_
_
_
_

La neutralidad es “posmachista”

El número de hombres feministas crece, pero aún son mayoría los indiferentes y los 'negacionistas'

Ilustración de un hombre que apoya la lucha feminista.
Ilustración de un hombre que apoya la lucha feminista.Getty

Las masivas movilizaciones de la revolución del 8-M han marcado un punto y aparte en la visión del movimiento feminista en España. Cientos de miles de mujeres salieron a las calles para reivindicar la igualdad total y, casi por primera vez, junto a ellas se manifestaron miles de hombres. Pese a ello, los varones feministas aún son minoría. Miguel Lorente, de 55 años, que fue delegado del Gobierno para la violencia de género y es uno de los mayores expertos en violencia machista de España, subraya que, pese a la solidaridad de un sector de la población masculina, la mayoría ha adoptado una postura de “neutralidad”, que califica de "posmachismo". Y destaca el auge de una amplia facción cargada de machismo extremo, que rechaza el feminismo y se manifiesta “con mucho odio” en las redes sociales.

Ese 8 de marzo muchos centros de trabajo estaban desiertos de mujeres, mientras que ellas llenaban las calles. La enorme participación hizo que los partidos más reacios a apoyar la huelga y las manifestaciones cambiaran rápidamente de discurso. Incluso los sindicatos, que habían propuesto una huelga de dos horas por turno, se vieron superados por la situación. Los “neutrales”, ante tamaña movilización, evitaron expresar sus críticas públicamente, pero sí lo hicieron en privado.

Más información
Los ‘mandamientos’ del hombre feminista
El incierto futuro político del 8-M
Así se hizo "El año de la mujer"

Lorente asocia el concepto de “posmachismo” a una “trampa” de la cultura patriarcal, que no niega la violencia machista, pero que busca generar dudas sobre su dimensión. El “posmachista”, dice, adopta una postura de pasividad para que todo continúe como está, es decir, para que los hombres mantengan sus privilegios.

Este sector acepta las demandas de igualdad salarial y admite que muchas mujeres sufren acoso sexual en distintos ámbitos. Como es el caso de Javier Munza, licenciado en Comunicación Social, de 34 años, quien tiene sus reparos hacia el movimiento feminista. “Más allá de llevar un buen mensaje que pueda penetrar en toda la sociedad, lo que [el feminismo] está buscando es dividirla cada vez más. Hay hombres que sienten que hay imposición y esa no es la forma”, alega.

Una portavoz de la Asamblea 8-M, coincide en que el movimiento ha generado división: “Cuando hay una reivindicación en la calle, la sociedad se polariza hacia un lado o hacia otro”. Además, sostiene que “el feminismo es el único movimiento justo para todas las luchas; es el movimiento de los movimientos”.

Los hombres ante el feminismo

Los hombres se dividen en tres tipos, según cómo reaccionan ante los avances del feminismo. 
Feministas. Apoyan el movimiento y, generalmente, se acercan a él por sus parejas. 
Neutrales. Es una forma de "posmachismo". Admiten que existe la violencia machista, pero cuestionan la verdadera dimensión. 

Negacionistas. Son los varones que reaccionan de una manera combativa contra el feminismo y las mujeres feministas.

Munza es un ejemplo de esta polarización y su postura encaja en la definición de "neutral" que expone Lorente. Pero también están los que han ido más allá y han reaccionado de una manera “beligerante e intensa”, ya sea de forma desorganizada, como en las redes sociales, u organizada, como es el caso de la Plataforma Ciudadana para la Igualdad Real (PCIR).

Esta organización se concentró el pasado 7 de julio frente a la sede central de PSOE, en la calle de Ferraz de Madrid, para pedir la derogación de la Ley contra la Violencia de Género y “tolerancia cero con las denuncias falsas de violencia de género”. Julio Paniagua, de 35 años y portavoz de la plataforma, asegura que la asociación se considera feminista. Sin embargo, rechaza la existencia del “techo de cristal” y dice que, en lo que respecta a la igualdad legal, “las mujeres tienen en un 99% los mismos derechos que los hombres”.

La PCIR sostiene que las denuncias falsas de violencia machista suponen entre un 25% y un 40%, según sus propias prospecciones, y niega que las estadísticas oficiales del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que la sitúan en menos de un 1%, sean verdaderas. Paniagua remarca que “las agresiones a hombres han crecido desde que se ha implantado la Ley contra la Violencia de Género, pero, casualmente, esas estadísticas desaparecen de la página del CGPJ”. No ofrece pruebas de esto. 

Lina Galvez, de 48 años, historiadora y directora del Observatorio de Género de Economía, Políticas y Desarrollo de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, destaca que “los avances de la lucha feminista siempre vienen acompañados de una reacción patriarcal”. Una especie de contrarrevolución de los hombres representados por organizaciones como PCIR.

No obstante, también están los hombres que no reaccionan patriarcalmente y que, por el contrario, deciden apoyar y sumarse a la revolución feminista, como es el caso de Diego Manuel Martín, de 30 años, licenciado en Relaciones Internacionales, quien acudió a la marcha del 8-M en Madrid. Hace 20 años tuvo el primer acercamiento al feminismo, a través de su tía, psicóloga especializada en género. Pero subraya que, gracias a su pareja, militante feminista, hubo un antes y un después en su relación con este movimiento. Lorente asegura que muchos hombres que se suman al feminismo lo hacen porque tienen una pareja que es feminista.

“Deconstrucción” es el término que Martín considera fundamental. “Está construido socialmente que las relaciones desiguales entre mujeres y hombres son naturales. Crecemos y nos educamos en ese contexto”. Por eso afirma que la deconstrucción es imprescindible para modificar comportamientos interna y externamente. “Hay que apoyar al movimiento para hacer del mundo un lugar un poco más justo”, declara con convicción Martín. “Estamos avanzando día a día. Soy optimista, el cambio es imparable, no solo en España, sino mundialmente”, concluye Lorente.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_