Las fragancias que además de alcohol contienen bergamota y almizcle pueden provocar una fototoxicidad en contacto con los rayos UV. Esto puede producir una reacción alérgica que conlleva un exceso producción de melanina y pigmentación. Es lo que se conoce como reacciones fototóxicas, explica Cornejo, y son muy frecuentes en verano, puesto que para que ocurra solo es necesaria la presencia de una sustancia fotoactiva (el perfume) que, expuesta a la luz ultravioleta, provoca una reacción similar a la quemadura solar.
En la mayoría de los casos, las lesiones cutáneas se limitan a las zonas en las que se ha aplicado la fragancia y se han expuesto a la luz —orejas, escote, axilas, partes laterales del cuello, nuca, etcétera—; las que han permanecido a cubierto de los rayos ultravioleta protegidas por la ropa suelen salir indemnes. La dermatóloga recomienda repasar las etiquetas de las toallitas húmedas, incluso para limpiar a los más pequeños, el gel de ducha, el jabón o las lociones para el sol y cerciorase de que no contienen aceite de bergamota.