Una “emoción”
Mi suegra tiene alzhéimer. Su hijo, con un amor infinito, le dice: “Madre, vamos a aprender inglés... hair”,señala al pelo, y mi suegra, dócil, contesta: “Pelo”. “¡Ya sabes inglés, madre!”, y ambos se parten de risa. ¿Alegres? Hay que buscar un nombre para esta emoción.
Castilla y León pagará un 65% de los gastos derivados de su atención. Pero debe contratar obligatoriamente a una asistenta a través de una empresa que gestiona la propia Junta a 17 euros la hora, es decir, invertir toda su pensión de viudedad para tres horas al día. Esta emoción sí tiene un nombre: “Indignación”.
M. A. Gilmartín de Castro. Segovia
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