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King Kong aparece en Tokio

carl court (getty images)

KING KONG salva a su amada de caer al vacío, pero esto no es el Nueva York de la película de 1933 ni el entonces rascacielos más alto, el Empire State, sino el bajo edificio de una tienda de 24 horas de Tokio, que pasaría inadvertida si no fuera por la gigantesca escultura del gorila convertido en monstruo enamorado de una humana. Llamar la atención en una ciudad llena de neones y de edificios impactantes no es sencillo, pero esta figura cinematográfica de cartón piedra convierte esta esquina del barrio de Sangenjaya en candidato a fondo de selfie. 

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