El futuro se parecía a esto: así es el nuevo hombre Dior de Kim Jones

Kim Jones es desde hace solo unos meses el nuevo diseñador de las colecciones masculinas de Dior, pero ya le ha dado tiempo a poner la venerable firma francesa patas arriba. El británico, de 39 años, eligió Tokio para presentar el pasado viernes su primera colección pre-fall (en cristiano: llegará a las tiendas el próximo mayo), rodeándose de amigos (Kate Moss, David Beckham, Bella Hadid, A$AP Rocky, Diplo, Jordan Barrett y los influencers españoles Pelayo Díaz y Marc Forné, entre otros) y el quién es quién de la modernidad local. Era su primer desfile-acontecimiento para la marca fuera de París, ¿por qué andarse con chiquitas cuando puedes ofrecer algo aparatoso, millonario y memorable?

La espectacular escultura de 12 metros que presidía el recinto –una especie de guerrera retrofuturista en plata diseñada por el artista Hajime Sorayama– subrayaba el doble mensaje. Uno: después de Hedi Slimane y Kris Van Assche, los anteriores responsables creativos de la maison, la colección masculina de Dior redobla la apuesta por la vanguardia y el streetwear futurista. Y eso, a un mes de colocarnos en 2019, pasa por una buena dosis de texturas metálicas bien cegadoras y un juego de luces no apto para epilépticos. Dos: Dior ha depositado toda su confianza en su flamante director creativo, sin límite de presupuesto aparente. Y qué mejor que demostrarlo con un desfile con el que cumplir toda sus fantasías.

El romance de Dior con Japón viene de lejos. El archivo del fundador, Christian Dior, está plagado desde los años cincuenta del siglo pasado de referencias, siluetas y cenefas inspiradas en kimonos, yukatas y obis. En linea con sus predecesores, Jones buceó en ese legado y lo empleó de base para articular un discurso nuevo. En esta ocasión, fueron tres estampados los que sirvieron de hilo conductor con el pasado de la maison: leopardo, cerezo en flor y pata de gallo, "este último, uno de los favoritos del Sr. Dior", aclaró.

El diseñador también aprovechó para reivindicar otro hito de la firma más reciente, el bolso Saddle, uno de los bombazos de la era Galliano, que Jones, en colaboración con Hajime Sorayama, convirtió esta vez en un artefacto metálico, coqueto y viralizable, perfecto para la era Instagram.

Lo demás, ya era 100% Jones: arneses montañeros, hebillas gruesas, botas robustas, tipografías sci-fi y joyería biónica en un festival de referencias que a ratos era futurista y a ratos marcial, pero que siempre gritaba 2019. Ojo, eso sí, a la sastrería más reposada: Jones quizá sea el nuevo rey del streetwear, pero sus ya icónicos trajes y abrigos de corte elegante (con ese línea del botón estratégicamente desplazada 10 centímetros a la izquierda), que ya presentó en su debut en junio y a los que quiso dar continuidad en Tokio, tienen todas las papeletas para convertirse en uno de los emblemas de su nuevo reinado. Veremos.

ICON retransmitió el desfile en directo. Pincha aquí para verlo.