El lenguaje oculto del duelo estilístico de Melania Trump y Brigitte Macron
Faldas más cortas, un sombrero para epatar y otras claves de los modelos que ambas consortes lucieron durante la visita oficial de la pareja presidencial francesa a Estados Unidos
A veces resulta frustrante que el papel de las primeras damas se termine centrando en los vestidos que llevan y con qué accesorios los combinan, pero cómo nos presentamos ante los demás crea efectos y reacciones innegables en los que nos rodean, más si se trata de visitas de Estado de países que marcan la política a uno y otro lado del océano.
La visita oficial de Emmanuel y Brigitte Macron a Estados Unidos ha sido uno de esos momentos en los que los modelos elegidos por la dama visitante y la anfitriona, Melania Trump, se han escrutado al milímetro.
Brigitte Macron, 64 años, llegaba a Estados Unidos con el aura estilística del buen hacer de las casas de costura francesas y su afición por las faldas por encima de la rodilla, un largo no muy habitual entre las esposas de los representantes políticos de los diferentes países, que suelen decantarse por vestidos que cubren justo la rodilla o quedan a mitad de ella. Melania Trump, 47 años, esperaba impaciente a sus invitados en una visita que llevaba preparando meses, y sin duda había tomado nota de los gustos estilísticos de su invitada.
El resultado fue que cuando el lunes 23, Melania Trump y Brigitte Macron se encontraron por primera vez en terreno norteamericano con sus invitados franceses, la anfitriona se vino arriba y lució un vestido negro de Dolce&Gabbana , una de sus marcas favoritas, con la falda más corta que se recuerda entre las primeras damas de Estados Unidos. No se asusten, el desafío a las tradiciones no llegó a la minifalda, pero sí a romper la costumbre de cubrir la rodilla y dejarla en esta ocasión al descubierto, y además lo cubrió con un abrigo capa, de Givenchy. Se desconoce si se trató de un homenaje a Brigitte Macron –que eligió para la ocasión un diseño a medida de Louis Vuitton en tonos vainilla– o de una sutil manera de marcar territorio a base de tirar de estética.
Los matrimonios se trasladaron después en helicóptero a Mount Vernon, la casa a las afueras de la ciudad en la que vivió el primer presidente de EE UU, George Washington, y tuvieron una cena privada en la que los sorprendentes amigos Trump y Macron, pudieron intercambiar opiniones ante la mirada de sus esposas, ambas subidas en sus altísimos stilettos, ambos firmados por Christian Louboutin que es el amo de los zapatos de salón que marcan el paso de celebridades y estrellas, ya sean políticas o de alfombra roja.
Pero al duelo le faltaban dos momentos álgidos que tuvieron lugar durante el segundo día de la visita. El primero sucedió este martes durante la escenificación de la bienvenida oficial del matrimonio Trump a los Macron en la Casa Blanca. Ambas señoras coincidieron en vestir de blanco. Brigitte Macron nuevamente con un traje de chaqueta de Lous Vuitton y Melania Trump de Michael Kors, con un estilizado traje blanco de falda tubo y chaqueta ajustada con un cinturón ancho que remataba con un sombrero que Michelle Gaubert –el hombre que pone la música a los desfiles de Chanel– ha comparado con uno negro muy similar que lució Beyoncé en uno de sus videoclips. En este caso no hay duda sobre el impacto visual de esta pieza que convirtió en protagonista indiscutible a la primera dama norteamericana. Los stilettos seguían marcando altura en ambas damas, pero el sombrero y las medidas de modelo de la mujer de Donald Trump, seria en su papel de anfitriona, no dejaron lugar a dudas sobre quién mandaba en la escena.
Y finalmente llegó la cena de gala, esa que Melania Trump llevaba preparando meses por tratarse de la primera visita de Estado desde que su marido ocupa la presidencia del país. En los previos marcó su impronta haciéndose cargo personalmente de los preparativos y la decoración junto a un pequeño equipo y haciendo uso de sus estudios de arte y arquitectura y de su experiencia como modelo profesional. En el momento del encuentro la exmodelo no olvidó hacer un guiño al país de sus invitados y eligió un vestido de noche de Chanel Haute Couture. Mientras que Brigitte Macron volvía a apostar por Louis Vuitton con un elegante vestido blanco con incrustaciones doradas en cuello, mangas y cintura.
En esta ocasión Melania Trump mostró escote en la espalda y tímidas transparencias y Brigitte Macron desató los comentarios de sus compatriotas quienes, aunque aplaudieron la elección, se empezaron a preguntar si no hay más marcas que Vuitton dignas de un viaje de Estado.
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