivindicar. El arquitecto y profesor Héctor Navarro añade: "La Alhambra o el Generalife son complejos arquitectónicos imprescindibles para entender lo multicultural de un país como España, pero también se pueden encontrar en Granada obras contemporáneas sobresalientes como Caja Granada [en la siguiente foto] o el Museo de la Memoria de Andalucía, ambas piezas diseñadas por Alberto Campo Baeza".Eva Albarrán y Christian Bourdais, galeristas y promotores del proyecto arquitectónico de vanguardia Solo Houses, también destacan la obra de Campo Baeza, y con él la capacidad de la arquitectura de influir en el día a día de las personas: "Nos contó Alberto una anécdota muy bonita, y es que uno de los empleados de la Caja le dio las gracias por haber cambiado su vida". De forma más poética, Mara Sánchez Llorens alude a "la ciudad de las mil y una noches: un ejemplo de arquitectura ligada al sonido, como el agua en la Alhambra, o los cantos que trae el viento de su fascinante relieve". A modo de repaso de sus highlights, Almudena de Benito, arquitecta, docente e investigadora, también sugiere "dar un paseo por el Albaicín; ver atardecer desde el Mirador de San Nicolás con Sierra Nevada como telón de fondo, las bóvedas árabes del Bañuelo, su catedral y el impluvium de luz de Campo Baeza, o la Casa del Almirante".Resulta imposible hablar del Bilbao contemporáneo sin citar el efecto Guggenheim que muchos lugares en todo el mundo han tratado de emular, por lo general sin éxito. "La regeneración urbana que acompañó al museo ha pasado a la historia del urbanismo y de la gestión municipal como un hito sin precedentes", afirma Ignacio Vleming, escritor y crítico cultural, experto en Patrimonio. "Su éxito se debió entre otras razones a su ubicación geográfica y a la densidad de población concentrada en su área metropolitana. De esta forma se inauguró el concepto de ciudad-marca hoy inevitablemente vinculado a la denostada arquitectura espectáculo y al problema de la gentrificación".Javier Peña Ibáñez propone "un recorrido por la ría, entrando al Mercado La Ribera [en la foto], o a la estación de Abando [de estilo clasicista y diseñada por Alfonso Fungairiño en 1948], para terminar en La Alhóndiga, ahora rebautizada como Azkuna Zentroa [un antigio almacén de vino de corte modernista, que firmó en 1905 Ricardo Bastida; hoy centro de cultura, recuperado e intervenido por Iñaki Azkuna]". Al igual que Peña y Vleming, Valerio Canals, cofundador del estudio Canals Moneo, y Mara Sánchez Llorens destacan la capacidad de Bilbao para reinventarse desde su complejo pasado industrial.Nuestros expertos prefieren prescindir de los clichés a la hora de valorar esta ciudad que es destino de peregrinación desde tiempos altomedievales. Victoria Soto Caba critica la polémica Cidade de Cultura que diseñara Peter Eisenman, "un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, de la megalomanía e inoperancia en la gestión: lástima de inversión que podría haberse dirigido a restauraciones y conservación preventivas".Héctor Navarro se refiere también a la obra de Eisenman, pero lo hace para destacarla junto a otros ejemplos de arquitectura contemporánea como la Sede de la SGAE de Antón García Abril o las obras de Alvaro Siza de los 90 [como el Centro Galego de Arte Contemporánea, en la imagen]. Manuel Blanco Lage, arquitecto, comisario y diseñador, director de la ETSAM (Universidad Politécnica de Madrid), aprecia especialmente cómo la ciudad "preserva la almendra de su centro histórico y en torno a ella ha construido, con aportaciones de figuras nacionales e internacionales, los elementos que la convierten en la capital de Galicia". Clara Moneo también alaba esa cuidada transición entre pasado y presente.La capital del Guadalquivir destaca por su impresionante legado histórico. Clara Moneo recuerda que "además de su pasado romano y árabe, se reconoce su esplendor como puerto de América". Mara Sánchez Llorens destaca igualmente su carácter portuario, pero también los Reales Alcázares, un compendio de estilos y épocas históricas del que Ignacio Vleming no puede prescindir en su propia enumeración de las piezas arquitectónicas más notables de la ciudad. El escritor pone de relieve la Catedral, la Fábrica de la Cartuja o la Real Fábrica de Tabacos. "Sevilla ha sabido conservar su especial carácter al mismo tiempo que sus arquitectos intervenían en la ciudad", concluye Manuel Blanco Lage.Aunque el modernismo catalán es convenientemente citado por nuestros expertos, desde luego el interés arquitectónico de Barcelona va mucho más allá de la Sagrada Familia. Así lo cree Héctor Navarro, que encuentra "imprescindibles las obras de Gaudí o Lluís Domènech i Montaner, pero también otras contemporáneas como las proyectadas por Enric Miralles [parque de Diagonal Mar o Torre de Mare Nostrum], el estudio galardonado con un premio Pritzker RCR [biblioteca Sant Antoni - Joan Oliver] o figuras internacionales como el japonés Toyo Ito [Torres Fira o el edificio Suites Avenue]".El también arquitecto y profesor universitario Valerio Canals realiza un inmejorable resumen de las virtudes de la ciudad al destacar que "ha tenido el instinto de incorporar con naturalidad la novedad y el diseño". Con él coincide Manuel Blanco Lage, quien la considera "una de nuestras ciudades más icónicas por la proyección internacional de su arquitectura modernista, y que ha visto una incorporación tras otra de muy buenas actuaciones arquitectónicas en las últimas décadas".En este sentido, Eva Albarrán y Christian Bourdais, destacan en especial "la Ciudad de la Justicia, obra de David Chipperfield, que ha conseguido integrar en la ciudad un programa de más de 200.000 metros cuadrados con mucha agilidad y ligereza".Desde una visión más clásica, Mara Sánchez Llorens concibe Barcelona como "un laboratorio urbano". Tiene "uno de los barrios más hermosos que conozco, el Barrio Gótico, con sus calles y plazas y con Santa María del Mar, entre otros edificios". Saliendo de Ciutat Vella, Sánchez Llorens destaca "el discurrir por su Ensanche del Plan Cerdá o su direccionalidad hacia el mar; y todo acompañado por Gaudí. Es una lección de arquitectura única en España"."Cada esquina de esta ciudad nos habla de arquitectura y de diseño", evoca Almudena de Benito. "Y, más allá de las peregrinaciones al pabellón de Mies van der Rohe [diseñado para la Exposición Internacional de 1929 en Montjuïc] y a la Fundación Joan Miró, de [Josep Lluís] Sert, Barcelona merece ser vista desde Collserola [como en la primera imagen de la ciudad en esta lista], su pulmón verde donde también se encuentra la torre de comunicaciones de Foster [en la foto]".Quizá la capital no sea un ejemplo de armonía urbanística, pero precisamente por eso los expertos de nuestro jurado han puesto de relieve obras tan dispares de la ciudad como el Palacio Real o la ampliación del Reina Sofía, de Jean Nouvel y el escaparate de la M-30, que expone "su arquitectura de finales de los 60 y los 70 con esos bloques abiertos con jardín tan innovadores", según Andrés Jaque. El arquitecto y experto en urbanismo, fundador y director de Office for Political Innovation, también se refiere a joyas como las Torres Blancas de Sáenz de Oiza o la Caja Postal, de De la Sota.Mara Sánchez Llorens no teme al tópico al destacar la Plaza Mayor, pero también la arquitectura del siglo XX en Madrid, por lo general mucho menos reconocida: "En el Paseo del Prado se sitúan piezas clave como Bankinter [de Rafael Moneo y Ramón Bescós, en la imagen] o la torre BBVA [de Sáenz de Oiza], y se encuentra el jardín vertical del Caixaforum [del botánico francés Patrick Blanc] o una actualizada estación de tren centenaria [Atocha]. Esta suerte de plaza lineal te dirige de manera vibrante hacia la Gran Vía".Almudena de Benito, fundadora del proyecto de divulgación para niños y jóvenes Chiquitectos, barre para casa al añadir a este repertorio "el éxito de edificios reconvertidos, como el recién inaugurado Espacio Abierto Quinta de los Molinos o el ya veterano Matadero Madrid [en la imagen], que demuestran que la infancia y la ciudadanía más joven también necesitan apropiarse de ciertos lugares. Visitar la capital siguiendo la trayectoria de figuras como Palacios [Círculo de BEllas Artes, Instituto Cervantes...], Oiza [Torres Blancas, BBVA], Fisac [edificio central del CSIC, Crédito y Caución] e Higueras [sede del Instituto del Patrimonio Histórico Español en Ciudad Universitaria o el edificio de Serrano 69] nos obliga a recorrer la ciudad de un extremo al otro y del centro a las afueras”.Para Ignacio Vleming, "[Madrid] reúne un amplio inventario de estilos arquitectónicos y de soluciones urbanísticas dispares que nos permiten hacer un análisis completo sobre la evolución del concepto mismo de ciudad. De la Plaza Mayor o el Paseo del Prado, a los ensanches del siglo XIX [el plan Castro que oncluye el paseo de Reina Victoria y las calles de Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo], la apertura de la Gran Vía como calle-mundo o el proyecto utópico de la Ciudad Lineal de Arturo Soria. En 2019 el metro de Madrid cumplirá un siglo, por lo que merece la pena reivindicar la protección de las Cocheras de Cuatro Caminos, de Antonio Palacios [en la imagen]".Por fin, el Palacio Real se lleva la mirada de varios de los entrevistados: el arquitecto y profesor Héctor Navarro y Manuel Blanco Lage, arquitecto, comisario y diseñador, director de la ETSAM, coindicen en destacar la última incorporación al conjunto palaciego, el proyecto de Luis Moreno Mansilla y Emilio Tuñón, destinado a albergar el Museo de Colecciones Reales [en la imagen, a la derecha].