Sangre y sexo
Hurgar en heridas y vísceras no aporta más información ni conocimiento de la especie humana, sino más morbo y náusea


Hace tres décadas, cuando empezaba en el oficio, tuve un jefe del que aprendí mucho. Como última mona del área local de una radio, me tocó hacer de todo menos ojales. Subí a palacios, bajé a chabolas, hice más calle que un coche patrulla. Vi muertos, heridos, asesinos. Con todo, el peor fue el día en que hubo un accidente de bus donde murieron varios adolescentes de viaje fin de curso y tuve que ir al aeropuerto a preguntarles a sus padres recién aterrizados para recoger sus cuerpos cómo se sentían al respecto. Estaba yo sola. A mi jefe le habían dado el soplo y tenía la exclusiva, pero, cuando los vi aparecer, inconfundibles en su desamparo, no tuve cuerpo de ponerles la alcachofa en la boca. Llegué sin audio al curro y me gané una bronca con la que aún sueño. Ya lo sospechaba una, pero, por si me quedaban dudas, me lo bramó mi baranda: nada como la sangre y el sexo para subir audiencia y, yo, con mis melindres, ya podía dedicarme a otra cosa.
Seamos francos: desde Caín y Abel nos encanta una tragedia. Quizá por compasión por el prójimo, quizá por alivio de seguir vivos. Ahora tenemos una salpicando sangre y sexo en las noticias, la cuadratura del círculo. Una chica de 17 años, asesinada presuntamente por la novia de su exnovio. Los detalles —la homicida, hija de guardia civil; la víctima, de inmigrantes rumanos— son objeto de análisis omnívoro en todos los medios, a todas horas, ilustrado con imágenes en bucle de los protagonistas y reporteros plantándole la alcachofa al último mono con opinión al respecto. No lapido a colegas. He cubierto sucesos y volveré a hacerlo. Pero eso no quita para que opine que hurgar en heridas y vísceras no aporta más información ni conocimiento de la especie humana, sino más morbo y náusea. Puedo equivocarme. Lo único seguro es que, en nada, otro horrendo crimen relevará a este y tendremos sangre y/o sexo nuevos amenizándonos el desayuno.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Detenido un implicado en el homicidio de Carlos Manzo que participó en el chat donde se planeó
El Gobierno de Gustavo Petro incrementa más de un 23% el salario mínimo en Colombia: queda en dos millones de pesos
El Cartel Jalisco secuestra empresarios y clona coches militares en su último golpe en Chiapas
2025 deja un destructivo rastro de olas de calor, lluvias extremas y fuegos cebados por el cambio climático
Lo más visto
- La Audiencia Nacional avala la decisión de Robles de retirar el nombre de Franco a una bandera de la Legión
- Trump anuncia la destrucción de una instalación de producción de drogas en Venezuela
- Rusia amenaza con romper las negociaciones tras acusar a Ucrania de atacar una residencia de Putin
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- Alain Aspect, Nobel de Física: “Einstein era tan inteligente que habría tenido que reconocer el entrelazamiento cuántico”




























































