Grupo Frontera: “Respetamos las leyes estadounidenses, pero apoyamos a los inmigrantes mexicanos como podemos”
El exitoso grupo de Texas, que toca por primera vez en España, ha pasado de juntarse los fines de semana a ganar un Grammy Latino y colaborar con artistas como Shakira o Bad Bunny
Es un lunes lluvioso en Madrid. Grupo Frontera atiende a ICON en un lujoso hotel de la capital. Cuando llegan a la sala se presentan uno a uno entre bostezos. Son Carlos Guerrero, Juan Javier Cantú, Alberto Acosta (Beto), Julián Peña Jr y Adelaido Solís (Payo). Están cansados tras un vuelo de 10 horas desde Estados Unidos y dejan entrever sus ojeras por el jetlag. Eso sí, continuamente se hacen bromas y se vacilan. Deberían estar de vacaciones pero su manager les propuso venir a España y no se lo pensaron dos veces. En el momento previo a hacer la entrevista se preparan para su concierto en el teatro Starlite de Madrid. Además acaban de ganar un Grammy Latino a Mejor Álbum de Música Norteña. Si hace tres años les hubieran contado lo que están viviendo, no lo hubieran creído.
Empezaron como un grupo de amigos que hacían música regional mexicana en 2022. Su versión de No Se Va del grupo Morat les catapultó al éxito en redes, sobre todo en TikTok. Tras ello sacaron su primer álbum: El Comienzo. Aquí figura una de sus primeras grandes colaboraciones, un x100to con Bad Bunny. Fue un antes y un después. El tema tiene más de mil millones de reproducciones en Spotify. Ahora han sacado su segundo disco, Jugando a que no pasa nada y 35 millones de personas los escuchan al mes en la plataforma de streaming.
Para hacer música regional llevan vestimentas casi de raperos: prendas de Prada o Balenciaga, camisetas holgadas y pantalones anchos con caída. Son un punto de conexión entre lo viejo y lo nuevo. Tocan música tradicional, sí, pero colaboran con artistas de la talla de Shakira, Nicki Nicole, Peso Pluma, Arcángel o Clarín León. También se encuentran en un choque de dos realidades: son estadounidenses, pero todos tienen un nexo con México. Vienen de la frontera entre los dos países y de ahí su nombre. Son lo que se conoce como Tex-Mex, culturalmente más mexicanos, pero residen en Estados Unidos. “Aunque cuando le pusimos Frontera no pensamos en eso, nomás escogimos Frontera porque sí. Íbamos y venimos constantemente”, explica ahora Juan Javier, segunda voz del grupo.
“Todavía no nos creemos todo lo que nos está pasando. Nos juntamos pensando en que íbamos a tocar en bodas”, asegura Adelaido Solís, mientras se sientan tras las fotos para iniciar la entrevista. Alberto Acosta, Beto, inicia la entrevista prácticamente dormido, con el cuello ladeado.
Como grupo habéis hecho un ascenso meteórico. ¿En qué punto se volvió algo serio? Todavía lo seguimos viendo como una bola de amigos que quería hacer un grupo y tocar su música. Nos dimos cuenta de que podíamos vivir de esto tras la canción No Se Va, dos o tres meses después de formarnos. Nos empezó a buscar gente y varias empresas para tocar. Fue cuando nos dimos cuenta de lo que podíamos hacer con nuestras vidas.
Acabáis de ganar el primer Latin Grammy al mejor grupo contemporáneo Mexicano y al mejor álbum Norteño. ¿cómo se digiere? Todavía no creemos que acabamos de ganar un Grammy, nuestro primer Grammy, y ojalá de muchos, es algo bien chingón que, bueno, no pensábamos que íbamos a llegar hasta ese punto.
Colaboráis con las mayores estrellas del reguetón, pero también mantenéis la esencia del regional mexicano. ¿Por qué os buscan? Cuando nosotros empezamos se escuchó mucho la de No se va. Después, nuestro amigo Clarín León nos ayudó. Había muchos grupos que querían colaborar con nosotros. La cumbia norteña o urbana era lo que más funcionaba en ese momento. Siento que todos querían subirse al tren. Aunque fuese una música más común para nosotros, a muchos artistas les parecía algo nuevo.
Habéis colaborado con Shakira, Peso Pluma, Nicki Nicole, Bad Bunny… ¿Alguna con la que os quedéis en especial? [Se miran entre ellos y responden a la vez:] La de Bad Bunny. Sin duda.
[Juán Javier]: La de Bad Bunny es la más especial porque es algo que siento que fue un punto de inflexión en nuestra carrera. Fue el salto a ser internacionales.
¿Os gustaría colaborar con algún español? Nos gusta mucho Rels B. También C. Tangana. Con Alejandro Sanz se viene algo también, eso ya podemos adelantarlo, pero fue salsa y no cumbia.
Soléis decir que parte de vuestro éxito viene de colaborar, de ser creativos y trabajar en colectivo. Es curioso cuando cada vez parece que hay más artistas habituales que bandas. ¿Cómo es vuestro proceso creativo?
[Julián]: Tenemos el productor que es Edgar Barrera que se mete con nosotros a escribir y a producir, pero cuando se trata de la música, él nos manda una maqueta de la canción. Si nos gusta y decimos ok, ya Beto mete su estilo en la guitarra, Juan en el acordeón, Carlos en la batería, Payo da sus puntos a la hora de hacer la música… Cuando nos metemos con el instrumento de cada quien ya sabe qué hacer, pero siempre ha fluido bien. Nos gusta grabar en vivo, todos juntos y a la vez.
Componéis ritmos muy alegres, pero las letras suelen ser tristes, de desamor. ¿Os gusta jugar a esa contradicción?
[Payo:] Es algo que hemos hecho desde el principio, la verdad. El género nuestro no es nuevo. Lo tocamos y le ponemos como un toquecito diferente, más personal, con nuestros instrumentos y nuestro propio flow, por decir, pero no es un estilo nuevo. La cumbia se baila pero son letras tristes y nosotros le hacemos lo mismo, pero con letras modernas. O sea, que la generación nueva, los más jóvenes, también puedan sentir esa letra triste pero la vibra de baile.
De hecho hay una frase: “El instagram parecía más tuyo que mío”, en Ay Mamá. ¿Es eso? Sí, totalmente. Desde No Se Va empezamos a focalizarnos en eso. De nuevo, el gran cambio es también en un x100to, donde quisimos hacer una letra muy actual. Decimos que me queda un 1% de batería en el celular y que quiero hablarte.
[Julián:] Antes se mandaban cartas de amor, ahora mandamos un DM y le hablas a esa persona. Las canciones de antes, que escuchaban nuestros papás, hablaban de eso. Ahora, como artistas, hay que adaptarnos a ese cambio para contarlo y que la gente se identifique.
Habláis mucho de los sentimientos en general. ¿Es importante hacerlo siendo hombre? Más aún ahora, que se habla tanto de las nuevas masculinidades. Los hombres también lloran. Está bien. Muchos artistas tocan ese tema, como Peso Pluma, Gavito, Fuerza Rígida… Ellos también hablan en sus canciones de los sentimientos de un hombre. También de cómo se siente al respecto de alguien a quien quiere le abandona. Que un hombre quiera a una persona y no sea recíproco. La música habla mucho de los sentimientos.
En España se está volviendo a la música de raíz. Lo más mainstream son Rosalía y C. Tangana, pero pasa en Galicia, Euskadi, Catalunya… También en Latinoamérica en los álbumes de muchos artistas. ¿Por qué creéis que sucede? Todos los artistas reivindican su raíz, pero con su toque personal. Acaba de hacerlo Rauw Alejandro. Es lo chido de la música. Antes alguien hacía reguetón y todos hacían el mismo tipo de beat. Ahora cada uno trae su propio sabor. Se están modernizando mucho todos los géneros. Todos los artistas tenemos una raíz y nos gusta reivindicar nuestra cultura y mostrar de dónde surgió ese nuevo concepto. El momento de ahora nos sirve para conectar, por ejemplo, la cultura de la música regional mexicana con la puertorriqueña.
En contraposición a vuestras letras están los corridos mexicanos. Se habla mucho de violencia, dinero, armas… ¿Cómo lo veis? ¿Por qué no habláis de estos temas? Es que los corridos siempre han existido, güey. Cuentan una historia. Para los mexicanos son como un rap. Tiene su storytelling. Pero últimamente sí ha habido un cambio de que los corridos pueden hablar de fiesta, de amor, de otros temas.
Pese a esas nuevas formas de los corridos que comentáis, sí se hacen las tradicionales. Al propio Peso Pluma lo han prohibido en Chihuahua. Es cierto que Obrador López ha dicho que prefiere no censurar, ¿pero vosotros qué opináis?
[Beto]: Hemos crecido con ellos y es parte de nuestra cultura, pero es como que hay cosas que sí y otras que no. Hay ciertos estados en México que no lo aceptan, pero al fin y al cabo muchos corridos son historias de personas ficticias.
[Julián]: Los corridos de ahora son nuevos. Tienen un estilo nuevo, pero es algo que siempre ha existido. Nuestros padres ya los escuchaban cuando nosotros éramos pequeños. Es la música con la que prendes la carne asada y abres la botella de tequila.
Entonces, es aún más curioso que quieran censurarlos. Pues sí que hay corridos que incitan y hablan mucho de la violencia. Algunos sí son muy fuertes. Se entiende que si llegan a los niños pequeños hay cosas que puedan ser duras, pero no todos son así.
Contadme más de vuestro vínculo con México.
[Payo]: Vivimos a 5 minutos de la frontera, en el Valle de Texas. Siempre decimos que el Valle no es México porque está de ese lado, pero todos los que estamos tenemos relación con el país ya sea por familia, amigos, trabajo… Te juro que el 95% hablan más español que inglés. Nuestras vidas están mitad y mitad. Yo fui a la escuela entre Estados Unidos, entonces, era entre semana en EE.UU. y el fin de semana en México. Y como yo, creo que todos.
En Estados Unidos acaba de ser reelegido Trump como presidente. Han sido muy polémicas sus propuestas sobre la frontera con México, llegando a querer poner un muro. Como fronterizos, ¿cómo veis este tema?
[Juan Javier]: Casi nunca nos metemos en política. Es algo muy polémico para nosotros y solo queremos hacer música. Pero siempre hemos apoyado a los inmigrantes. El año pasado fuimos a visitar un centro, donamos juguetes para los niños. Es nuestro barrio, al fin y al cabo.
[Beto]: Respetamos las leyes que tiene el país, pero sí apoyamos a los inmigrantes como podemos. Hacemos cositas para la comunidad. Donamos juguetes para los hijos de los migrantes que están ahí y que los tienen retenidos.
Entonces, entiendo que no compartís la idea del muro.
[Beto]: No… Pero a final de cuentas no hay un muro.
[Julián]: Sí hay, pero a medias. Nunca lo acabaron y ahí es donde vivimos. Como dijo Bill Burr, el comediante americano, al final del día el que sea presidente no va a poner la comida en tu mesa. Entonces… ¡A seguir jalando muchachos!
El 16 de febrero es el día del Grupo Frontera en el pueblo de Edinburgh (Texas, Estados Unidos). ¿Cómo lo habéis vivido? Está chido, pero se nos ha olvidado [risas]. No hacen fiesta ni nada. Nos dieron la llave de la ciudad, preguntamos qué abría y nos dijeron que nada. Entonces fue como, ¿cuál es el beneficio de tener un día?
Hace dos años que os formasteis como banda. ¿Dónde os veis dentro de otros dos? Esperamos ser aún más internacionales. Sonar más en Europa. La cumbia nunca se había globalizado. Quizás ahora un poco más. Nos encanta poder expandirla.
[Juan Javier]: ¡Y Brasil! Es una meta latinoamericana.
¿Queréis destacar algo más?
[Beto]: Quiero agregar una disculpa pública. Pues nunca había viajado tanto tiempo y me he quedado dormido. Fueron unas 10 horas y con el jet lag me caigo de sueño. Lo siento.
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