La tienda decana de Zara en Italia es ahora, además, inteligente
La cadena de moda reabre el local más emblemático de Milán tras una reforma de cuatro meses para dotarla de los últimos avances tecnológicos y espacio para la venta online
El antiguo cine Astra de Milán no va a volver a ser un cine, pero Zara, la marca bandera de Inditex, ha querido que vuelva a parecerse lo más posible. Esa es al menos la idea con la que se ha abordado la reforma de la tienda estandarte de la cadena española de moda en la ciudad. Pese a ese guiño al pasado, el local del Corso Vittorio Emanuele, el primero que abrió Zara en Italia, quiere ser también una de las tiendas más avanzadas de la cadena: tiene todos los adelantos técnicos de gestión de existencias y de eficiencia energética que Zara quiere incorporar a todas sus tiendas en 2020 y es la tercera del mundo que cuenta con un dispensador robotizado para la entrega de pedidos online.
Tras la de Stratford (Londres) y Marineda (A Coruña), la tienda más señera de Zara en la capital italiana de la moda, una de las cinco que más vende en el mundo, cuenta con un punto de recogida automático -fabricado por la empresa estonia Cleveron- de 3,7 por 9 metros con capacidad para 900 paquetes. Este año, otras 14 tiendas en España, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Irlanda, Francia, Holanda y Polonia tendrán uno de estos cajeros que, tecleando en una pequeña pantalla táctil o pasando el código por un lector, entrega en segundos el pedido.
Se ubica esta especie de cajero en el rincón de la “cuarta sección”, como llaman en Zara al espacio dedicado exclusivamente a la venta online, donde se puede ver o probar una selección de lo más granado de la tienda, pero solo se puede comprar por Internet, para recoger al día siguiente. Es la segunda tienda, tras la de Londres, que tiene esta nueva sección. Incluye, además, en sus cuatro plantas, las colecciones de mujer y niños. Ni el dispensador ni la nueva sección suponen aumentos de personal. En el local trabajan unas 100 personas.
La de Milán es, además, una de las tiendas con stock integrado (proyecto SINT) para venta física y online. Este sistema, basado en que todas las prendas están localizadas mediante radiofrecuencia (RFID), permite servir al cliente que realiza un pedido online directamente desde la tienda más cercana que tenga existencias, siempre dentro del país donde se ha realizado el pedido, sin necesidad de recurrir a un almacén o centro logístico. Desde que un cliente realiza un pedido hasta que alguien se pone a empaquetarlo tras recibir la tienda el aviso, transcurren 8 minutos y se entrega al día siguiente, han explicado fuentes de la empresa. Zara pretende que en 2020 sus 7.448 tiendas estén incorporadas al SINT, un sistema clave para vender online en todo el mundo ese mismo año, según anunció el martes Pablo Isla, presidente de Inditex. Las cerca de 400 de Italia ya lo están, como lo están las de 25 de los 48 mercados en que Zara realiza venta online, entre ellos España.
Los 61 probadores también tienen espejos inteligentes que reconocen la prenda, gracias de nuevo al sistema RFID y proponen combinaciones. Además, tienen detectores de presencia para poder avisar cuáles están libres.
Ubicada en una calle peatonal que recuerda a la calle de Preciados de Madrid y que desemboca en la Piazza del Duomo -la catedral de Milán-, la tienda del Corso Vittorio Emanuele 11, de 3.500 metros cuadrados, cuenta también con los sistemas más modernos de la cadena para ahorrar un 50% de agua y al menos un 20% de energía, como sistemas de ventilación inteligente o iluminación led. Sensores repartidos por toda la tienda detectan la humedad, la temperatura, la calidad del aire y el consumo energético, que se pueden controlar de forma remota desde la sede del equipo de sostenibilidad en España o, próximamente, desde un centro propio en Italia para todas sus tiendas. Todo el material que se utiliza en la tienda (madera, envoltorios de plástico, cartón) se recicla y reutiliza.
Respeto al cine
La reforma, que ha durado cuatro meses, ha sido dirigida y diseñada por el estudio de Elsa Urquijo, que ya se encargó de la tienda del paseo de la Castellana, en Madrid. Según ha explicado la arquitecta, lo que se pretendía era respetar lo más posible “la esencia y monumentalidad” del antiguo cine, que funcionó desde 1941 hasta 1999. Así, la entrada, un espacio protegido como patrimonio histórico, apenas ha sido modificada y se mantienen los suelos de mármol que conducen al histórico atrio del Astra, también protegido, donde una doble escalinata flanqueada por dos preciosos mosaicos daba paso al ambigú del cine. En él se han colocado las escaleras mecánicas -antes estaban en el centro- y desde ahí se dirige la mirada y el movimiento hacia la pared en que se ubicaba la pantalla.
En la pared opuesta al ambigú se ha colocado una gigantesca pantalla que ya es marca de la casa de Zara, por detrás de las cajas. En el espacio donde se ubicaba el patio de butacas se expone la ropa y la iluminación está dispuesta de modo que recuerde las antiguas filas de asientos. Para la fiesta de inauguración y la reapertura al público, este jueves, se ha diseñado una entrada en la que se homenajea a los cines clásicos, con cientos de bombillas y la leyenda Cinema Zara.
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