El día en el que una revista independiente se convirtió en objeto de museo
Un puñado de portadas de la extinta revista 'AB', referente de las publicaciones gratuitas de tendencias de hace dos décadas, han entrado en la colección permanente del Museu del Disseny de Barcelona
“El rediseño de la revista Abarna hacia la cabecera AB fue mi proyecto de final de carrera. En ese momento estaba muy influenciado por revistas como Ray Gun o Blah Blah Blah, ambas bajo la dirección de arte de David Carson”. Así recuerda el diseñador Sergio Ibáñez ese momento a finales de los noventa en el que fue parte primordial en la conversión de AB en un referente estético de la prensa gratuita de tendencias del momento y en la aproximación a la modernidad por parte de los medios de este país años más tarde.
Sergio visitó hace poco la muestra Dissenyes o treballes: La nueva comunicación visual (1980-2003), que desde junio forma parte de la colección permanente del barcelonés Museu del Disseny. Fue porque le habían contado que, además de obras de creadores clásicos de la ciudad como Pati Núñez y de estudios como Vasava, podría ver flyers que él mismo creó para Razzmatazz.
“No tenía constancia de estar representado en la exposición por las revistas”, recuerda de un accidente que resume bastante bien lo que significaba sacar cada mes AB. “Me las encontré ahí, y estar compartiendo vitrina junto a otros productos que entonces yo mismo consumía, o que incluso eran referentes, me ha hecho sentir mayor, pero mayor-bien”.
Entre esas portadas, una con Bimba Bosé retratada por David Dunan. Era un especial verano y la directora decidió titularlo “Ay, qué calor”. Hoy, a servidor, que estaba ahí –AB fue mi debut laboral–, horrorizado viendo cómo su directora (Yolanda Muelas) iba a cascar a mi entender un ridículo titular (no recuerdo qué propuse, pero fijo que era peor o incomprensible, como me sucede aún en ICON), esa portada y ese titular le parecen de lo mejor en lo que ha participado laboralmente jamás.
Pensaba que había pasado de joven-mal a mayor-regular, pero ahora que veo a Astrud retratados en ese salón del Eixample por Alicia Aguilera, me da por creer que aquello fue joven-bastante-bien.
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