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Sia confiesa que liga a cara descubierta en Tinder y detalla cómo intentó suicidarse dos veces

La estrella del pop concede una extensa entrevista a 'Rolling Stone' donde cuenta por primera vez su agitada vida

Sia mantiene el misterio llevando siempre una peluca con un enorme flequillo que le tapa la cara y un gran lazo en la cabeza. Lo empezó a hacer porque a la industria musical "le falta misterio y yo prefiero pasar desapercibida".
Sia mantiene el misterio llevando siempre una peluca con un enorme flequillo que le tapa la cara y un gran lazo en la cabeza. Lo empezó a hacer porque a la industria musical "le falta misterio y yo prefiero pasar desapercibida".

Ya era una gran estrella con una cuenta corriente abultada. Era 2010 y Sia vivía en Nueva York, tenía cuatro discos a sus espaldas -el último con un título tan revelador como Some people have real problems (2008, Algunos tienen serios problemas)-, con un notable éxito de crítica y ventas. Pero no encontró consuelo en la música e intentó suicidarse. Se registró en un hotel cerca de su casa, dispuesta a tomarse todos los fármacos que tenía a su alcance. Incluso había tenido el detalle de escribirle una nota al personal para ahorrarles el trauma: “Por favor, no entren, estoy muerta dentro. Llamen a una ambulancia".

Por suerte, no llegó a utilizarla. De camino al hotel un amigo le llamó por teléfono y entró en razón al escuchar estas palabras: "Squiddly-diddly-doo". Es una frase sin sentido que Sia solía responder cuando estaba contenta. Cuando se trata de Sia nada es convencional. "En ese momento, pensé: 'Hay un mundo ahí fuera y no soy parte de él. Pero me gustaría", confiesa la artista, que inició su rehabilitación al día siguiente. Lo cuenta esta enigmática (casi nunca muestra su rostro) cantante de nombre Sia Furler (Australia, 1975) en una entrevista sin red en el número de septiembre de la revista Rolling Stone.

Se registró en un hotel cerca de su casa, dispuesta a tomarse todos los fármacos que tenía a su alcance. Incluso había tenido el detalle de escribirle una nota al personal para ahorrarles el trauma: “Por favor, no entren, estoy muerta dentro. Llamen a una ambulancia"

Cómo Sia se salvó a sí misma es la incógnita que da título a la entrevista y que se trata de resolver a lo largo del extenso reportaje. Porque la compositora, que empezó su carrera a mediados de los 90 y ha facturado éxitos como Diamonds para Rihanna o Pretty Hurts para Beyoncé, ha tenido que superar cimas más altas: alcoholismo, adicción a las drogas, bipolaridad, trastorno inmunitario y dos intentos de suicidio. Sia entró en una espiral de autodestrucción cuando su novio, Dan Pontifex, murió atropellado en Londres en 1997. Sin ir más lejos, la canción Breathe me, que puso ritmo a la cabecera de la serie A dos metros bajo tierra, la escribió cuando intentó acabar con su vida, tragándose 22 pastillas de valium. “Desafortunadamente, con valium solo puedes quedarte dormida”, apunta en la entrevista. Ese fue el primer intento de acabar con su vida. El otro, el de la nota del hotel.

Pero, poco a poco, la cantante empieza a encontrar la estabilidad. También en cuanto a las relaciones. Para ello utiliza la aplicación de citas de moda. La situación podría ser esta. Abres Tinder y, tras un rastreo meticuloso, haces match con una chica -lo que en el idioma de la app de citas significa que ella también ha mostrado interés en ti y tienes carta blanca para hablarle-. Es rubia, de ojos azules y piel bronceada. Empezáis una conversación trivial, para romper el hielo y conoceros un poco.

Te cuenta que es australiana, pero desde hace siete años vive en Los Ángeles, donde se gana la vida escribiendo. Las cosas marchan bien y decidís quedar para tomar algo. Te preparas para tu cita con una escritora anónima, pero quien acude en realidad es una estrella del pop llamada Sia. La misma que decidió esconderse tras una peluca gigante a medida que alcanzaba el éxito porque a la industria musical "le falta misterio y yo prefiero pasar desapercibida".

Si ves esta cara en Tinder, no hay duda, es Sia.
Si ves esta cara en Tinder, no hay duda, es Sia.Cordon

En la era del amor en Tinder, también Sia ha caído en las aplicaciones de ligue. La autora de Chandelier, que en 2016 se separó del documentalista Erik Lang, ha abierto un perfil en la plataforma, donde muestra lo que durante muchos años ha sido una auténtica incógnita: su verdadera cara. “Tuve un par de citas, y fueron muy bien”, confiesa la cantante en la extensa entrevista de Rolling Stone.

“Es un proceso interesante, tener citas a los 42”. Aunque podríamos decir que los motivos de la compositora son tan románticos como funcionales: “Estoy practicando la intimidad, porque no tenemos citas en Australia, solo nos reunimos”, recoge la publicación. El resto del tiempo, Sia lleva una vida ordenada y tranquila. Se acuesta a las ocho, ve la televisión, cuida a sus tres perros, Lick-Lick, Pantera y Cereal, y va a terapia para superar sus problemas de adicción.

La entrevista de Rolling Stone recoge anécdotas más divertidas, como su encuentro con el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Antes de que Trump llegara a la presidencia, Sia ya paseaba su peluca por programas de televisión, presentando su álbum 1000 forms of fear (2014). Fue en un programa de Saturday Night Live de 2015 donde conoció al magnate, que no dudó en pedirle una foto, mientras Melania preparaba la cámara. Algo que Sia tuvo que rechazar. “En realidad, ¿le importa si no nos la hacemos? Tengo muchos fans queer y mexicanos, y no quiero que piensen que apoyo sus ideas”. Trump pareció comprenderlo, pero el estrés que le provoca a Sia ofender a la gente -aunque se trate de ser más miserable del planeta-, le pasó factura. "Entonces me metí en el camerino y tuve una diarrea horrible", recoge Rolling Stone.

Desde septiembre del año pasado, Sia está inmersa en un nuevo proyecto musical, LSD, junto al cantante británico Labrinth y el Dj estadounidense Diplo, con los que publicará álbum en breve. Sigue sin renunciar a su peluca.

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