El REC y el empleo digno
Propuesta para que la nueva moneda de Barcelona fomente la economía local
El Ayuntamiento de Barcelona ha arrancado, a finales de mayo, una nueva moneda social y electrónica el REC (Recurso Económico Ciudadano), tras años de elaboración. Quisiera dedicar el nuevo post a esta nueva iniciativa que surgirá en la capital catalana.
La iniciativa consiste en emitir y poner en circulación una moneda electrónica que principalmente funcionará con móviles y tarjetas de pago. Un rec equivaldrá a un euro y 1,5 millones de recs se ofrecerán, como “renta municipal de inclusión”, a las mil familias en los barrios de escasos ingresos. Estas monedas sólo circularán entre los habitantes y comercios de esa zona que ha disfrutado muy poco de la prosperidad económica de la ciudad, con el fin de estimular la economía local.
Esta nueva moneda barcelonesa es similar a otras experiencias ya puestas en marcha en diferentes partes de la Península Ibérica en el sentido de que el ayuntamiento ofrece parte de la ayuda en moneda social. Ossetana en San Juan de Aznalfarache (Sevilla) y Grama en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) ya están funcionando bajo esquemas similares (moneda social electrónica emitida por el ayuntamiento para dar un ingreso adicional a familias con poco recurso).
En Portugal, el barrio de Santo António en Lisboa tiene “santo antónio” emitido de una forma semejante, mientras que Campo Maior (Portugal), a pocos kilómetros de Badajoz, tiene su moneda “mayor” que funciona de una manera un poco diferente. Se da esta moneda a aquellas personas marginadas a cambio de participar en cursos de capacitación, y puede utilizarla en la tienda social o en la lavandería social.
La creación y la circulación de una moneda social enfocada para una clase social desfavorecida son muy significativas, dados “sus efectos de inclusión social” según Heloísa Primavera, promotora de los clubes de trueque que prosperaron en Argentina entre 1995 y 2002. “Moneda complementaria”, otro término utilizado para describir el carácter de estos instrumentos, también es relevante porque son diseñados para cubrir necesidades no satisfechas en la economía de moneda oficial.
Me gustaría presentar una humilde propuesta para esta iniciativa catalana: enfoque en la creación de empleo digno a través de una moneda social. Tanto Chiemgauer en Baviera (Alemania) como el Banco Palmas en Fortaleza (Brasil) conceden microcréditos, tanto en moneda oficial como en moneda social, con el fin de ayudar a las actividades empresariales. El Banco Palmas realiza el mapeo de actividades económicas en su barrio Conjunto Palmeiras con el fin de detectar la posibilidad de sustituir la importación de productos y servicios importados desde fuera con la producción local. La propia gestión del Banco Palmas durante 20 años ha sido posible gracias a la cohesión social que se había fomentado, aun antes de la fundación de este banco comunitario de desarrollo, mediante la lucha social realizada por la asociación de vecinos ASMOCONP para mejorar la condición de vida.
El fomento de la cohesión social es un tema muy complicado y es necesario contar con la participación de diferentes actores sociales (quizá trabajadores sociales también) para lograrlo, mientras que existen metodologías sencillas y útiles para mapear la economía local e ir preparando nuevas actividades económicas para cerrar las venas abiertas del barrio. Lo importante es comprometer la comunidad a pensar en consumir lo localmente producido y a ayudar estos proyectos (también es importante que los nuevos emprendimientos miren a los propios consumidores locales y piensen en satisfacer sus necesidades). Espero que el REC en Barcelona contribuya a mejorar la vida de muchos habitantes allí.
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