Hay deportes que exigen movimientos certeros, puntería y velocidad. Por ejemplo, el 'Ultimate Frisbee', un híbrido entre fútbol, baloncesto y rugby, donde el balón se sustituye por un disco volador. El juego consiste en hacer llegar el disco al extremo contrario del campo, pasándoselo a los compañeros. Pruebe a hacerlo. Verá cómo atinar en la recepción es más difícil de lo que parece.
Le tocará correr, estirar el brazo como si no hubiera un mañana, saltar, doblar las rodillas y agilizar los dedos para atrapar el disco con fiereza. La buena noticia es que, si se le cae muy a menudo el disco, todas las veces que tenga que agacharse a recogerlo del suelo cuentan como sentadillas. ¿Más ventajas? No hay árbitro, ni de carne y hueso ni en formato VAR. Los jugadores se auto regulan, se obligan a no hacer trampas y a evitar conductas antideportivas.
¿Busca el más difícil todavía? Pruebe con el 'boomerang'. Hay modalidades de resistencia (máximo de recepciones en 5 minutos), fuerza (MTA 100 o ver quién mantiene más tiempo el boomerang en el aire en un campo de 100 metros) y distancia (quién lo lanza más lejos). En otras palabras, si se da vidilla, cuenta como una sesión de 'crossfit'. Tal vez no atine a coger el cachivache, pero los saltos, carreras, giros de core (esos abdominales oblicuos saldrán reforzados) y levantamiento de brazos también cuentan.