Logroño transforma su arquitectura durante cinco días; luego, volverá a ser como tú la conoces

Será como abrazar a un edificio. Como si un gran anillo dorado rodease la fachada del antiguo Ayuntamiento de Logroño, en pleno centro de la capital riojana. Esta instalación de la plataforma alemana Plastique Fantastique, centrada en la arquitectura temporal, será una de las 14 instalaciones urbanas que aparecerán, de forma efímera, en las calles de Logroño durante la cuarta edición de Concéntrico, el Festival Internacional de Arquitectura y Diseño, del 27 de abril a 1 de mayo.

También, la formación Collectif Parenthèse, desde Francia, creará un caleidoscopio arquitectónico gigante en el patio de del Claustro de Santa María de Palacio; el artista David Bestué instalará en los bajos del Ayuntamiento de Logroño diseñado por Rafael Moneo una gigantes pantalla de leds donde se proyectarán narraciones audiovisuales imprevisibles; o el italiano Davide Marchetti intervendrá la plaza de la Muralla del Revellín con un pabellón-torre que servirá de periscopio. Y así, hasta 70 arquitectos, diseñadores o artistas –Jorge Penadés (España), AA Architectural Association Interprofesional Studio (Reino Unido) o Mjölk (Chequia), entre otros– para transformar Logroño, una vez más, con creaciones efímeras, exposiciones y debates en torno al diseño.

“El festival ha ido creciendo de forma natural, quizá en un comienzo fue algo osado salir a la calle y cuestionar esos espacios de la ciudad que permanecen parados, la arquitectura así entendida ésta lejos de parte de la profesión y también de la ciudadanía”, cuenta Javier Peña, director de esta iniciativa.

Son cinco días, del 27 de abril a 1 de mayo, en los que patios interiores, espacios ocultos o plazas de nueva construcción con poco tránsito, ubicados en lugares con historia dentro de la ciudad, forman parte de una ruta en torno a la arquitectura efímera y el diseño. “La arquitectura efímera no sustituye otro tipo de intervenciones, sino que tiene que ser una herramienta para mejorar el día a día de las personas, para hacernos parar y cuestionarnos el diseño urbano, nuestro papel en la ciudad. Por ejemplo: ¿por qué en una plaza hay un banco, pero no hay una mesa?”, añade Peña.

Todos los artistas participantes –excepto Plastique Fantastique– utilizan el mismo material para sus intervenciones: 20 tableros de madera contrachapada donadas por Garnica. Y de entre todas las acciones, una sale de la ciudad y llega a las Bodegas LAN en Viña Lanciano, donde el año pasado el colectivo TAKK realizó una pajarera que terminó quedándose instalada. En 2018, cuatro jóvenes arquitectos han planteado un sendero con una gran nube que atravesará todo el viñedo. De nuevo, el vino se relaciona amable con el arte.