“Odio el móvil de mi madre porque siempre está usándolo”
Una profesora publica la nota de un alumno de unos siete años y abre el debate sobre el uso de los móviles y el tiempo de calidad con los hijos
“¿Si tuvieras que decirme un invento que te gustaría que no existiera, cuál sería?”, preguntó hace unos días a sus alumnos Jen Adams Beason. Todos respondieron. Pero una contestación llamó la atención de la maestra. Un niño de segundo grado (entre siete y ocho años) respondía a su pregunta de la siguiente manera: “Si tuviera que decir qué invención no me gusta, la respuesta sería: el móvil de mis padres, porque están todo el día con él. Tener uno algunas veces es un hábito muy malo”. Él no fue el único que tuvo esta idea, cuatro estudiantes de los 21 que forman la clase sugirieron lo mismo. La respuesta fascinó a la maestra –que vive en Luisiana, según la BBC– y decidió colgarla en Facebook, donde ha conseguido unos 14.000 me gusta y más de 250.000 compartidos. Los hashtags que usó Beason cuando colgó el contenido en la red social fueron #getoffyourphone y #listentoyourkids (#apagatuteléfono y #escuchaatushijos, por su traducción al español)
El debate sobre el uso de móviles y el cuidado de los hijos es algo que lleva sobre la palestra años, sobre todo desde que los niños que llegan al mundo nacen rodeados de tecnología, ¿por qué no conseguimos, entonces, desengancharnos los padres?
Entre otras razones está la falta de conciliación, porque aunque en muchos trabajos te permiten salir antes, la jornada laboral continúa, o simplemente por el hábito de usarlos constantemente. Miramos el móvil, el correo, Twitter, dejando relegado el tiempo de calidad, o la oportunidad que tenemos de tener tiempo de calidad, con nuestros hijos. A este respecto, nuestro pequeño alumno añadía en su carta: "Odio el móvil de mi madre y desearía que no tuviera uno. Esta es la invención que menos me gusta". Resumiendo, el pequeño piensa que la peor invención es el móvil de su madre porque lo usa todo el tiempo. "Lo odio", deja claro el niño en su respuesta.
Entre los comentarios que recibió el post de Beason en Facebook, cabe destacar: “Bueno... Mira lo que sale de la boca de los pequeños, somos todos culpables”; “También soy culpable (...) luego son adolescentes y se convierten en nosotros, igual de malos que nosotros, porque es lo que han visto” o “En nuestro caso, abrimos un debate en clase, y todos contestaron que sus padres pasaban más tiempo en Facebook que hablando con sus hijos. Fue algo revelador para mí”. En su mayoría fueron padres y otros maestros los que dieron su opinión sobre el tema del sobreuso de los teléfonos móviles por parte de los progenitores.
Y los estudios avalan esta percepción de los niños
Estudios a este respecto han interesado mucho a los investigadores que llevan años trabajando en sus causas, consecuencias y la percepción que expresan los más pequeños en relación con esta realidad. Una realidad que afecta muchas veces a su autoestima, al sentirse ignorados, e incluso su desarrollo y crecimiento. Ya en 2016 un estudio publicado en la revista científica Current Biology concluía que “el que los padres estén pendientes de su teléfono o se distraen cuando juegan con sus hijos podría afectar a los niños en cuanto al desarrollo de su propia capacidad de atención”. Otros muchos citan a la autoestima como la emoción más dañada. Uno de ellos, publicado en 2014, determinó que "tristemente, los padres que se distraen con sus dispositivos difícilmente están sintonizados con sus hijos. Pueden pasar por alto el efecto dañino que está teniendo al ignorar las emociones de sus hijos. Incluso pueden estar perjudicando la autoestima del niño".
Odio el móvil de mi madre y desearía que no tuviera uno. Esta es la invención que menos me gusta
En 2017, la cadena ABC en Australia realizó un maravilloso reportaje en el que entrevistaba a diversos niños sobre cómo y cuánto sus padres usaban sus móviles en casa. Entre las respuestas de los pequeños, cabe mencionar: “Me enfado cuando lo usa”, “Cuando mi padre está usando el móvil e intentó hablar con él, él simplemente me ignora” o “Él es un vago, y siempre está haciendo el vago en el sillón con su teléfono”. Sin duda este reportaje, mostró la realidad de algunas familias y no es bonita.
Un último estudio aseguró también que en Estados Unidos, por ejemplo, el 50% los padres encuestados descubrieron que el uso de la tecnología afectaba a las interacciones con sus hijos tres o más veces al día, un fenómeno llamado por algunos tecnoindiferencia.
Lo que demuestran estas investigaciones, y muchas otras que se han llevado a cabo, es que algunos niños perciben indiferencia por parte de sus padres cuando están usando sus móviles. Y queda evidente que la culpa no es tanto de la tecnología, sino nuestra, de los progenitores, de cómo las usamos cuando estamos con ellos. Y sufren.
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