LeRoy Grannis, el hombre que logró retratar de cerca al surfista en plena acción
El fotógrafo sigue siendo un referente de la fotografía, del pensamiento y del lado más salvaje del surf. Tanto que este verano se reedita su libro 'Surf photography of the 1960’s and the 1970’s'
Hay un dato de la biografía de LeRoy Grannis (EE.UU., 1917-2011), acaso el fotógrafo de surf más fiestero e importante de la historia, que me tiene fascinado, dando vueltas por Google con seis ventanas abiertas a la vez. Al parecer, al hombre, que había empezado a montar sobre una tabla a los 14 años, su médico le recomendó cuando cumplió los 42 que se buscara un hobby. A mí me suelen recomendar que los deje. Esto no tiene sentido alguno. En fin. Grannis se compró una cámara fotográfica y convirtió una estancia de su casa californiana en un cuarto oscuro.
Más de medio siglo después, el retratista, fallecido en 2011, sigue siendo un referente –de la fotografía, del pensamiento y del lado más salvaje del surf– , hasta el punto de que, por petición popular, Taschen reedita este verano su libro Surf photography of the 1960’s and the 1970’s. Aparte de tener un título que rivaliza en originalidad con los de los discos de Portishead o Led Zeppelin, el libro es a la cultura surf lo que fueron los escritos de Tom Wolfe a la contracultura en general durante esas dos mágicas y antagónicas décadas. El gran avance de Grannis fue inventar un artilugio que le permitía retratar de cerca al surfista en plena acción. Como nosotros somos más de contemplación pasiva que de acción húmeda, hemos decidido ilustrar esta historia con una imagen tomada desde una loma de la playa de San Onofre (California) un día de aquellos en los que en cualquier momento puede llegar la ola perfecta.
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