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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La palabra de Trump

EE UU pretende modificar de forma unilateral el acuerdo nuclear con Irán

Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Donald Trump, presidente de Estados UnidosEFE

En uno de sus movimientos más peligrosos, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que no certificará el acuerdo nuclear con Irán. La medida, aunque no supone —todavía— la ruptura total del compromiso, anuncia una estrategia mucho más agresiva con Teherán y aumenta la incertidumbre en Oriente Próximo. El plazo para la certificación expira el próximo día 12.

El histórico acuerdo alcanzado en 2015 hizo que el régimen de Teherán pusiera bajo control internacional su programa de enriquecimiento de uranio, permitiera inspecciones a sus instalaciones nucleares y, en la práctica, detuviera el programa destinado a convertir Irán en una potencia nuclear. A cambio, la comunidad internacional redujo las sanciones económicas impuestas a Teherán.

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Trump quiere que el Congreso de EE UU añada nuevas limitaciones a Irán y que, en caso de incumplimiento, se reanuden los castigos. En este nuevo umbral punitivo entrarían el programa balístico, la posibilidad de tener una bomba atómica en menos de un año y la negativa a extender la duración de las restricciones a la producción de combustible nuclear.

El acuerdo nuclear con Irán es uno de los logros más importantes de la política exterior europea en décadas. No se trata únicamente de resultado sino en cómo se fraguó este. Europa logró sentar a una misma mesa a los principales actores del conflicto, organizaciones internacionales y a las potencias mundiales. Se trata de una solución casi permanente a un problema complejísimo que además abre otras vías, porque su éxito consiste en que sirve de modelo válido para negociar con países que alberguen ambiciones nucleares.

Lo más importante es que demuestra la utilidad de la vía diplomática por encima de la militar, pero además permite ampliaciones que contribuyan a rebajar todavía más la tensión. Europa quiere abordar con Teherán un tratado complementario para que el régimen iraní no desarrolle su programa balístico. Y eso puede conseguirlo precisamente gracias a la vigencia del texto firmado en 2015. Trump va en dirección completamente contraria.

Es necesario subrayar que la actual situación en Oriente Próximo es mucho más inestable que hace tres años. Además, Irán sigue representando un gran desafío por sí mismo. El acuerdo nuclear ha sacado el armamento atómico de la ecuación, pero si se rompe no solo ocurrirá que Teherán continuará recorriendo la senda que le lleva a conseguir una bomba atómica, sino que toda la región se zambullirá en una peligrosa carrera de proliferación nuclear.

Trump está desmantelando tres pilares esenciales del entramado de acuerdos internacionales que sostienen la paz y prosperidad global: comercio, clima y seguridad. El acuerdo con Irán es una pieza importantísima de este último. Derribarlo, como se propone hacer Trump, pone en riesgo toda una estructura de estabilidad internacional que ha costado décadas construir.

Todo esto sucede cuando se está siguiendo la dirección opuesta —diálogo y diplomacia— con Corea del Norte. Con su modificación unilateral del acuerdo con Irán, Trump envía a Corea del Norte la señal de que los acuerdos no valen el papel en el que están firmados. Un grave error.

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