10 fotosarquitectura¿En qué estaban pensando? Los 11 edificios más delirantes del mundoDeja que tu arquitecto deje volar su imaginación y no te equivocarás. ¡O sí!ICON Design11 nov 2018 - 17:33CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlace¿Qué separa a la sofisticada civilización maya del zafio mundo de hoy? Todo. O nada, gracias a este complejo, que toma el nombre de la antigua ciudad maya de Calakmul y fue diseñado por Agustín Hernández en 1997 con altas aspiraciones simbólicas. El cuadrado representa la tierra y el círculo, el cielo. Y los locales lo llaman "la lavadora".Getty ImagesOtro ejemplo de arquitectura animalista. Suponemos que cuando un arquitecto se empeña en levantar un elefante con bloques de Lego, el resultado es este: un mastodonte de 102 metros de alto, que desafía las leyes de la naturaleza, a base de suites de lujo y zonas de recreo con piscina y jardines. Contra todo pronóstico, los vecinos de Bangkok -que creen que este tipo de mamífero es sinónimo de buena suerte-, lo consideran una bendición.Getty ImagesEn realidad es imposible estar en contra de una empresa que fabrica cestas y decide instalarse en una. Lo único malo si trabajas dentro es que seguramente tengas ganas de salir a fumar constantemente para poder ver desde fuera la cesta gigante donde trabajas, lo cual va en contra de la salud. Y de la productividad. No sabemos si por eso pero Longaberger cerró sus puertas este año.Pues ya está. Aquí lo tienen. Según algunos, el edificio más feo del mundo. Por fuera es lo que ven: un dragón con la cresta al viento como diseñado con piezas de Tetris. Por dentro… ¡Ay, por dentro! El hotel Pangu tiene siete estrellas y, según sus responsables, cultiva "el 'feng shui' chino y el glamur europeo". O sea, que tiene lámparas de araña de Baccarat y grabados de dragones de la suerte. Y no solo eso. Si uno se cansa de mirar alrededor, siempre puede mirar por la ventana: el hotel da al Nido de Pájaro, el estadio nacional de Pekín que diseñaron Herzog & De Meuron, y que es otro buen lío.Getty ImagesEl actual presidente de Estados Unidos será recordado por muchas cosas, pero sobre todo por haber jalonado el mundo de cosas de oro, desde el interior de sus casas a su propio pelo, pasando por el pelo de su ex, Ivana. Trump se mueve en unas coordinadas estéticas muy precisas, que oscilan entre dos polos: el barroco francés del siglo XVII y su revival, versión fachada acristalada, de algún momento de los años ochenta. La torre Trump de Las Vegas, que parece de oro, pero falso, es un genial ejemplo de lo último.Getty ImagesCon ustedes, el primer edificio circular de Oriente Medio. Uno que dice estar inspirado estética y funcionalmente en la sección áurea y brilla al solecito de Abu Dhabi. Igual que una enorme galleta de cristal guateada como un bolso de Chanel. Como una moneda de un futuro XXL. O como una superalmeja.Para quien no lo sepa, Detroit tiene el sobrenombre de Motor City desde que el siglo pasado se instalaron allí los grandes fabricantes de automóviles de Estados Unidos. Cuando no queden coches en el mundo, el edificio del Motor City Casino Hotel permanecerá como un amable recuerdo iluminado en color pastel de aquellos días en los que los automóviles tenían alerones, nombres evocadores escritos con letras de metal cromado en los laterales y…¿El frontón vagamente clásico de un antiguo banco? ¡Un momento!Getty ImagesMide 330 metros, tiene 105 pisos, llevan construyéndolo desde 1987 y se parece a dos emojis a la vez: la gráfica que sube y la que baja. Todo es épico en este épico ejercicio de retrofuturismo, o como quiera que se llame el estilo de este enorme cacharro que nació con la voluntad de ser el edificio más alto del mundo. El caso es que alto es un rato, pero todavía no lo han logrado terminar.Getty ImagesSi esta sucursal de Kentucky Fried Chicken parece un lío entre la deconstrucción y el pop es porque lo es: Jeffrey Daniels y Elyse Grinstein quisieron rendir tributo a la arquitectura retrofuturista de los años cincuenta (era dorada Estados Unidos en general y de la comida rápida en particular) y la metieron en la picadora de estilos de Frank Gehry, de quien Grinstein había sido becaria. Les salió bien. Igual si Kentucky Fried Chicken hubiera promocionado este tipo de arquitectura avanzada, en vez de esas casitas blancas con el toldo rojo, hubieran dado tal imagen de modernidad que se habrían librado de la leyenda urbana de los pollos con seis muslos. O no, claro.La arquitectura religiosa ha sido capaz de darnos los más excelsos ejemplos de lo que es capaz de conseguir la raza humana. También de lo contrario. Ambas cosas son lógicas porque la religión en general se presta a los extremos. Pero entonces llega esta iglesia, una inexplicable construcción en medio de Silao. Aunque en realidad la culpa es nuestra por intentar comprender lo insondable. Pare, que nos bajamos.