Por qué deberías tener este jarrón de cemento en el salón de tu casa
La estética brutalista ha llegado a los objetos de decoración de la mano de este material de construcción que hasta Zara Home ya incluye en su colección
Fue en 1983 cuando el diseñador industrial israelí Ron Arad (Tel Aviv, 1951) revolucionó el sector con su Concrete Stereo, un tocadiscos de cemento de dos pisos que incluía dos torres de altavoces en el mismo material. En su momento, este objeto se presentó como una transgresión más artística que utilitaria, como un objeto de museo; hoy, 35 años después, podría convivir entre cactus, cerámicas danesas y muebles midcentury. El cemento, esta temporada, se presenta como el material decorativo estrella.
Desde hace más de una década el cemento pulido desbancó a la caoba de los suelos y se convirtió en el tipo de superficie más demandado para cocinas, lofts o espacios de trabajo. Hoy, también lo es para estantes, encimeras e incluso techos. Zara Home ha lanzado una línea de objetos de baño (jabonera, vaso, dosificador…) realizados en cemento, así como cuatro modelos de jarrones en este material que se prometen superventas. “Es un material poco visto dentro de los objetos decorativos de pequeño tamaño; sigue la tendencia de las texturas no terminadas, de lo inacabado…”, comenta Pablo López (Valladolid, 1974), decorador de Casa Josephine.
Que la firma de decoración de Inditex esté apostando, desde el invierno de 2017, por un material de estética pobre, asociado al proceso de construcción más que al refinamiento exterior, augura un futuro largo al cemento. “No tiene que ser necesariamente barato: el tipo de material no justifica su precio alto o bajo, es más el diseño lo que puede acreditar su valor. Realmente no hay mucha diferencia en el precio de coste de producción entre el barro y el cemento”, remata López. Los modelos de Zara Home de esta temporada están a la venta entre 19,90 y 29,90 euros y, entre su guía de uso, indican que no pueden contener agua.
Otras firmas como Kave Home han sumado a su colección Nille, para este otoño, jarrones producidos en cemento. Con un peso de dos kilos y un precio de entre 24 y 29 euros, su estética brutalista va en la línea de la contemporánea estética instagramer.
“La tendencia en arquitectura e interiorismo está enfocada a este tipo de materiales, a lo industrial, a lo vasto, al brutalismo. Pero el cemento, aunque pase esta tendencia actual, es atemporal, es como el vidrio, la madera o la piedra: no pasará de moda nunca y sirve para cualquier ambiente”, cuenta el interiorista José Arroyo (Bilbao, 1975).
Fue el diseñador suizo Willy Guhl (1915-2004) uno de los primeros en aplicar el cemento al diseño; de hecho, los maceteros que hizo para Eternit, en 1955, se venden ahora en el mercado de segunda mano por más de 2.000 euros.
También se suma la casa francesa de ediciones limitadas Specimen Editions que ha lanzado los C Weight Vase Raw del diseñador tailandés Decha Archjananun/Thinkk Studio. Son unos jarrones en cemento teñido en tres colores realizados en una única pieza que, incluso, acompaña a unas lámparas de techo donde se ha sumado la madera o el metal. Por otro lado, desde Chicago, vende a todo el mundo sus objetos realizados en cemento la firma IntoConcrete, de candelabros a relojes de pared.
“Es un material noble que, aunque no sea extraído de la propia naturaleza de manera original, sí tiene elementos naturales que lo componen; a mí me gusta su calidez”, cuenta Arroyo, que sí lo ha utilizado en alguno de sus proyectos. Pero advierte: “Es un material delicado. Si no se trata de manera correcta, puede deteriorarse fácilmente”.
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