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África No es un paísÁfrica No es un país
Coordinado por Lola Huete Machado

“África es mucho más que pobreza, crimen o corrupción”

El director keniano Lakarion Wainaina resalta el poder de la cultura y de los jóvenes para provocar un cambio radical en el continente

El director keniano Lakarion Wainaiwa en Tarifa.
El director keniano Lakarion Wainaiwa en Tarifa. Chema Caballero

Lakarion Wainaina echa de menos aquel tiempo cuando la comunidad lo era todo, cuando todos se conocían y había un sentimiento de unidad, de vecindad, algo que se ha perdido con la creación de las ciudades modernas. Por eso, en su primera película, Supa Modo (Superhéroe), quiere mostrar ese mundo y cómo la influencia de los medios de comunicación occidentales ha contribuido a cambiarlo. “Nuestra sociedad, nuestras películas están muy influenciadas por las cintas y series occidentales y por eso exploró cómo esto afecta a los jóvenes africanos”, afirma el director keniano tras la exhibición de su obra en el XV Festival de Cine Africano Tarifa-Tánger (FCAT).

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La cinta cuenta la historia de Jo, una niña de nueve años, que está loca por las películas de acción y sueña con ser una superheroína. Su mayor deseo es rodar una película y protagonizarla. Gracias a su imaginación olvida que está en la fase terminal de una grave enfermedad. Su hermana le anima a usar sus poderes mágicos. De paso convence a todo el pueblo para que se haga realidad el sueño de la niña.

Pero esta película es mucho más que eso, es una crítica feroz a la imagen de África que transmiten los medios de comunicación occidentales: guerras, hambre y pobreza. “Ellos muestran un África que necesita que alguien la salve para poder ser ellos los salvadores. Si mostrasen el África real no habría necesidad de ellos. Por eso pienso que esa gente no quiere ver la realidad, buscar la verdad. Utilizan siempre las mismas ideas, las reciclan en vez de investigar y buscar la verdad” opina Wainaina. “En esta película también queremos mostrar África bajo una nueva luz; no nos centramos en la pobreza, el crimen o la corrupción".

Hace poco se prohibió la película Rafiki y el tumulto que esto ha creado en los jóvenes es enorme

"Esas cosas existen, pero no es lo único que tenemos. Somos mucho más que eso y aunque nuestras comunidades puedan ser muy pobres nunca glorificamos ese aspecto. No nos despertamos cada día llorando porque seamos pobres. Al contrario, nos gusta divertirnos. De hecho, a los kenianos nos gusta divertirnos demasiado", añade. Defiende que esa es la parte "que los occidentales no quieren ver", la que nunca se muestra en las películas de Hollywood sobre África. "Cada vez que se menciona África siempre es lo mismo. Por eso, uno de los objetivos de mis películas es mostrar esa África que normalmente no se ve en las películas ni se muestra en los medios de comunicación”.

La nueva realidad de África tiene mucho que ver con las nuevas generaciones “que son las que buscan el desarrollo y las oportunidades, las que siguen la política en busca de cambios”, y esto, asegura Wainaina, no se produce solo en Kenia, “es un fenómeno de toda África. Somos conscientes del papel que tenemos que jugar como jóvenes. Si te fijas en cualquier innovación que surge en el continente pertenece a los jóvenes", dice. El director considera que antes los jóvenes solo tenían que obedecer a los ancianos, "ahora ya no, por eso nos tienen miedo. Las generaciones mayores piensan que van a perder su poder, por eso intentan someternos, pero no pueden. Una de las grandes cosas de los jóvenes africanos es que han abrazado la innovación, algo que los mayores nunca permitían y ahora es una herramienta, un arma que los jóvenes pueden usar para cambiar las cosas y para luchar contra los regímenes que se perpetúan en el poder". 

"Es algo maravilloso, pero también da miedo, porque estamos en una encrucijada, tenemos que tomar una decisión que nunca antes se ha tomado. Hasta ahora, los jóvenes han estado recogiendo información para ver hacia dónde pueden caminar, y ahora están preparados para dar el salto. Vivimos un momento muy emocionante”, prosigue.

Las generaciones mayores piensan que van a perder su poder, por eso intentan someternos, pero no pueden

Junto a los jóvenes, la cultura desempeña un papel clave en el cambio que vive África, a pesar de que los gobiernos no le den ningún apoyo. “Por ejemplo, en Kenia tenemos cero apoyos por parte del Gobierno. No hay un ministerio que se ocupe de la cultura y esto es una vergüenza que demuestra que las generaciones más ancianas no reconocen el valor de la cultura, ellas no entienden que se pueda avanzar usando la cultura. Sin cultura no somos nada, no tenemos nada que nos identifique”, afirma Wainaina, que aclara que habla de las generaciones más ancianas porque son las que ahora están en el poder.

Pone como ejemplo el hecho de que en su país no existan salas de cine; sin embargo, en lo que va de año, en Kenia se han estrenado muchas películas. “Los jóvenes creamos y el Gobierno no quiere enterarse de esto. Ellos no son conscientes de cómo las películas influyen en los jóvenes. Hace poco se prohibió la película Rafiki y el tumulto que esto ha creado en los jóvenes es enorme. El Gobierno dice no y los jóvenes la visionan en cualquier lugar, se pasan copias entre ellos. Esta es la punta de iceberg de un gran cambio. Los jóvenes usan la tecnología para luchar contra la censura. Estamos inmersos en una batalla con muchos frentes abiertos. Pero tarde o temprano, los que ahora están en el poder tendrán que rendirse porque la gente lucha de verdad por su cultura, su libertad y, sobre todo, por una vida más digna…", concluye Wainaina.

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