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Exhibición de vulgaridad y machismo en el Mundial

Indignación en Colombia por el comportamiento de algunos aficionados en Rusia

Francesco Manetto
Fans de la selección de Colombia celebran el partido entre Senegal y Colombia en Rusia.
Fans de la selección de Colombia celebran el partido entre Senegal y Colombia en Rusia.EMMANUEL DUNAND / AFP

Un Mundial de fútbol es un escaparate internacional. Es una ocasión para exhibir y demostrar algo, no solo en el terreno de juego. Esa percepción lleva recorriendo Colombia desde que su selección y unos 12.000 aficionados aterrizaron en Rusia hace dos semanas. El deseo de proyectar una mejor imagen en el mundo es una de las prioridades del país, que se encuentra inmerso en una delicada transición hacia la paz después de más de medio siglo de conflicto armado.

El presidente saliente, Juan Manuel Santos, suele recordar que, gracias a los acuerdos con las FARC, la lucha contra el narcotráfico y los avances registrados en las últimas legislaturas, el pasaporte colombiano ha dejado de ser un estigma en los aeropuertos. No obstante, esa aspiración chocó la semana pasada con el comportamiento de algunos hinchas, que difundieron vídeos con insultos machistas a unas aficionadas japonesas y se jactaron de introducir alcohol en un estadio tras ocultarlo en unos prismáticos. Esas imágenes, de distinta gravedad, provocaron una reacción unánime y levantaron una ola de indignación nacional. Tanto es así que Avianca, la principal aerolínea del país, identificó a una de esas personas como uno de sus trabajadores y anunció su despido, mientras que el Gobierno emitió un comunicado de repudio. “Rechazamos los malos comportamientos; no representan nuestra cultura, nuestro idioma y nuestra raza”, llegó a afirmar el Ministerio de Asuntos Exteriores. No faltaron, aun así, algunos supuestos defensores del orgullo patrio que se apresuraron a señalar otros casos de características similares, como los protagonizados por la hinchada de Brasil.

La vulgaridad y el machismo, en efecto, no tienen fronteras. Sin embargo, el rechazo de la sociedad refleja una voluntad mayoritaria de pasar página, dejar atrás las actitudes abusivas, de que se hable en otros términos del país. En definitiva, de ser una nueva Colombia. Y en ese anhelo, al margen de las opciones ideológicas, estén a favor o en contra del proceso de paz, los ciudadanos ya han ganado el partido.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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