Normalidad
Quiero agradecerle al PP que haya anunciado su abstención en la votación sobre la exhumación de los restos de Franco que tendrá lugar en el Congreso
Todos los años, al volver de las vacaciones, suelo escribir poca cosa, una simple lista de deseos y temores para el curso que empieza. Hoy voy a hacer algo distinto, y no solo porque este verano haya producido noticias en gran cantidad y aún más insólita calidad, sino porque una de ellas me da la oportunidad de escribir una columna que me habría gustado redactar hace muchos años y que ya creía que no iba a poder firmar jamás. Quiero agradecerle al PP que haya anunciado su abstención en la votación sobre la exhumación de los restos de Franco que tendrá lugar en el Congreso. No soy una ingenua. Sé que la determinación del Gobierno ha forzado a los populares a posicionarse en un tema que habrían preferido eludir a perpetuidad, después de abocarlos a una competencia caníbal con Ciudadanos, pero eso no empaña mi satisfacción. La abstención del PP liquida la fantasía de que, más allá de la galería de enormidades en la que se han convertido ciertos platós, sobrevive en España un residuo de franquismo sociológico, un porcentaje apreciable de ciudadanos leales al dictador y a su obra. Si existieran, Casado no arriesgaría ni uno solo de sus votos, pero ni siquiera eso es lo más importante. Que la derecha no se oponga a la recuperación de la memoria democrática nacional —porque ya va siendo hora de recuperar también ese adjetivo— representa una mejora fundamental de la calidad de la democracia española, el fin de una anomalía que se ha prolongado durante cuatro décadas. La resistencia del PP a condenar la dictadura, su hostilidad sistemática hacia las víctimas del franquismo, dibujaban un panorama político absolutamente incomprensible en el resto de Europa. A este paso, vamos a acabar viviendo en un país normal. Celebrémoslo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.