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La policía británica descubre 3.500 matrimonios forzados

Organizaciones de ayuda a las mujeres reciben miles de llamadas en Reino Unido

Los numerosos casos descubiertos por la policía británica ilustran la dimensión actual de esta moderna forma de esclavitud.
Los numerosos casos descubiertos por la policía británica ilustran la dimensión actual de esta moderna forma de esclavitud. Getty Images

Los más de 3.500 casos de matrimonios forzados que a lo largo de los últimos tres años ha descubierto la policía británica ilustran la dimensión que esta moderna forma de esclavitud ha alcanzado en Reino Unido. Organizaciones que defienden los derechos de las mujeres comentan las miles de llamadas que siguen recibiendo sus líneas telefónicas de ayuda como muestra de que las cifras oficiales, que fueron divulgadas la semana pasada, son solo la punta del iceberg. Y que su reciente tipificación penal en ese país se revela insuficiente para combatir una práctica escondida en el rincón más oscuro de las sociedades multiculturales.

El 29 de mayo, un juez de Leeds declaró culpable a un matrimonio por intentar forzar a su hija de 19 años a viajar a Bangladés para casarla con un primo. La joven fue rescatada por la policía británica después de que avisase a su novio con un mensaje de texto. Apenas una semana antes, una madre de Birmingham fue condenada a cuatro años y medio de cárcel por el mismo delito, que tuvo como víctima a una menor. Son dos de los 3.546 casos de matrimonios forzados que constan en los informes policiales realizados entre 2014 y 2016, según los datos a los que ha tenido acceso el diario The Guardian. Muy pocos de ellos llegan hasta los tribunales por la dificultad de sustentar las denuncias o sospechas. El juicio de Birmingham fue el primero en el que una víctima aportó pruebas contra un familiar.

Los matrimonios forzados están tipificados penalmente en Reino Unido desde 2014. El delito se castiga con hasta siete años de prisión. Activistas y expertos legales reclaman ahora que la justicia los aborde en el marco de la Ley contra la Esclavitud Moderna, aprobada en 2015. Ello implicaría penas más duras para los condenados e incluso el pago de indemnizaciones a las víctimas, en su mayoría británicas y miembros de familias originarias del sur de Asia, aunque también mujeres llevadas expresamente de países de esa misma zona y que sufren abusos.

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